UNA
Por Lydda Franco Farías
(Venezuela)
UNA amanece
con el cuerpo de cera
con la víspera haciendo piruetas
con ojeras que delatan los
retorcimientos del amor
UNA sabe que tiene prejuicios
y los va perfeccionando
UNA es a-política
UNA no se mete en camisa de once varas
UNA estampa el beso curricular
ÉL se va con sus ínfulas
con su ontológica suficiencia
UNA comparece ante el tribunal de los
hijos
y cede ante la tiranía de los hijos
UNA tiene el deber de ser bella
porque entre otras cosas para eso está
UNA
y para comprar lo que nos vendan
y para sufrir por la muchacha de la
telenovela
que es tan desgraciada (la muchacha y
la telenovela)
y para llorar de felicidad porque al
final
el sapo se convierte en magnate y se
casa con
ELLA
UNA es tan sentimental
UNA es tan fiel tan perrunamente fiel
que asquerosamente fiel es UNA
UNA se asoma al espejo y comprueba lo
que no es
sabe qué cara va a poner
qué silencio va a arriar
qué píldora de domesticidad va a
tener que tragarse
qué anticonceptiva es UNA
UNA queda tendida
knoch out
para reaparecer al día siguiente
pidiendo la revancha
LLEGARÁN TIEMPOS
Por Katerina Gogou (Grecia)
Llegarán tiempos donde cambiarán las
cosas.
Recuérdalo, María.
Recuerda, María, en los recreos
aquel juego en que corríamos con el testigo en la mano.
No me mires. No llores.
Tú eres la esperanza.
Escucha,
llegarán tiempos
en que las niñas
elegirán a sus madres,
no vendrán al mundo por casualidad,
no existirán las puertas cerradas
y el trabajo
lo elegiremos nosotras.
Ya no seremos caballos a los que mirar los dientes.
La gente, ¡imagina!
hablará con colores
o con notas.
Tan sólo quedarán en una gran botella de agua
palabras y conceptos como estos
/inadaptación, opresión, soledad, precio, ganancia, humillación/
para las clases de historia.
Son, María -no quiero mentirte- momentos difíciles.
Y habrá otros.
Yo no sé... no esperes mucho de mí.
Tanto viví, tanto aprendí, tanto digo...
y de todo aquello que estudié
mantengo sólo una cosa:
"Lo importante es seguir siendo humanas."
¡Cambiaremos la vida!
Incluso
a pesar
de todo
esto,
María.
Recuérdalo, María.
Recuerda, María, en los recreos
aquel juego en que corríamos con el testigo en la mano.
No me mires. No llores.
Tú eres la esperanza.
Escucha,
llegarán tiempos
en que las niñas
elegirán a sus madres,
no vendrán al mundo por casualidad,
no existirán las puertas cerradas
y el trabajo
lo elegiremos nosotras.
Ya no seremos caballos a los que mirar los dientes.
La gente, ¡imagina!
hablará con colores
o con notas.
Tan sólo quedarán en una gran botella de agua
palabras y conceptos como estos
/inadaptación, opresión, soledad, precio, ganancia, humillación/
para las clases de historia.
Son, María -no quiero mentirte- momentos difíciles.
Y habrá otros.
Yo no sé... no esperes mucho de mí.
Tanto viví, tanto aprendí, tanto digo...
y de todo aquello que estudié
mantengo sólo una cosa:
"Lo importante es seguir siendo humanas."
¡Cambiaremos la vida!
Incluso
a pesar
de todo
esto,
María.
Novela:
VOLVERTE A VER (frag.)
Por Marcela Alluz (Argentina)
Andá
a entrar la ropa, me grita desde la cocina. Salgo lentamente,
sintiendo como la brisa empieza a hacerse fresca. Respiro hondo el
olor a la lluvia que se acerca. Truenos como ruidos ahogados parten
el silencio de la tarde y la luz blanca de los relámpagos me da en
los ojos. Apurate, me dice en voz alta. Salgo y me demoro con la
cabeza alzada dejando que me den en la cara las primeras gotas. Mi
madre está aterrada, un pánico irracional a las tormentas la
refugia en el centro de la sala por si cae un rayo. De nuevo me
grita, apurate enferma, te va a partir la cabeza una centella por
hacerte la Greta Garbo. Qué tendrá que ver.
Dejo la ropa sobre la mesa. La luz se ha cortado y mientras ella busca velas en la alacena yo me quedo pegada a la ventana abierta. Amo las tormentas, le digo. Como los locos, comenta ella mientras enciende un fósforo. La gente cuerda sabe que tiene consecuencias, los dementes no, van de cabeza al medio del desastre. Como vos Margarita. Como vos.
Dejo la ropa sobre la mesa. La luz se ha cortado y mientras ella busca velas en la alacena yo me quedo pegada a la ventana abierta. Amo las tormentas, le digo. Como los locos, comenta ella mientras enciende un fósforo. La gente cuerda sabe que tiene consecuencias, los dementes no, van de cabeza al medio del desastre. Como vos Margarita. Como vos.
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