Por Indira Carpio Olivo
¿Es verdad que Venezuela es el país
con más altos índices de consumo de alcohol?
Según el informe sobre la Situación
Regional del Consumo de Alcohol y la Salud en Las Américas de la
Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de
la Salud, publicado durante 2015
(http://iris.paho.org/xmlui/bitstream/handle/123456789/7708/9789275318553_esp.pdf?sequence=1),
la nación caribeña se encuentra entre los primeros lugares de
ingesta, pero no es el que más. No siendo el primero en consumir es
sí, el primero en morir. Encabeza la lista de mortalidad asociada al
consumo de alcohol.
En relación a otros países del
continente, las mujeres venezolanas consumen per capita 5,2 litros de
alcohol puro, lo que las coloca en la quinta posición del ranking.
Los hombres por su parte, están en el puesto número nueve, con un
12,7, detrás de Chile y Argentina en la región. En el mismo informe
se señala a Venezuela como un país de preferencia cervecero (90% de
los consumidores de bebidas alcohólicas prefiere las fermentadas).
La metodología para determinar estos numeritos se basa en la
cantidad de alcohol registrado dividido entre el número de alcohol
comprado por hombres y mujeres, mayores de 15 años.
El dato más alarmante es el referente
a la Tasa de mortalidad atribuible al consumo de alcohol, en 2012:
Venezuela encabeza el listado de defunciones masculinas con 96,6
muertos por cada 100 mil habitantes. Mientras que la tasa femenina es
de las más bajas (6,2).
En toda la región, el alcohol es un
factor de riesgo de muerte y discapacidad, y según el análisis de
los organismos internacionales, a medida que un país se desarrolla
tiende a incrementar el consumo, y los estratos más bajos de la
sociedad pueden experimentar más gravemente sus consecuencias, por
tener una menor asistencia sanitaria para tratar trastornos agudos y
crónicos.
Más de 200 patologías están
asociadas al consumo de alcohol, entre las cuales tienen mayor
incidencia la cirrosis hepática y las derivadas de la violencia
interpersonal. Durante el 2012, cada 100 segundos moría un americano
a causa del consumo de alcohol, según el reporte.
Las barreras sociales son determinantes
a la hora de contabilizar el consumo de alcohol femenino, porque este
comportamiento queda solapado, susceptible de ser menos estudiado.
Sin embargo, y a pesar de que las mujeres todavía consumen menos
alcohol que los hombres, en las Américas este índice va in
crescendo y se constituye como la más alta tasa de trastornos
asociados al consumo de alcohol de las mujeres, en el mundo.
Los adolescentes venezolanos entre 15 y
19 años figuran en el tercer puesto, después de Brasil y Guatemala,
como el grupo más afectado por el consumo de bebidas alcohólicas,
convirtiéndose el principal factor de riesgo de muerte.
En Venezuela, según un estudio
publicado por la Oficina Nacional Antidrogas
(http://www.ona.gob.ve/), a
pesar de la restricción legal para la venta, 62,9% de la población
de menores estudiados (75 mil estudiantes de entre 13 y 17 años)
acceden a la compra de bebidas alcohólicas. Y el consumo puede
iniciar a los 10 años en casa e intensificarse en reuniones
sociales, hasta convertirse en un problema de salud pública.
De las drogas lícitas, el alcohol es
la más consumida por la juventud venezolana. “La percepción que
se tiene es que con la bebidas alcohólicas existe un margen de
permisividad mucho mayor que con el resto de las drogas lícitas”,
infiere el estudio.
La psicóloga clínica y colaboradora
de la Alcohólicos Anónimos, Yelena Yanes explica al Diario Panorama
(http://www.panorama.com.ve/experienciapanorama/Informe-Venezuela-lidera-el-ranking-de-muertes-asociadas-al-consumo-de-licor.-20160822-0020.html)
que en Venezuela están registrados en programas para combatir el
alcoholismo de 3 a 3,5 millones de venezolanos. “Uno de cada 10
venezolanos es un alcohólico conocido”.
La crisis favorece la producción
nacional
A los venezolanos les gusta el tintineo
del hielo contra el vidrio: entre los licores de mayor consumo en
Venezuela figuró (hasta hace muy poco) el whisky. Incluso, el
presidente Hugo Chávez criticó esta tendencia, luego de que la fama
de bebedores quedara refrendada en diferentes encuestas
internacionales, según las cuales Venezuela forma parte del ranking
mundial de países más consumidores del escosés, y el gobierno
nacional desenfundara los dólares preferenciales para importar esta
bebida, “¿qué Revolución es esta pues (...) la revolución del
whisky?”, se preguntaba Chávez
(https://www.youtube.com/watch?v=U6ihJApvjLQ).
Venezuela estaría entre los 10 países
de mayor consumo
(http://tutrago.com/Noticia-2859-Conoce-aqui-cuales-son-los-paises-que-toman-mas-whisky-en-el-mundo)
y lideraría la ingesta mundial del whisky fino. Pero la relación de
producción nacional e importación siempre fue a favor del mercado
nacional, en Venezuela se producía en mayor medida cerveza y ron y
se importaba generalmente whisky y vino
(http://www.paho.org/ven/index.php?option=com_docman&view=download&category_slug=documentos-estrategicos&alias=46-el-alcohol-y-las-politicas-publicas-en-venezuela&Itemid=466).
La relación variaba cuando la economía nacional se recuperaba y se
compraban destilados extranjeros, o decaía, caso en el que el
mercado interno se diversificaba.
En lo inmediato, se supone que la
crisis económica actual ha bajado del trono al escocés. Y ha subido
a otro destilado: el ron, como principal bebida nacional y de
exportación. Una botella de whisky ronda los 150 mil bolívares, una
de un “buen ron” los 40 mil
(http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38792002).
Se dice que el que tomaba wishky ahora
toma ron, y el que tomaba ron ha optado por el Cocuy. Dependiendo de
la marca una botella de Cocuy, a precio de Caracas, puede llegar
hasta 9 mil Bs, constituyéndose en una alternativa para los estratos
más bajos de la sociedad, y en la base para coócteles en bares y
pequeños locales.
Luego, han surgido entre 20 y 25 marcas
de cervezas artesanales, que han diversificado el mercado, pero que
reportan su calidad a quien pueda comprarlas, porque su precio ronda
los 10 mil bolívares por tercio.
Haya crisis o no, el venezolano se las
ingenia para no pasar por debajo de la mesa cualquier celebración, y
en el país del ingenio “celebración” es sinónimo de una
cervecita, o un “cocuyazo”: celebrar los 'miaos', el grado de
preescolar, carnaval, semana santa, cumpleaños, y hasta la muerte.
Así tenga que montarse un alambique en el lavandero, el ADN del
pueblo venezolano no puede permitirse una “partida seca”.
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