Por Indira Carpio Olivo
¿No es premonitorio que la primera
elección popular libre, por voto secreto y directo en Venezuela haya
sido para escoger una reina de belleza, la monarca del béisbol,
además?
Avanzaba 1944. Venezuela era sede de la
Séptima Serie Mundial de Béisbol Aficionado. El equipo local había
sido campeón en Cuba, en 1941. La selección tenía sobre sus
hombros la responsabilidad de sostener la copa Simón Bolívar, pero
la novena estaría un peldaño más abajo en la pauta informativa.
Primero, el primero (de octubre, en
Venezuela el béisbol siempre es en octubre) se elegía la reina y a
los organizadores se les ocurrió que, como nunca antes, el pueblo
(mayor de 15 años) participara en unos comicios libres. Hasta
entonces, sólo tenían derecho al voto directo los hombres
alfabetizados, mayores de 21 años.
Las dos principales contendoras
acapararon los flashes. Reinaba Medina Angarita. Oly Clemente era la
postulada por la clase en el poder, la élite económica del valle de
Caracas, hija del secretario de Gobierno del presidente; y Yolanda
Leal, la maestra normalista, la “negra” de Montepiedad, se
constituyó como la favorita del pueblo.
Directamente, a Yolanda la respaldaba
el diario Últimas Noticias y varios sindicatos y a Oly las rotativas
de El Universal, El Nacional, los clubes sociales y el sector
empresarial.
Ambas escenificaron la primera campaña
con visos políticos en la que las candidatas visitaban todo el
territorio nacional y acudían a estrategias propagandísticas para
favorecer su elección: “Oly Clemente para la
gente decente, Yolanda Leal para la gente vulgar”, rezaban los
volantes que caían como la lluvia sobre Caracas y que santificaban
el credo mediático, uno que apostaba sin tapujos a la blanca sobre
la negra, a la “high” sobre la “tierrúa”.
Lo que era una contienda de beldades
trascendió a un enfrentamiento de clases. Se coqueteaba con la
democracia y ella con el clasismo, el racismo, el sexismo.
El tamaño de
aquella convocatoria fue sellado por el mismo presidente, quien tuvo
que salir al trote cuando expresó la “neutralidad” de su
gobierno frente a las elecciones de la reina del béisbol
(https://cathebaz.wordpress.com/2011/10/01/una-reina-para-el-pueblo/).
Antes, durante la elección de la reina
de los estudiantes le habían aguado la fiesta al Bagre Juan Vicente
Gómez, unos “bándalos” que la historia reconocería como la
generación del '28.
Los partidos políticos también
apoyaban a las candidatas, Acción Democrática a Leal; ¿a quién
apoyaría Copei? Tres años después se realizaban elecciones
universales para la presidencia de Venezuela. Antes, ocurrirían
muchas cosas más... Después, mucho después, Yolanda se haría
chavista
(http://albaciudad.org/2017/01/yolanda-leal-tambien-fue-artista/).
Incluso Miguel Otero Silva escribiría
sus Glosas para Yolanda:
Yolanda de Venezuela, mi pueblo te
necesita,
por morena y por bonita y por maestra de escuela.
por morena y por bonita y por maestra de escuela.
El strike de tu sonrisa, cruzó su
curva en mi pecho
y yo me quedé maltrecho y abanicando la brisa.
Corredor con mucha prisa, mi corazón sin cautela,
salió en busca de tu escuela y tu sonrisa profunda
lo puso fuera en segunda, Yolanda de Venezuela.
y yo me quedé maltrecho y abanicando la brisa.
Corredor con mucha prisa, mi corazón sin cautela,
salió en busca de tu escuela y tu sonrisa profunda
lo puso fuera en segunda, Yolanda de Venezuela.
Quién fuera rolling sin pena, para tu
pie acanelado
quién fuera flay elevado, para tu mano morena
en la tribuna más llena, donde Juan Bimba más grita
con tu voz de agua bendita, proclamando la victoria
para cubrirte de gloria, mi pueblo te necesita.
quién fuera flay elevado, para tu mano morena
en la tribuna más llena, donde Juan Bimba más grita
con tu voz de agua bendita, proclamando la victoria
para cubrirte de gloria, mi pueblo te necesita.
Cuando para mi desgracia, te alargué
la mano tersa
tú me volaste la cerca, con el jonrón de tu gracia.
Reina de mi democracia, soberana de Pagüita,
en la clara nochecita, de tus ojos retrecheros
me anotaste nueve ceros, por morena y por bonita.
tú me volaste la cerca, con el jonrón de tu gracia.
Reina de mi democracia, soberana de Pagüita,
en la clara nochecita, de tus ojos retrecheros
me anotaste nueve ceros, por morena y por bonita.
Fuiste línea disparada, hacia tu
pueblo de frente
y en ti tu pueblo valiente, logró su mejor jornada.
Así quedaste engarzada, en manos de Venezuela
manojito de canela, reina la más majestuosa
por morena y por hermosa y por maestra de escuela”.
y en ti tu pueblo valiente, logró su mejor jornada.
Así quedaste engarzada, en manos de Venezuela
manojito de canela, reina la más majestuosa
por morena y por hermosa y por maestra de escuela”.
El béisbol y los certámenes de
belleza serían los rubros de la cultura venezolana que aportarían a
la historia nacional las primeras elecciones democráticas.
Leal le ganaría
Clemente por 24.850 votos. La épica de los pobres contra los ricos
refrendaba el comienzo del amor tan publicitado del pueblo por el
diamante y la pelota, por los certámenes en los que las mujeres
compiten y son aprovechadas con un fin ulterior.
Las fantasías de la cultura
venezolana: la belleza, el deporte, las elecciones: el voto.
Justo, un año después Isaías Medina
Angarita sería derrocado por un golpe de Estado cívico militar. Las
redes se tejían entre partidos y militares opositores al
anticomunista, y no por comunistas precisamente.
Para entonces un inglés nos veía con
el desprecio inglés. El embajador de Inglaterra en suelo nacional y
defensor de los intereses económicos (petroleros, principalmente) se
referiría en una carta a otro con ínfulas de lord, sobre la Serie
Mundial de Béisbol en estos términos:
“En los países
latinoamericanos, las relaciones internacionales se ven afectadas por
eventos que nosotros como anglosajones, involucrados en una lucha por
asuntos concernientes al futuro de la humanidad, pudiéramos
considerar como triviales [...] las ideas latinas de espítritu
deportivo son diferentes a las nuestras [...]”
(https://books.google.co.ve/books?id=_IviUcQuXBsC&pg=RA1-PT670&lpg=RA1-PT670&dq=septima+serie+de+beisbol+venezuela+1944&source=bl&ots=AsFuA-SGuO&sig=h1KBusgH87d8P5iF6RrENXOP3V4&hl=es-419&sa=X&ved=0ahUKEwi49ae7r6vSAhWBeyYKHbBSDHMQ6AEIQTAG#v=onepage&q=septima%20serie%20de%20beisbol%20venezuela%201944&f=false).
Ese año, Venezuela
ganaría la serie mundial, no sin reclamos. Cuba se retiraba y
protestaría el arbitraje en general, y en específico el de la
jornada contra Venezuela, lo mismo que México abandonaría el
partido contra la tricolor. En el encuentro con el equipo habanero,
un coach venezolano sería nombrado como umpire de home, y un
reportero gráfico participaría de la (in)justa. El árbitro
principal lo explicaba: “Señores, ustedes no entienden que
el fotógrafo también es un hombre de
béisbol”(http://columnadeportiva.com/2011/09/29/copa-mundial-pelota-historia/#sthash.UBMjfNw2.dpuf).
Uno de los juegos, el de
Venezuela-Dominicana fue suspendido en el noveno inning (lo mismo que
dos carreras que anotara la novena nacional) porque la oscuridad
llegaba al estadio y para entonces no había electricidad. La Segunda
Guerra Mundial lo ensombreció todo más rápido, aunque en suelo
patrio aquello parecía irrelevante. Ése 18 de octubre, los de
Quisqueya se anotaban la victoria 2 a 0.
Venezuela ganaría 5 de los 7 partidos
de la serie regular
(http://lahemerotecaluisrrondon.over-blog.com/article-vii-serie-mundial-de-beisbol-amateur-de-1944-68456533.html),
2 de los 3 del round robin, para titularse campeón
(https://desdemipalcodefanatico.wordpress.com/archivo/vii-serie-mundial-de-beisbol-amateur-1944/).
El manager fue José Antonio Casanova.
Tenía 26 años de edad. A los 26, quién no elige una corona, haya
guerra o no, haya trampa o no, se inaugure la democracia, o no. El
país se entretejía en las costuras de la pelota.
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