Cuando Manuela coronó, le subió el
volumen a la música. Cantaba Gil Fernández de la banda La Gente.
“Es tan poderosa, que su mano es de todos”.
Yo no quisiera saber cómo el cáncer
se llevó a su Madre, si es que se la llevó, pero con su música yo
me hice una. Febrero terminaría por desenterrar del vientre los
hombros de la vida.
En el segundo
mes del año floreció La Gente y mi hija, la de nombre libertador.
Podría decirse que la banda La Gente
nace en la voz de Zulima Unfalia Nahuali Mujica, la madre de Gil y de
Carlos “Pescao” Fernández, voz y batería (también pianista)
del entonces cuarteto guaro-yaracuyano.
No se sabe a ciencia cierta cuándo los
hermanos eran más felices, si cuando la mamá cantaba, o cuando
cocinaba, porque su palabra perfumaba las esquinas lo mismo que el
culantro en un plato de caraotas. De Zulima la redondez de las
arepas, la palabra la última palabra la palabra que se cumple para
un trébol de machos.
Los calamares en su tinta silenciaban a
los hijos, al señor Gil Fernández su esposo, una buena hallaca con
diademas de huevo duro. Zulima: orilla y continente en la casa
Fernández Mujica.
“Madre, madre, madre, como las
montañas. Madre, madre, madre, más fuerte que la rabia”.
De la boca de la madre Ali Primera, de
la boca de sus hijos Ali Primera. Zulima caminó a la izquierda antes
que la izquierda se autoproclamara “izquierda en el poder”.
La idea, la voz, la música y la sazón
les heredó a los fundadores de La Gente.
En su casa, una veintena de muchachas y
muchachos crecieron y se multiplicaron. El día en que se casó fue
el más feliz, también cuando nació su nieta Victoria Abril, el
veinticinco de noviembre de 2006, justo la fecha en que celebraba su
cumpleaños número 61.
Dos años después, La Gente daba su
primer grito.
“¿A dónde iré? ¿a dónde irás?
El camino seguro es el más corto hacia a la eternidad”.
El primer disco de la banda lo grabaron
y editaron en un cuarto de la casa de Zulima: Billetes y risas
(2009). De él, el coro de “Aaabiaaayala” en la canción
Alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina, una
canción que animaría Manuel Loayza para el canal Ávila TV.
La segunda placa la producen en el
Estudio Francia en Yaracuy y fue mezclada en Escocia.
Se llamaría Madre (2013), en homenaje
a Zulima y a la naturaleza, la madre de las madres.
Lo que había comenzado como un septeto
se establecería como cuarteto y en la actualidad como trío. Además
de los hermanos Fernández persiste en hacerse Gente el guitarrista
Alex Guevara.
“Este es un sueño perdido que va
teniendo sentido”.
***
Cuando mi hermano mayor me encuentra,
me palmea las nalgas. Entonces, el Calbuco chileno bulle. Me saluda
una arrecherón que sólo puede compararse con el de Zulima, porque
no había cosa que la molestase más que la nalguearan. Y la vida,
como un volcán, la manoteó desde el centro mismo de su cuerpo hacia
afuera, por la boca, en la boca.
Zulima se iría el treinta de
septiembre de 2010 ¿qué pájaro no se muere cuando no puede cantar?
Un año antes alzó las alas y en el casorio del Pez con Janis no le
dolía el dolor, sino que la animaba el amor a subir la voz sobre sus
pies para volver a ser ella, en un hermoso vestido rosado, a orillas
del rumor caribeño.
Tres años y más de 600 presentaciones
después sus hijos se escucharían en siete países, simultáneamente.
La Gente, reciénparidos, cautivaron como cuando los recibían en los
Anfiteatros, como cuando salieron del cuarto de Zulima y rayaron de
estrías sus caderas.
Cuando los hijos aprenden a caminar una
intuye que el camino no terminará nunca, y hay algo en el pecho que
nos recuerda que nuestra voz les servirá de vereda.
“Cuánto tiempo ha pasado y no
sabía qué hacer, me encontré con mi interior, y volví a renacer.
Pasando por tantas cosas, mi vida volvió a cambiar, he vuelto a
empezar otra vez. Y vamos caminando, o vamos ya volando ... Con
tantas tristezas también hay muchas alegrías”.
***
Alex trabaja en una institución de
distribución de alimentos, Carlos conforma un equipo de fútbol en
su barrio y Gil enseña a jugar béisbol. Todos los días rehacen el
rock en plazas, autobuses, en los barrios, en la calle, porque su
vida consiste en transformarse en música.
Ahora mismo, La Gente vive en el útero:
están en el más intenso proceso creativo, para volver a ser niños.
La mía, mi niña Manuelita, aprende a hablar con sus canciones para
hecerse grande.
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