martes, 6 de mayo de 2014

Cambur


De cómo despedir un nido

La mano cincela la serpiente bajo las sábanas.
La boca entona el himno de la república bananera.
Columpian a la musa paradisíaca.
Lo visten, lo desvisten hasta que estalla en papelillo.
El roce de la carne, ese perfume caribe.

Patilla


De cómo despedir un nido

Descorrió las piernas de par en par, como si colgase un pantalón punta por punta en el tendedero.
Abrió la boca y mordió desde el centro -a trozos- la mitad de la patilla.
El agua manaba entre tus dientes.
La semilla ahí la dejó, floreciendo para otra noche de jugos.



viernes, 2 de mayo de 2014

Muere Concha Liaño Gil

Anarquista y combatiente de la Guerra civil española
Conocí a Concha en una conferencia en la UCV. Desde entonces, me enamoró el ímpetu de una mujer que, con 95 años, vivía sola con todo lo que eso implica, se hacía cargo de su hija con problemas clínicos importantes, y contagiaba de vida, aunque según ella estuviese casi ciega, sorda y sola.
De eso, hace casi ya dos años y medio. Ese mismo día la llevamos a su casa y conversamos tendido, en el primero de nuestros encuentros.
Me fascinaba tener cerca, tan cerca la esperanza, la experiencia del verdadero comunismo.
Después de compartir escritos y fotos y días, Concha me apretaba fuerte el antebrazo, me arrimaba hacia ella y me decía, con la convicción de una combatiente en guerra, que yo me le parecía a ella.
A mí me sonrojó su invitación a soñarme: Su cara la tejían las arrugas, sus ojos las cataratas, le fallaba el reloj, pero reía como una niña con chupeta.
De inmediato la quise.
En poco, mi abuela materna murió, y asumí a Concha. Fuimos juntas a sus diligencias, nos contábamos los chismes, las tragedias y aventuras que nos quedaban en la cesta, entre ellas una ansiada exposición sobre el anarquismo que quería traer a Venezuela, cosa que para ella representaba la misión por la que todavía vivía.
Alrededor de Concha orbitábamos algunos muchachos, algunas muchachas, que la quisimos, que nos turnamos a la libre para acompañarla en sus ganas de irse.

Confirmado 
Concepción Liaño Gil murió de un infarto el 19 de abril de 2014.
Su hija, a quien ella llamaba Monchina, la enterró el día siguiente.
No dijo nada, hasta ayer primero de mayo.
Descansa en un nicho de la Parcela 24 norte, del anárquico Cementerio General del sur, en Las Acacias, Caracas.

Liaño, fue fundadora del movimiento anarquista, humanista integral Mujeres libres, referencia internacional de la lucha revolucionaria feminista, vieja combatiente de la Guerra civil española.

Mucho corazón no le cupo a Concha en el pecho.

jueves, 1 de mayo de 2014

Gastronauta 6: Paneles, panelas, terrones


Hace poco construimos una yurta, una vivienda modular, desmontable y transportable, que han usado los pueblos nómadas de Asia, tradicionalmente. La edificación de este círculo de bambú la procuramos en un trapiche convertido en ecoaldea.
Como zafra pudimos darle forma a este almíbar de seis metros de diámetro, que se alimentó de un eclipse lunar, la corriente del río de Aguas Frías, y las manos encallecidas de un equipo de soñadores que no abandonaron las paletas de este cocimiento, montaña adentro.
Pero, no todo siempre es tan dulce.