jueves, 28 de abril de 2016

Mujerícola 48: Mujer medicina



Es de frío la noche.
Una vecina toca a la puerta. Trae en brazos a su hija, Victoria. Tiene los ojitos rojos, llora mucho. Está caliente de puritica fiebre.
Me limpio las manos con el paño de la cocina. Dejo la avena coger el punto, a fuego bajísimo, el sabor de la breve espiral de la concha de un limón.

Me siento con ellas:
“Vengo a que me le des tus masajes y me le reces”.

Por un momento muy pequeño, me paralizo. “Yo no ensalmo”, me digo. No me atrevo a contrariar a una madre que confía que eso la ayudará.
De inmediato lo creo, y me dispongo a repetir con Victoria lo que hago con mis hijas.
Cuando se enferman las tomo y las limpio con aceites, y me arrodillo a mis ancestros, a la naturaleza y la misma necesidad de estar bien, para que sanen.
Entonces, cargo a Victoria. La miro y ella a mí. Llora. La llevo al cuarto y le hablo bajito mientras la acaricio con aceite de coco.
Se la encomiendo al corazón de las madres del mundo.
La aprieto un poco contra mi pecho y el olor a vida la mantiene tranquila mientras le canto con María Sabina:

Soy la matriz: de todos los bosques,
soy la fogata: de todas las colinas,
soy la reina: de todas las colmenas,
soy el escudo: de todas las cabezas,
soy la tumba: de todas las esperanzas”.

martes, 26 de abril de 2016

Gastronauta 82: Paja



Paja.
Se supone que acá inserte una frase del tipo “en la comunidad de al lado, los criminales anuncian los días en los que armarán un tiroteo, para que suspendan las clases en las escuelas”.
Se supone que desarrolle la idea.
Se supone que juzgue al respecto, que diga lo mal que estamos y que llueva sobre mojado.
Luego debo elaborar una metáfora que guiñe el ojo al intelecto ajeno.
Debo seguir con una enumeración de argumentos que me de la razón: datos, cifras, diferentes fuentes.
A continuación, provocar en el otro un sentimiento parecido al mío, miserables porque desde nuestra pequeñez el mundo se hace menos mundo.

Escribir puede convertirse en un acto masturbatorio, una bala al aire que de regreso no roza humanidad alguna, un desperdicio de pólvora.
Hoy no quiero opinar sobre nada, porque este país sufre sobredosis de paja, una paja para la que no hay chivo, ni aglomeraciones que eleven una buena pared, menos un techo.
Hay mucho que decir, cuánto más que hacer.

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Un bicho baja por la pared donde reposa la pantalla de la computadora y yo estoy contando los segundos que tarda en echarse encima. Cuando llega al borde del ordenador, aletea hacia otra parte, donde hay más luz.
La naturaleza sabe.
Hay bestias más feroces que el silencio.

domingo, 24 de abril de 2016

Poesía o nada 25

Poema:
RESARCIMIENTO
Por Teresa Casique (Venezuela)
¿Has visto a una loba gimiendo? 
Es una visión patética.
Supones bien:
de su fuerza
no hay destello
su mirada
inspira lástima
no se mueve mientras soporta
su cobarde, continua ración
de soledad.
El terrorífico aullido
que antiguo dejara sentir
su alma
transformado
en ruido
¿quién lo escucha?
Presta atención
Debes romper la bandeja de cristal
donde le sirves
migajas
cuando el hambre la lance al bosque
y pruebe de nuevo carne fresca
asústate
Si te lamentas.
---

jueves, 21 de abril de 2016

Mujerícola 47 Dilma



Baja la cara de una bofetada y sus ojos, a punto de salirse de órbita, contemplan los hilos de sangre que pueblan, de a poco, las líneas de los azulejos blancos en los baños de la cárcel Tiradentes en San Pablo.
Era sangre sobre sangre, una piel que olía a kilómetros, la costra que en Brasil no termina de amanecer.
Siempre fue de noche. Durante aquella luna, pegó su boca con tal fuerza contra el tronco en el que la amarraban para electrocutarla, que uno de sus dientes se amorató. Más tarde se lo volaría de un puñetazo el capitán Benoni de Arruda Albernaz (1), jefe de interrogatorios.
Lo vomitaría con el poco pan y la poca agua que tenía en el estómago, también la sangre.
La mandíbula se le desencajó, el corazón se le fue a otra parte.
“Vas a estar deformada y nadie te querrá. Nadie sabe que estás aquí. Te convertirás en un 'jamón' y nadie lo sabrá”, le susurraba uno de sus torturadores.

martes, 19 de abril de 2016

Gastronauta 81: Congreso de ratones


I
Una mujer como Dilma, hecha presa en la última dictadura brasilera estás siendo enjuiciada por miembros de un Congreso que le dedican su voto, a favor del juicio político (impeachment) contra la presidenta, al general torturador que se “hizo cargo” de Rousseff durante su cautiverio etre 1970 y 1973.
A Dilma le aplicaron electrochoques, sufrió azotes, le volaron un diente, simularon que la fusilaban, sólo por ser militante de un grupo de izquierdas.
Fue el congresista Jair Bolsonaro el que ofrendó su voto a favor de la destitución al Coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, secuestrador y verdugo de la dictadura. Mientras,  el también diputado,  Eduardo Bolsonaro, su hijo, hacía señales de ametralladora cuando votaba.
Bolsonaro padre, es ése que espetó a otra diputada, Marina do Rosário, diciéndole que no la violaba porque no lo merecía, el mismo que arguye que hay que golpear a los hijos para que o se críen homosexuales. Es el parlamentario con más votos en Río de Janeiro.

II
Con Cristina Fernández no pudieron durante su presidencia. Así que ahora la persigue la justicia macrista, con precisiones económicas que implican el uso de términos como dólar futuro, o lavado de dinero, al mismo tiempo que el presidente es señalado por estar implicado en el engorde de paraísos fiscales, más precisamente en los Panamá Papers.
La acusa el financista Leonardo Fariña, bajo la figura del “arrepentido”. Es decir, participó en los supuestos chanchullos, entonces ahora  le remordió la conciencia y en un ataque moral señala no menos que a la contrincante política más visible para Mauricio.
Mauricio Macri devaluó la moneda en más de 30% al final de la primera semana de gobierno y a menos de un me se descontó a más de diez mil trabajadores despedidos.
Cristina acusa a Macri de fabricar una causa para privarla de libertad, de plantarle delitos, pero en mi pueblo se dice que quien tiene malamano no cosecha: al llegar a Buenos Aires, Cristina fue recibida por una multitud de personas en el aeropuerto, que la acompañó hasta su presentación en los tribunales.
Macri, cuando lava, llueve.

domingo, 17 de abril de 2016

Poesía o nada 24


Poema:
NO TE ENAMORES DE UNA MUJER QUE LEE
Por Martha Rivera Garrido (República Dominicana)

No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe...
No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca.
No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma.
No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música.
No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y vertigue un inmenso horror por las injusticias. Una a la que le gusten los juegos de fútbol y de pelota y no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo.
No te enamores de una mujer intensa, lúdica y lúcida e irreverente.
No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, jamás se regresa..

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Poema
LA DESTERRADA
Por Rafael Courtoisie (Uruguay)
La patria es el pubis.
El Monte de Venus.
La pradera entre las piernas.
No tengo patria.
¿Qué patria tendría en esta vida, qué lugar frente al Páter, huérfana desde siempre en un abismo sin voz?
Ni siquiera soy quien escribe. Vivo fuera del lenguaje.
El bocado que engullen los obesos, los bulímicos y poderosos del mundo, no me nutre. Como ausencia. Vivo sola en la república del silencio, sobre la falda de un dios que no existe, de un dios hembra, de una divinidad mujer parecida a la luna y al golpe del mar sobre las rocas. No el mar: la mar sobre las rocas.
Mater maris. Mater et magister.
La mar sobre la Tierra. Desterrada.
Vivo en el aire, sobre lo que existe y no.
Y es tarde.
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jueves, 14 de abril de 2016

Mujerícola 46: Miyó



El calor es el pronóstico del fuego. Conozco a la gente que se alimenta de las cenizas y las vomita sobre el papel... Creo reconocerlos... Más bien, nada.
Pero muchos de los que se consumen malvivieron a Maracaibo, “lambiando” las aceras, tendidos sobre los techos, secos, son personas con ojos extranjeros, habitantes de otra parte, pero muy de la cera alta, rotos: odian a su madre tanto como a las metáforas, y les gusta caminar por la calle, orando para que un carro se los lleve por delante y en la plegaria un poema-un grito, hablan solos, mirándose o no al espejo, y se sumergen en la tina hasta que el aire mismo de los pulmones los impulsa hacia el cielo del baño; son ellos, los que se inclinan por la noche y tienen como profesión fumar hasta que la atmósfera se vuelva del color de sus apocalipsis.

No los conozco, pero los sueño: yo me encuentro con ella en el Monte sacro, una colina más bien pequeña, a la que van a cagar los señores de la calle, y que hiede a miaos rancio. Me encuentro a gusto con Marie José, que prefiere llamarse Miyó, y nos vemos-nunca hablamos, porque yo dibujo en el aire su boca, un par de picos mínimos que suben sobre su labio superior. Ella me adivina, y no puede evitar la sonrisa (le gusta sonreír en confianza como si mirara a un perro voltearse para que le rascara la panza). Sabe que soy tonta, y me lo perdona. No habla porque yo sostengo su boca, y en el dibujo de sus labios me robo sus palabras.
Sus antepasados no la quieren. En el baúl de los muertos sólo su abuelo la cobija, con madera fresca todas las noches, a los cuatro años, cuando se escapa de su casa.

martes, 12 de abril de 2016

Gastronauta 80: Regalo mi número en la fila


I
A Miguel lo nombraron gerente de Makro hoy, y dos semanas después lo encañonaron al salir de su casa al trabajo. Se desayunó a seis hombres en dos camionetas, que le dijeron el nombre de su hija, la dirección del colegio en el que estudia, y cómo la despedazarían después de violarla, también la descripción de su esposa y algunos otros datos sobre cómo se movía y cómo podía dejar de hacerlo, de no acceder a la negociación que le “propusieron”.
A cambio de que no ocurrieran aquellos desmanes, debía venderles buena parte de los productos regulados para el abastecimiento de la población que acude a la distribuidora, debía privilegiar a la gente que mandasen.

II
Aníbal llegó a las cuatro de la mañana al Mercal, ubicado en la Urbanización Ciudad Urdaneta, sector El Danto, de Ciudad Ojeda, Estado Zulia. Era el número cuatro en la fila de personas que desde más temprano se formaba para acceder a los alimentos subsidiados por el Estado venezolano.
A las ocho y treinta de la mañana, se asoma un empleado del Mercado de Alimentos y le entrega la numeración a las personas que permanecían en la cola.
A Aníbal le entrega el número sesenta.
Extrañado, el hombre le pregunta que qué significaba eso, a lo que el trabajador le sale con que “o lo acepta, o se va pal' coño”.
Los tres que antecedían a Aníbal se quedaron, éste se fue sin mediar más palabra. Se quedó en silencio. Contiene en su pecho cinco meses de desempleo, y el maltrato ése que viene con el paquete de ser pobre.

III
Ahí mismito, a pocos kilómetros, hace dos meses, fue arrestado el gerente del Abasto Bicentenario en Lagunillas, Carlos Bonilla. En el video presentado en televisión nacional por el ministro de Interior y Justicia, la población agolpada en los alrededores del comercio, vitoreaba la acción del Gobierno Nacional, porque “ya era hora”.
48 horas después fue puesto en libertad, y la gente que aplaudió aquella acción lo miraba comer hamburguesas en un puesto frente al club Zumaque.

domingo, 10 de abril de 2016

Poesía o nada 23

Poema:

CANTO NUPCIAL
Por Susana Thénon (Argentina)

me he casado
me he casado
me he dado el sí
un sí que tardó años en llegar
años de sufrimientos indecibles
de llorar con la lluvia
de encerrarme en la pieza
porque yo -el gran amor de mi existencia-
no me llamaba
no me escribía
no me visitaba
y a veces
cuando juntaba yo el coraje de llamarme
para decirme: hola, ¿estoy bien?
yo me hacía negar
llegué incluso a escribirme
en una lista de clavos
a los que no quería conectarme
porque daban la lata
porque me perseguían
porque me acorralaban
porque me reventaban
al final ni disimulaba yo
cuando yo me requería
me daba a entender
finamente
que me tenía podrida
y pasó tanto tiempo
que me extrañé
entonces dije
¿cuánto hace que no me llamo?
añares
debe de hacer añares
y me llamé y atendí yo
y no podía creerlo
porque aunque parezca mentira
no había cicatrizado
sólo me había ido en sangre
entonces me dije: 
hola, ¿soy yo?
soy yo, me dije, y añadí:
hace muchísimo que no sabemos nada
yo de mí ni mí de yo
¿quiero venir a casa?
sí, dije yo
y volvimos a encontrarnos
con paz
yo me sentía bien junto conmigo
igual que yo
que me sentía bien junto conmigo
y así
de un día para el otro
me casé y me casé
y estoy junta
y ni la muerte puede separarme
 

jueves, 7 de abril de 2016

Mujerícola 45: Lilith



El mar rojo es rojo, porque a Lilith se le dio por abrirle las piernas en plena luna, para dejarlo pasar hasta horadar las cuevas de donde la piedra hizo de cielo a la palabra, La Gran Madre, Lilith es.
Dejó tirado a Adán en el Paraíso (una cama en flor, con olor a yerbabuena y menta) el día que se negó a estar debajo suyo, y con él a todos sus hijos guindando del árbol de manzanas, a sus hijas enroscadas en las aguas, para parir -a razón de cien por día- los demonios que conforman las raíces de la humanidad.
Y lo mismo se comía a uno y a otra de tanto lamerlos, tanto.
También parió a Eva. De su estirpe -y no de los huesos del varón- se abultaron sus caderas y le crecieron dos deseos como tetas.
De su leche el diluvio atravesaría a las bestias que prefirieron ahogarse en sus aguas.

Se dice que a Lilith le crece un cuerpo de dragón, o de gato salvaje, también de hiena, algunos dicen que de serpiente, que una lechuza, que es un animal.
La dibujan ardorosa, rodeada de su amante Samael, una fina línea de lenguas con escamas.
Lilith es el viento que se cuela por la entrepierna de la noche y le arranca el semen con que fecunda su mito. Moja la cama de los amantes insatisfechos, abre la boca y les roba el aliento, que la gravedad devuelve como rocío.
Entre las hileras de sus cabellos se hallan enredadas las venas de hombres y mujeres a los que enamora su grieta dispuesta al baile.

martes, 5 de abril de 2016

Gastronauta 79: Sustitutos


Hace una año cuando empezó la sumisión económica, en mi casa llevábamos rato sin comer carne, tampoco azúcar, la sustituíamos con granos, y con papelón, entre otros hábitos que creíamos más sanos, más económicos.
Pasé de comprar la panela de 20 Bolívares, a 400. El último mes me he negado a comprarla en 920, costo que representa 45 veces el precio de hace sólo meses.
Ni hablar de los granos. Un kilo de caraotas cuesta hasta 1.500, siendo que lo compraba en 35 Bolívares. Más de cuarenta veces su valor.
Se trata de cortar todo atisbo de oxígeno. Ya, ni lo que la cesta básica contempla, ni los sustitutos.
Con el café pasó que, después de elevar el precio de la regulación de 46,6 a 694,21 Bs. (1.390% de aumento) se encontró en todos los anaqueles, sólo que con presentaciones “gourmet” con el precio marcado en más de mil Bolívares. La presión resultó en el aumento del costo del producto y en la liberación de los costos, enmascarada.
La pasta que se compraba en 15 Bolívares marca casi 400, sobrepasando cualquier regulación del Estado, a merced de lo que guste marcar el productor (llámese Polar, o Sindoni).
Cuando el gobierno ordenó bajar el costo del cartón de huevos a 420 Bolívares, muchos productores prefirieron estrellarlos contra el piso y, aunque algunos negociaron un precio “más justo” para la venta (600 el cartón), tres meses después, MEDIO cartón cuesta 900.
Una lata de atún mediana (de 175 gr) costaba -hace un año- 180 Bs. En la actualidad marca 1.200.
¿Los costos de importación crecen exponencialmente, de acuerdo a qué? ¿La regulación es una barda que salta cualquiera? ¿La subida de los precios contempla en su estructura de costo el pago de las pocas –casi nulas- multas por la contraloría del Estado?
Está bien, eliminamos el azúcar y el papelón, la carne y los granos, el café, la pasta (el arroz, porque tampoco se consigue), los huevos, el atún, la harina de maíz (hecha con el bagazo del cereal) y nos hacemos vegetarianos.
Pero, la yuca –por ejemplo-, que fue una de los tubérculos más económicos, no baja de 700 Bolívares, y ya ni siquiera los alimentos cosechados en temporada alivianan el bolsillo de los comensales.
Así el resto de los vegetales y las frutas.

domingo, 3 de abril de 2016

Poesía o nada 22

Poema:
ENVIDIA DEL PENE (Extracto)
Por Erica Jong (Estados Unidos)


(...)

Pero ya que soy mujer,
debo no sólo inspirar el poema
sino también escribirlo a máquina,
no sólo concebir al niño
sino también darlo a luz,
no sólo dar a luz al niño
sino también bañarlo,
no sólo bañar al niño
sino también alimentarlo,
no sólo alimentar al niño
sino también llevarlo
a todas partes, a todas partes...

mientras que los hombres escriben poemas
sobre los misterios de la maternidad.

Envidio a los hombres que pueden anhelar
con infinita vaciedad.



Poema:
EL MATRIMONIO II
Por Denise Levertov (Inglaterra)

Te quiero hablar a tí.
¿A quién más?
Eres tú quien hace
un mundo del que hablar.
En tu calor
las frutas se ponen maduras— todas
las manzanas y peras crecidas
sobre la pared sur
de mi cabeza. Si escuchas
llueve para ellas, después
beben.
Si contestas
las semillas
saltan a la tierra.
Habla o quédate en silencio: tu silencio
me hablará.