martes, 13 de diciembre de 2016

Gastronauta 102: Unanimidad



"Siempre he sido de izquierda
y no me iba a hacer de derechas porque no me gustaban los clérigos comunistas,
entonces me hice trotskista.
Lo que pasa que luego, cuando estuve entre los trotskistas,
tampoco me gustaba la unanimidad clerical de los trotskistas,
y terminé siendo anarquista [...].
Ya en España encontré muchos anarquistas y empecé a dejar de ser anarquista.
La unanimidad me jode muchísimo".
Roberto Gómez Bolaño

Es una piedra el espejo. Una piedra de tamaño iglesia. Una no termina por mirarse en nadie, en nada. Es como si no pudiese imaginar el mañana. El mañana es un espejo de piedra. Hoy casi pude despertar y el amanecer se me ha solidificado en el pecho. La realidad es una piedra y el país me pesa. El sacerdocio de ser de este país. Los ojos del mundo sobre mi pecho, la ventura de la piedra que desgasta el río. Los perros que se mean en todo. El perfume de la mierda que creíamos piedra. Este país que escribió su destino en agua. Yo no estoy hablando, ni lo está haciendo mi mente, lo dice a diario la piedra que rueda por la calle y arrastra los corazones. No es el lenguaje del delirio. Es piedra. Es de noche y la noche llueve como si el corazón de piedra de Dios se deshiciera sobre el llano corazón de piedra del mundo, la carne del mundo, las uñas del mundo, la unanimidad del mundo, el pobre mundo y su triste circunferencia de piedra. La enumeración de la tierra, la coagulación, la piedra. Una masa de carne y hueso que se reúne y se vende y se repite y me repite hasta la muerte. Me dijo la mayor de mis hijas que le gustaría ser eterna. No pude sino pensar que terminaría por inventar la muerte. Eterno es el presentimiento. Este país es un presentimiento. El presentimiento de que la mañana es de piedra y el mañana es de piedra. Una madre que ya no siente cuando el hijo se le muere. Yo, como Bolaños, siempre he sido de izquierda y como Bolaños he descubierto que la masa que hace la piedra me jode muchísimo, no porque no pueda ser de la misma carne, sino que siéndolo, el grito no cesa. El grito y la estatua del grito. El grito que no me endereza sino que me reafirma en la raíz, la raíz del dolor, el dolor de curso legal, el dolor y su unanimidad. El dolor y la palabra dolor. Duele. Si la unanimidad consiste en concluir que el más salvaje capitalismo debemos llamarlo socialismo, si cincuenta más uno definen a este monstruo como un sistema igualitario, en el que el pueblo organizado se hace de los medios de producción cuando pactan con los amos de la historia, si la mayor parte de la gente le vota a este o aquel para que hagan por ellos el trabajo propio mientras todas y todos somos esclavizados, entonces no quiero ser de esa ni de esta masa. Quiero que desaparezca el que haciéndose de poder se hace de piedra y desgasta al río. Que desaparezca. No quiero obedecer, hacer silencio, convertirme en la masa que hace la piedra. Verne y Allan Poe nos introdujeron al centro de la tierra, penetraron la piedra (uno para constatar el bien y el otro para cartografiar el mal). La palabra puede y debe destrozar el magma. El sol profundo iluminar las tinieblas de donde nace la piel esperpéntica, la noche cerrada. El sol es también una piedra, una que brilla, que quema. A la palabra no debe convertirle en una bola la gravedad. Como los pájaros debe crear del barro la pluma. La palabra tiene que romper las piedras, tocar las puertas, convocar a deshacer todos los mundos en que lo abominable sea lo normal, despertar a los muertos y levantar el edificio de la piedra demolida.

domingo, 11 de diciembre de 2016

PON 55



UNA
Por Lydda Franco Farías (Venezuela)

UNA amanece
con el cuerpo de cera
con la víspera haciendo piruetas
con ojeras que delatan los retorcimientos del amor
UNA sabe que tiene prejuicios
y los va perfeccionando
UNA es a-política
UNA no se mete en camisa de once varas
UNA estampa el beso curricular
ÉL se va con sus ínfulas
con su ontológica suficiencia
UNA comparece ante el tribunal de los hijos
y cede ante la tiranía de los hijos
UNA tiene el deber de ser bella
porque entre otras cosas para eso está UNA
y para comprar lo que nos vendan
y para sufrir por la muchacha de la telenovela
que es tan desgraciada (la muchacha y la telenovela)
y para llorar de felicidad porque al final
el sapo se convierte en magnate y se casa con
ELLA
UNA es tan sentimental
UNA es tan fiel tan perrunamente fiel
que asquerosamente fiel es UNA
UNA se asoma al espejo y comprueba lo que no es
sabe qué cara va a poner
qué silencio va a arriar
qué píldora de domesticidad va a tener que tragarse
qué anticonceptiva es UNA
UNA queda tendida
knoch out
para reaparecer al día siguiente
pidiendo la revancha

LLEGARÁN TIEMPOS
Por Katerina Gogou (Grecia)

Llegarán tiempos donde cambiarán las cosas.
Recuérdalo, María.
Recuerda, María, en los recreos
aquel juego en que corríamos con el testigo en la mano.
No me mires. No llores.
Tú eres la esperanza.
Escucha,
llegarán tiempos
en que las niñas
elegirán a sus madres,
no vendrán al mundo por casualidad,
no existirán las puertas cerradas
y el trabajo
lo elegiremos nosotras.
Ya no seremos caballos a los que mirar los dientes.
La gente, ¡imagina!
hablará con colores
o con notas.
Tan sólo quedarán en una gran botella de agua
palabras y conceptos como estos
/inadaptación, opresión, soledad, precio, ganancia, humillación/
para las clases de historia.
Son, María -no quiero mentirte- momentos difíciles.
Y habrá otros.
Yo no sé... no esperes mucho de mí.
Tanto viví, tanto aprendí, tanto digo...
y de todo aquello que estudié
mantengo sólo una cosa:
"Lo importante es seguir siendo humanas."
¡Cambiaremos la vida!
Incluso
a pesar
de todo
esto,
María.

Novela:
VOLVERTE A VER (frag.)
Por Marcela Alluz (Argentina)

Andá a entrar la ropa, me grita desde la cocina. Salgo lentamente, sintiendo como la brisa empieza a hacerse fresca. Respiro hondo el olor a la lluvia que se acerca. Truenos como ruidos ahogados parten el silencio de la tarde y la luz blanca de los relámpagos me da en los ojos. Apurate, me dice en voz alta. Salgo y me demoro con la cabeza alzada dejando que me den en la cara las primeras gotas. Mi madre está aterrada, un pánico irracional a las tormentas la refugia en el centro de la sala por si cae un rayo. De nuevo me grita, apurate enferma, te va a partir la cabeza una centella por hacerte la Greta Garbo. Qué tendrá que ver.
Dejo la ropa sobre la mesa. La luz se ha cortado y mientras ella busca velas en la alacena yo me quedo pegada a la ventana abierta. Amo las tormentas, le digo. Como los locos, comenta ella mientras enciende un fósforo. La gente cuerda sabe que tiene consecuencias, los dementes no, van de cabeza al medio del desastre. Como vos Margarita. Como vos.

martes, 6 de diciembre de 2016

Gastronauta 101: Guayabo


Ya no puedo mirar con los mismos ojos las ramas de la guayaba. Esta mañana, alcé al cielo y descubrí que su color, el color de sus hojas era lo que de ella me imantaba, un verde sin brillo de cuyas venas se alimenta el también opaco rosa que engrosa la pulpa de la fruta. Cuando cae la guayaba, antes de que la gravedad la estalle contra la tierra, los pájaros la habrán picado, los gusanos atravesado y su caída ya no comporta desgracia. Cuando era pequeña, no dejábamos al destino su carne. Ahora, a mis sobrinos no les importa que delante de su puerta una pequeña mata se levanta y es madre para la boca de las aves. La rama de la guayaba es dura y flexible. Con ella mi abuela repicaba en el piso cuando el bojote de nieto no le hacíamos caso. Una vez me atinó una nalga y me picó hasta el día de hoy. Tenía yo menos de diez años y me daba a la tarea de escupir el sol.

De todas las torturas que once integrantes del Batallón Caribe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana supieron aplicar a doce hombres que hicieron presos y asesinaron después de una pesquisa de la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) en el Municipio Acevedo del Estado Miranda a mediados de octubre, juntarlos y pegarles con las ramas de guayaba fue, cuando menos, la más romántica.
“Rojas no supo hacer el trabajo; no los supo matar”, diría uno de los guardias hoy juzgado según el Ministerio Público, de nombre Luis Eduardo Romero.
No los supo matar”. Esa frase se cayó de madura, ningún gusano la quiso probar, los pájaros se negaron. La fruta podrida:

domingo, 4 de diciembre de 2016

PON 54


CANTO A FIDEL (frag.)
Por Carilda Oliver (Cuba)

No voy a nombrar a Oriente,
no voy a nombrar la Sierra,
no voy a nombrar la guerra
–penosa luz diferente–,
no voy a nombrar la frente,
la frente sin un cordel,
la frente para el laurel,
la frente de plomo y uva:
voy a nombrar toda Cuba:
voy a nombrar a Fidel.
Ese que para en la tierra
aunque la Luna le hinca,
ese de sangre que brinca
y esperanza que se aferra;
ese clavel en la guerra,
ese que en valor se baña,
ese que allá en la montaña
es un tigre repetido
y dondequiera ha crecido
como si fuese de caña.

FIDEL
Por Juan Gelman (Argentina)
dirán exactamente de fidel
gran conductor el que incendió la historia etcétera
pero el pueblo lo llama el caballo y es cierto
fidel montó sobre fidel un día
se lanzó de cabeza contra el dolor contra la muerte
pero más todavía contra el polvo del alma
la Historia parlará de sus hechos gloriosos
prefiero recordarlo en el rincón del día
en que miró su tierra y dijo soy la tierra
en que miró su pueblo y dijo soy el pueblo
y abolió sus dolores sus sombras sus olvidos
y solo contra el mundo levantó en una estaca
su propio corazón el único que tuvo
lo desplegó en el aire como una gran bandera
como un fuego encendido contra la noche oscura
como un golpe de amor en la cara del miedo
como un hombre que entra temblando en el amor
alzó su corazón lo agitaba en el aire
lo daba de comer de beber de encender
fidel es un país
yo lo vi con oleajes de rostros en su rostro
la Historia arreglará sus cuentas allá ella
pero lo vi cuando subía gente por sus hubiéramos
buenas noches Historia agranda tus portones
entramos con fidel con el caballo


CANTO A FIDEL CASTRO
Por Ernesto Guevara (Cuba)

Vámonos,
ardiente profeta de la aurora,
por recónditos senderos inalámbricos,
a liberar el verde caimán que tanto amas.
Vámonos.
(...)
(No pienses que puedan menguar nuestra entereza
las decoradas pulgas armadas de regalos;
perdimos un fusil, sus balas y una peña.
Nada más).
Y si en nuestro camino se interpone el hierro,
pedimos un sudario de cubanas lágrimas
para que se cubran los guerrilleros huesos
en el tránsito a la historia americana.
Nada más.
---
Lo he oído en sus escasas horas de añoranza a la vida, evocar las cosas que hubiera podido hacer de otro modo para ganarle más tiempo a la vida. Al verlo muy abrumado por el peso de tantos destinos ajenos, le pregunté qué era lo que más quisiera hacer en este mundo, y me contestó de inmediato: pararme en una esquina”.
Gabriel García Márquez (sobre Fidel Castro) (Colombia)


Desde que yo era niño lo vi como a un maestro de humanismo. Todavía lo veo de esa forma”.
Silvio Rodríguez (Cuba)


Porque él nació del pueblo y en medio del pueblo permanece, y por eso su grandeza es la del pueblo cubano. Todo lo que ha hecho, todas sus acciones, son la plasmación de las más altas aspiraciones de la patria de José Martí. La paz en la que yo creo no está ni estará divorciada de la justicia, de la libertad, de la esperanza de un mundo mejor y todo eso lo encarna Fidel.”
Jorge Amado (Brasil)


Las ideas como las que Fidel Castro defiende no envejecen nunca. Sigo reteniendo del líder cubano la imagen de un heroico homérico, tanto por sus incontables combates pletóricos de juventud como por su impresionante personalidad. Fidel es la esperanzada luz de un futuro más solidario y más justo”.
Rafael Alberti (España)


Fidel Castro es un hombre privilegiado por su formación cristiana, su opción marxista y la asimilación de la prédica martiana. Es una persona tímida, que casi pide permiso para ser quien es… A pesar de toda su genialidad, de toda la historia que encarna, consigue hacernos sentir su hermano.
Fidel es un hombre que pone su vida en función de la utopía, es un hombre que jamás en esta vida encontrará su plenitud porque Fidel cree que es posible el cielo en la tierra”.
Frei Betto (Brasil)


Fidel es un hombre que plasma la Revolución en sí misma como tal: como dirección, orientación, fisonomía. Es evidente que para el conjunto del pueblo cubano, al margen de sus cualidades, de su eficacia como dirigente, es ya un símbolo que adquiere un valor fuera de lo humano, fuera de lo cotidiano. Cuando se oye la palabra Fidel en la boca de un niño, de un adulto, además del valor directo, tiene una serie de resonancias como en la música de armónica que toca las fibras de la sensibilidad, de la conciencia. Fidel es el escultor de la Revolución Cubana”.
Julio Cortázar (Argentina)




martes, 29 de noviembre de 2016

Gastronauta 100: Fidel es el lugar


No me gustan los gusanos. Pero son necesarios. Más bien, alguna clase de gusanos. Están los que descomponen de la muerte la materia viva. Los que se comen los cadáveres para que de su mierda se alimente el mundo. Hay los que no terminan por ser serpientes y algunos son más bien oxiuros, les encanta lamer el culo. No me gustan esos gusanos.
Aunque muchos se transformen en mariposa. No me gustan en su estado larvario, cuando su risa no rompe la crisálida, cuando miran desde su orilla la isla y escupen el mar, envenenan la luna, se burlan de la marea. No me gustan esos gusanos que se prometen alas para derribar aviones, que a cambio maldicen el sol y se cagan en el nido que les dio la carne de donde nace el viento.
No me gusta ese gusano que lo mismo sabe de la lotería que no sabe de historia, que prefiere vender su lengua a lamer de los labios internos de la flor. No me gustan los gusanos. Los que se burlan de la muerte sin haberla procurado, los gusanos, una masa de miedo sin ojos.

Pero, los gusanos son necesarios porque sino el fondo carecería de forma y no sería idea, porque es bello el caos que antecede el rayo ¿cuántas veces puede nacer un gusano? ¿cómo barrer la cresa que forma la nata, que oxida la palabra país? ¿cómo no convertirse en gusano? ¿por qué tenemos que arrastrarnos antes de ser mariposa?
El hambre hizo que una clase de gusanos nadaran, se hicieron de balsas y llegaron al otro lado de su cuerpo sobre un plástico marchito de libertad y de la libertad se comieron sus cuerpos y los vomitaron para nacer una y otra vez, la ola que los visita y los devuelve sobre la arena, sobre la idea de que pudieron abandonar el pedazo de tierra que se pelean como perros con sangre entre los dientes.
“El dolor necesita un lugar”, diría Duras. El lugar es el cuerpo, el cuerpo es una playa, la playa una boca, la boca del dolor que gime y da forma a las manos, los gusanos que se creen con manos, que agitan la voz y celebran victorias ajenas, las noticias falsas, el reposo de las almas.
Los gusanos, el enjambre, las preguntas que no hacen, la voz, el grito.
Hay una cría de gusanos en las fauces de las presas. Son el volumen de la nada, la certeza de estar en medio de fuerzas extranjeras, la carne del cañón, el lugar del dolor.
Gusano lo bautizó el gusano que ancló en su boca el imperio de la moneda, el deseo de tener que no muere y se transfigura en máscara diaria sin despintar, con todos los faroles en su sitio, rica y dolorosa como un ancla en el barro.
Sin Fidel los gusanos corren el riesgo de comerse a sí mismos.

---
Fidel ha muerto, en su casa, con noventa años, tras seiscientos intentos de asesinato, después de atestiguar y ser parte importante de la historia del siglo XX.
En su estela un legado de solidaridad con los pueblos, el trabajo de los cubanos a cambio de la dignidad, un país sin desnutrición infantil, con casi cien por ciento de sus niños escolarizados, con más médicos por habitantes que cualquier país del mundo. Si acaso lo más importante, con la resistencia en popa al más fuerte bloqueo económico conocido ¿Quién puede señalar a su pueblo de débil?
Fidel, sin justificativos, ha sido un hombre de sus tiempos, que ha sabido cambiar de piel de acuerdo a las circunstancias, que se ha equivocado y ha reconocido sus errores para transformar su destino, el destino de su pueblo, porque -al decir de la poeta Carilda Oliver- nombrar a toda Cuba es nombrar a Fidel.

Con mis hijas fuimos a dejarle flores allí donde se mantiene con la frente en alto, en las puertas del Centro de Diagnóstico Integral, lugar en el que nos hemos encontrado con el contingente de médicos cubanos dispuestos a la sanación.
“¡Qué barbaridad!” escuchamos de la boca de una de las venezolanas beneficiadas durante esa mañana. Qué barbaridad. No pude decirle nada. La busqué como se busca a un gusano, aguzando los ojos para determinar su presencia, pero fue imposible dar con su tamaño, su voz era el lugar del dolor y nosotros caminábamos por el lugar del agradecimiento.

domingo, 27 de noviembre de 2016

PON 53



RECOGIENDO HOJAS SECAS DE EUCALIPTO...
Por Márgara Russotto (Venezuela)

Debes resignarte a esperar:
No he decidido aún entre
la felicidad errática de los animales en libertad
o la conciencia infeliz
de los hombres.

NO ME PREGUNTEN
Por César Cantoni (Argentina)
No me pregunten
cómo se escribe un poema.
Si lo supiera,
montaría una fábrica.



YO CREO QUE ALGÚN DÍA
Por Susana Thénon (Argentina)
Yo creo que algún día
he de encontrar lo que busco,
en árbol, en mujer,
en rama, mesa, pájaro,
en ojos, en palabras.
Yo creo que viviré hasta ese día.



EL JUSTIFICANTE PERFECTO (frag.)
Por Fabio Morábito (México)

(...) escritor es aquel que se enfrenta al fracaso de escribir y hace de ese fracaso, por decirlo así, su misión, mientras los demás sencillamente redactan. Podemos estirar esa anécdota e imaginar a alguien que, soga en mano, a punto de colgarse de una viga del techo, se dispone a redactar unas líneas de despedida, toma un lápiz y escribe la consabida frase de que no se culpe a nadie de su muerte. Hasta ahí va bien la cosa, pero decide añadir unas líneas para pedir disculpa a sus seres queridos y, como es un escritor, deja de redactar y se pone a escribir. Dos horas después lo encontramos sentado a la mesa, la soga olvidada sobre una silla, tachando adjetivos y corrigiendo una y otra vez la misma frase para dar con el tono justo. Cuando termina está agotado, tiene hambre y lo que menos desea es suicidarse. El estilo le ha salvado la vida, pero quizá fue por el estilo que quiso acabar con ella; tal vez uno de los resortes de su gesto fue la convicción de ser un escritor fallido y tal vez lo sea, como lo son todos aquellos que pretenden escribir el justificante perfecto, que son los únicos a quienes vale la pena leer. Escriben para justificar que escriben, la pluma en una mano y una soga en la otra.



Trino:
Alguien todavía a veces
de debajo de una mata desentierra
argumentos oxidados
y los arroja al montón de desechos.


martes, 22 de noviembre de 2016

Gastronauta 99: Los Miserables


A Jean Valjean lo hicieron miserable por robar unas hogazas de pan.
Del hambre a la revolución, la vida del hombre trazó una raya que atravesó la historia novelada de su pueblo. Víctor Hugo escribió sobre la defensa del oprimido, el hombre y su dolor, y el dolor como un dique roto al que lo atraviesa la naturaleza.
Quien no haya padecido el hambre no conoce el dolor.

La noticia del arresto a un menor de 16 años de edad en Lagunillas, en plena Costa Oriental del Lago de Maracaibo, por el robo de 5 auyamas (más bien auyamitas) es cuando menos una postal de Los Miserables: un muchacho camino a ser hombre con un abrigo azul roto, abrigo que no cubre su delgadez, custodiado por dos efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana Destacamento 113 (@GNB_ZuliaD113). Delante del “delincuente” una mesa de mantel rojo. Encima, la prueba del delito: cinco pequeñas calabazas que supuestamente robaría de un vivero ubicado en la Carretera N, una transversal de la Intercomunal que conecta a Lagunillas con Ciudad Ojeda, ciudad cabecera del municipio, y que serpentea desde la cabecera del Puente sobre el Lago hasta Mene Grande, límite con Trujillo.

Más abajo en el mapa en Caja Seca Municipio Sucre, dos días después, el 20 de noviembre, otro hombre de 19 años de edad sería apresado por robar un racimo de plátanos de una granja. Esta vez sería el Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia el que reportaría la hazaña a través de su cuenta en Twitter (@CPBEZ), hazaña que, luego del zafarrancho, borraría de las redes igual que la foto del “ladrón de auyamas”. El nombre del “hambre” es Leonardo José Cubillán Chourio. Tiene el mismo nombre y el mismo color de piel del José Leonardo Chirinos.

¿Quién escribirá sobre Eduardo Yohandry Ollarve, el “ladrón de auyamas”, o de Leonardo José, el “ladrón de plátanos”? ¿No tienen suficientes nombres para escribir sobre su hambre? ¿Cuándo se desbordará el Lago y terminará por hundirse la miseria? ¿Cuándo el mismo pueblo disfrazado de autoridad dejará de perseguirse la cola?

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Lagunillas es el reducto de los campamentos petroleros construidos para albergar a los obreros de la Industria de un lado y a la nómina mayor del otro. Alrededor se acumuló la marginalidad, para constituirse en la mano de obra tercerizada que sirve a los que sirven a la empresa, la gente pobre más pobre. Dentro, Pdvsa se encargaba de pintarle hasta el bote de basura que cada casa (cada una de las cuales son propiedad de la petrolera) tenía en frente; pagaba (paga aún) los servicios de agua, luz y gas; había hecho una clínica exclusiva para sus trabajadores; escuelas para unos y otros disgregando las clases sociales que componían el campo; dispensaban los alimentos a través de un Comisariato (de su uso exclusivo). Hasta los clubes estaban segregados, cerrando la puerta a los marginados.
La realidad cambia luego del sabotaje petrolero en 2001-2002 y el Estado decide no subsidiar más el gueto en su totalidad. El comisariato se constituye en un Pdval, la clínica atiende ahora a los marginados, y deja de mantener urbanísticamente el área, principalmente porque la población debe abandonar los campamentos a urbanizaciones creadas por el mismo Estado, debido a un fenómeno conocido como la “subsidencia” que consiste en el hundimiento progresivo del terreno, a medida que se extrae el petróleo. Algunas zonas de Lagunillas están por debajo de hasta 6 y 7 metros del nivel del Lago de Maracaibo. Los separa de las aguas marabinas un dique, de las lluvias ni Dios.
Antes de que otro fenómeno llegase a Lagunillas, en el municipio siempre gana el Partido Social Cristiano Copei. De sus cabezas, la frase de un alcalde que decía sin vergüenza que él “no hacía cloacas, porque eso no se ve”. Un cura que era dueño de una fábrica de velas, y que de día oficiaba la misa y de noche cazaba niñas y niños.
Digamos que en ese Macondo nació Eduardo Yohandry Ollarve, el ladrón de auyamas que exhibe la Guardia Nacional Bolivariana.
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Mientras los efectivos de la GNB o de la CPBEZ se toman las fotos que demostrarían que cumplen con “su trabajo”: el rescate de 5 auyamas y un racimo de plátanos, algunos de sus superiores permiten el contrabando de medicinas, alimentos y combustible hacia Colombia, no muy lejos de donde la “autoridad” garantiza la “propiedad privada”, allí donde el honor no se divisa.
Según el artículo 454 de Código Penal venezolano debieron castigar a los “infractores” con una multa que fuera de 5 a 25 unidades tributarias, y sólo apresarlos en caso de reincidencia con arresto de 3 a 15 días. Un aparte del artículo 451 contempla el hurto famélico -por estado de necesidad- de alimentos, sin el empleo de la violencia física.

Ollarve declararía que con las auyamas alimentaría a su familia.
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Hugo Chávez en 1.999 lo diría así. “Ayer saliendo de la Catedral, un hombre joven de unos 25 años llorando a la puerta de la catedral me dijo: ‘Chávez, ayúdame. Tengo dos hijos y se me están muriendo de hambre, y yo no quiero meterme a delincuente obligado… ¡Sálvame de este infierno!’ ¿Cuántos hombres como ese que lloró conmigo, a las puertas de la Catedral, no terminan en la cárcel de Yare o en El Dorado? Porque muchos de ellos tienen que salir a robar un pan para darle a su hijo y no se muera de hambre. ¿Cuántos no caen en eso? Yo creo que yo también caería, hermanos… Si yo fuera ese hombre joven que lloró conmigo ayer a las puertas de la Catedral de Caracas, y viese a mi hija a punto de morir de hambre, yo creo Dios mío que yo saldría a la medianoche a hacer algo para que mi hija no vaya a la tumba”.

Habrá quien se ocupe de descoser una supuesta campaña contra la institución castrense. Pero fui testigo de que borraron la información sobre el arresto a Leonardo Cubillán dada en la cuenta twitter de la Delegación 113 hoy martes 22 de noviembre en la mañana. Si fuera mentira, una manipulación de la foto, en principio por qué la publican, luego por qué la borran tras la polémica desatada.

Hay mucha miserabilidad: está el que padece la miseria, está el que se vale de su autoridad para hacer más miserable la miseria, convirtiendo todo lo que toca en mierda. Está el carroñero que se alimenta de los despojos de Los Miserables y sensacionaliza la miseria a cambio de rédito político, una especie de juez que se nutre de los mejores manjares mientras en el otro sucede la tragedia. Está usted que puede leerme y están los ladrones de auyama y plátano que nunca lo harán, para los que yo nunca he hecho nada. Y, nada he hecho ¿Qué podemos hacer, sino la revolución?

domingo, 20 de noviembre de 2016

PON 52


COBIJO
Por Eucario García (Venezuela)

Río, lírame con tu cuerpo.
Dime que Brígida regresa
con su carga de amores y una carta mía.
Ella se marchó de la escuela
y desde entonces sólo la han visto
en la sabana cerca de ti,
untándose el bosque en la piel.
¡Oh río!
quiero que ella escriba la más hermosa carta
y me lance un beso con letra grandota,
diga qué lee, si nada el terecay
o el andar de la tortuga del Caura.
Río, busco cobijo en la "maloca"
y en el olor del barro de tu crecida.
Corre la bora por tu cuerpo
y sólo te abrazas al horizonte
de los pescadores que dicen: ¡aijó...!
para nutrir sus tarrayas de hijos de tu vientre.

EL PORVENIR DE LOS ABRAZOS
Por Mayako Hernández (Venezuela)

Quiero aprender a tocar el piano,
interpretar "Ángel para un final" y "Lagrimas Negras"
para las fases lunares y los desaciertos existenciales.
Quiero una hija a la que pueda acompañar a crecer
mientras peino sus cabellos y la veo convertirse en alguien mejor que yo.
Quiero un perro que me reciba moviendo la cola
y mime mis extravagantes sollozos.
Quiero un amor generoso pero fulminante, de todo o nada,
y aunque sigo calzando los zapatos viejos de la presunción
salgo todos los días con un poema eufórico entre los dientes
y en el pecho una sonrisa fluida desde un escarabajo rojo
que prefigura el porvenir de los abrazos.

SOY TESTIGO Y TESTIMONIO
Por Geraldine Giménez (Venezuela)

En mí, los amantes dejan registro
los niños me bordean
entre sueños y risas,
millones de historias
fluyen entre mis raíces,
mientras otras van y vienen
Yo sigo aquí.

Testigo y testimonio
aunque crean que solo observo
también soy capaz
de abrazar,
sentir,
vivir,
por años aquí
Soy testigo y testimonio.

DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA (frag.)
Por Caroline Bird (Inglaterra)


Porque uno piensa que si lo menciona en un poema
el puente te amará recíprocamente.

Porque el puente te comerá viva.
Porque es algo como estar en un cuarto de hotel
con tu oreja pegada a la pared.

(...)
Porque vine a ti sin piel.
Porque si todos nos quitáramos la piel
nada podría herirnos.

Porque la primera regla del baile de salón
es nunca besar a tu Némesis.

Porque la verdadera alegría es siempre mortificante.
(...)
Porque los mentirosos tienen lenguas que saben a sorbete.
Porque la gente más peligrosa del mundo
piensa que son buenas personas.



Libro:
EL DOLOR (frag.)
Por Marguerite Duras (Vietnam)
El dolor necesita un lugar (...) La guerra es un dato general, las necesidades de la guerra también, la muerte. Él murió pronunciando mi nombre ¿Qué otro nombre hubiera podido pronunciar? Los que viven de datos generales no tienen nada en común conmigo.