miércoles, 22 de febrero de 2017

Supuesto Negado Con crisis o sin crisis en Venezuela no hay partida seca



Por Indira Carpio Olivo

¿Es verdad que Venezuela es el país con más altos índices de consumo de alcohol?
Según el informe sobre la Situación Regional del Consumo de Alcohol y la Salud en Las Américas de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, publicado durante 2015 (http://iris.paho.org/xmlui/bitstream/handle/123456789/7708/9789275318553_esp.pdf?sequence=1), la nación caribeña se encuentra entre los primeros lugares de ingesta, pero no es el que más. No siendo el primero en consumir es sí, el primero en morir. Encabeza la lista de mortalidad asociada al consumo de alcohol.

En relación a otros países del continente, las mujeres venezolanas consumen per capita 5,2 litros de alcohol puro, lo que las coloca en la quinta posición del ranking. Los hombres por su parte, están en el puesto número nueve, con un 12,7, detrás de Chile y Argentina en la región. En el mismo informe se señala a Venezuela como un país de preferencia cervecero (90% de los consumidores de bebidas alcohólicas prefiere las fermentadas). La metodología para determinar estos numeritos se basa en la cantidad de alcohol registrado dividido entre el número de alcohol comprado por hombres y mujeres, mayores de 15 años.

El dato más alarmante es el referente a la Tasa de mortalidad atribuible al consumo de alcohol, en 2012: Venezuela encabeza el listado de defunciones masculinas con 96,6 muertos por cada 100 mil habitantes. Mientras que la tasa femenina es de las más bajas (6,2).

En toda la región, el alcohol es un factor de riesgo de muerte y discapacidad, y según el análisis de los organismos internacionales, a medida que un país se desarrolla tiende a incrementar el consumo, y los estratos más bajos de la sociedad pueden experimentar más gravemente sus consecuencias, por tener una menor asistencia sanitaria para tratar trastornos agudos y crónicos.

Más de 200 patologías están asociadas al consumo de alcohol, entre las cuales tienen mayor incidencia la cirrosis hepática y las derivadas de la violencia interpersonal. Durante el 2012, cada 100 segundos moría un americano a causa del consumo de alcohol, según el reporte.

Las barreras sociales son determinantes a la hora de contabilizar el consumo de alcohol femenino, porque este comportamiento queda solapado, susceptible de ser menos estudiado. Sin embargo, y a pesar de que las mujeres todavía consumen menos alcohol que los hombres, en las Américas este índice va in crescendo y se constituye como la más alta tasa de trastornos asociados al consumo de alcohol de las mujeres, en el mundo.

Los adolescentes venezolanos entre 15 y 19 años figuran en el tercer puesto, después de Brasil y Guatemala, como el grupo más afectado por el consumo de bebidas alcohólicas, convirtiéndose el principal factor de riesgo de muerte.

En Venezuela, según un estudio publicado por la Oficina Nacional Antidrogas (http://www.ona.gob.ve/), a pesar de la restricción legal para la venta, 62,9% de la población de menores estudiados (75 mil estudiantes de entre 13 y 17 años) acceden a la compra de bebidas alcohólicas. Y el consumo puede iniciar a los 10 años en casa e intensificarse en reuniones sociales, hasta convertirse en un problema de salud pública.
De las drogas lícitas, el alcohol es la más consumida por la juventud venezolana. “La percepción que se tiene es que con la bebidas alcohólicas existe un margen de permisividad mucho mayor que con el resto de las drogas lícitas”, infiere el estudio.

La psicóloga clínica y colaboradora de la Alcohólicos Anónimos, Yelena Yanes explica al Diario Panorama (http://www.panorama.com.ve/experienciapanorama/Informe-Venezuela-lidera-el-ranking-de-muertes-asociadas-al-consumo-de-licor.-20160822-0020.html) que en Venezuela están registrados en programas para combatir el alcoholismo de 3 a 3,5 millones de venezolanos. “Uno de cada 10 venezolanos es un alcohólico conocido”.

La crisis favorece la producción nacional
A los venezolanos les gusta el tintineo del hielo contra el vidrio: entre los licores de mayor consumo en Venezuela figuró (hasta hace muy poco) el whisky. Incluso, el presidente Hugo Chávez criticó esta tendencia, luego de que la fama de bebedores quedara refrendada en diferentes encuestas internacionales, según las cuales Venezuela forma parte del ranking mundial de países más consumidores del escosés, y el gobierno nacional desenfundara los dólares preferenciales para importar esta bebida, “¿qué Revolución es esta pues (...) la revolución del whisky?”, se preguntaba Chávez (https://www.youtube.com/watch?v=U6ihJApvjLQ).

Venezuela estaría entre los 10 países de mayor consumo (http://tutrago.com/Noticia-2859-Conoce-aqui-cuales-son-los-paises-que-toman-mas-whisky-en-el-mundo) y lideraría la ingesta mundial del whisky fino. Pero la relación de producción nacional e importación siempre fue a favor del mercado nacional, en Venezuela se producía en mayor medida cerveza y ron y se importaba generalmente whisky y vino (http://www.paho.org/ven/index.php?option=com_docman&view=download&category_slug=documentos-estrategicos&alias=46-el-alcohol-y-las-politicas-publicas-en-venezuela&Itemid=466). La relación variaba cuando la economía nacional se recuperaba y se compraban destilados extranjeros, o decaía, caso en el que el mercado interno se diversificaba.

En lo inmediato, se supone que la crisis económica actual ha bajado del trono al escocés. Y ha subido a otro destilado: el ron, como principal bebida nacional y de exportación. Una botella de whisky ronda los 150 mil bolívares, una de un “buen ron” los 40 mil (http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38792002).

Se dice que el que tomaba wishky ahora toma ron, y el que tomaba ron ha optado por el Cocuy. Dependiendo de la marca una botella de Cocuy, a precio de Caracas, puede llegar hasta 9 mil Bs, constituyéndose en una alternativa para los estratos más bajos de la sociedad, y en la base para coócteles en bares y pequeños locales.

Luego, han surgido entre 20 y 25 marcas de cervezas artesanales, que han diversificado el mercado, pero que reportan su calidad a quien pueda comprarlas, porque su precio ronda los 10 mil bolívares por tercio.

Haya crisis o no, el venezolano se las ingenia para no pasar por debajo de la mesa cualquier celebración, y en el país del ingenio “celebración” es sinónimo de una cervecita, o un “cocuyazo”: celebrar los 'miaos', el grado de preescolar, carnaval, semana santa, cumpleaños, y hasta la muerte. Así tenga que montarse un alambique en el lavandero, el ADN del pueblo venezolano no puede permitirse una “partida seca”.

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