Por Indira Carpio Olivo
Todo apunta a que, el reemplazo
(electoral, o a través de golpes legislativos) de los llamados
gobiernos progresistas de América Latina, por gobiernos de derecha,
se debilita. Y al contrario, la oposición en manos de dirigentes de
tendencia hacia la izquierda gozan de buena salud política. Cuando
se pensaba que el conservadurismo avanzaba, la recesión económica
empujó las velas al contrario, y los barcos parecen hundirse.
Según las encuestas más serias, los
niveles de popularidad caen en los gobiernos de Mauricio Macri en
Argentina, de Michel Temer en Brasil. Así como en los gobiernos
aliados en el continente, el de Juan Manuel Santos en Colombia, Peña
Nieto en México, Horacio Cartes en Paraguay, Michelle Bachelet en
Chile, Pedro Pablo Kuczynski en Perú.
A Cristina, ni la cárcel
Macri experimenta los niveles más
bajos de aceptación. Según la encuesta del Grupo Opinión Pública
la imagen del mandatario se ubica en 12,6% por debajo de su histórico
al estrenar la Casa Rosada. Llegaría con 63,9% de aceptación de sus
votantes y luego cayó 10 puntos hasta ubicarse en 53,5% en la
actualidad
(http://www.telesurtv.net/news/Popularidad-de-Macri-y-Temer-no-supera-a-mandatos-progresistas-20160615-0020.html).
Al contrario, la ex presidenta
argentina, Cristina Fernández de Kirchner (CFK) crece en popularidad
a medida que avanza el gobierno “macrista”. En el sondeo
realizado en agosto de 2016, por la encuestadora Rouvier, la opinión
favorable a Fernández es superior al 35%, para optar a cargo de
Senadora nacional por la Provincia de Buenos Aires, en las
legislativas a realizarse el 22 de octubre de 2017
(http://www.avn.info.ve/contenido/crece-popularidad-cristina-fern%C3%A1ndez-argentina).
Pero esta posible candidatura está en veremos, porque la peronista
enfrenta lo que ella llama una “persecución mediática-judicial”.
En entrevista con Telesur
(http://www.telesurtv.net/news/-Fernandez-denuncia-persecucion-judicial-contra-los-Kirchner-20160722-0073.html)
Fernández recuenta su travesía, “desde 1995 es investigada por
supuesto enriquecimiento ilícito, de lo cual ha salido airosa hasta
en tres causas”. En la actualidad le son procesadas 6 causas, entre
las cuales se le acusa de haber causado un perjuicio de más de US$
3.000 millones al Estado al vender contratos por debajo del precio de
mercado en las operatorias de futuros. Las otras implican el supuesto
cobro con sobreprecio en obras públicas, dinero que iría a las
cuentas en el exterior de los Kirchner y el encubrimiento de la
responsabilidad de Irán en el atentado a la Amia en 1994 a cambio de
acuerdos comerciales con el gobierno persa.
Los macristas radicales acusan al
gobierno de blando y Cristina por su parte lo responsabiliza de
recrudecer la persecución contra su familia. Los analistas opinan
que Macri prefiere una Cristina desmoralizada y la izquierda
considera que el gobierno no tiene suficientes créditos para hablar
sobre corrupción
(http://www.elobservador.com.uy/la-pregunta-los-argentinos-puede-cristina-terminar-presa-n1033618).
Incluso, algunos detractores auguran su elección como senadora, para
gozar de los beneficios de la inmunidad parlamentaria.
Mientras transcurre el proceso contra
Cristina, Macri se condona una deuda con el Estado de hasta 70.000
millones de pesos argentinos (4.465.000 dólares) por la
privatización del Correo Argentino, empresa familiar del mandatario
y protagonista de los Panamá Papers (paraíso fiscal en el que según
el mandatario ni recordaba que tenía un par de cuentas). 62% de los
argentinos considerarían este acto (el de perdonarse la deuda) como
corrupto
(http://www.telesurtv.net/news/62—de-los-argentinos-percibe-corrupcion-en-acuerdo-de-Macri-con-el-Estado-20170214-0029.html).
En su declaración judicial en abril de
2016, CFK logró darle la vuelta a lo que debió ser uno de los
peores días de su vida. Se gastó un mitín al que asistieron miles
de seguidores. Lo que los medios calificaron como su regreso triunfal
a la política
(http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/13/argentina/1460559810_254296.html).
En un encuentro que trasmitieron todas las televisoras nacionales,
“sus fieles, enardecidos, cantaban “vamos a volver”. Cristina
les pedía calma, toda vez que a cuello en voz afirmaba tener “los
fueros del pueblo”.
Lula, por todos los caminos
En Brasil, Michel Temer no goza de
mayor suerte. De acuerdo al sondeo realizado por la encuestadora
sondeo de MDA / CNT, sólo 10,3% de la población considera positiva
la administración del interino y 50,3 cree que deben adelantarse las
elecciones presidenciales luego de la “separación” del cargo a
Dilma Rousseff ocurrida el 12 de mayo de 2016
(http://www.prensa.com/mundo/Popularidad-Michel-Temer-Brasil-Silva_0_4690780914.html).
Lo mismo que se “despeña” Temer, crece en intención de voto
Lula y también la ultraderecha en los hombros de Jair Bolsonaro. La
desinversión, la peor recesión en medio siglo, el desempleo
creciente, el enfrentamiento público de bandas del narcotráfico y
las huelgas policiales rebosaron el vaso, según el estudio.
Para los analistas, la intención de
voto a favor de Lula (el 30,5% de los encuestados lo elegiría)
pudiera estar influenciada por la reciente muerte de su esposa, es
decir por un factor sentimental. Da Silva se encuentra implicado en 5
causas judiciales vinculadas a la red de sobornos de Petrobras.
Recientemente, él y Rousseff,
acompañados por miles de brasileños, inauguraron el 19 de marzo la
“transposición del río San Francisco, que atenderá a 12 millones
de personas de 390 municipios en los estados de Pernambuco, Ceará,
Paraíba y Rio Grande do Norte, de la nación suramericana (...) Da
Silva rechazó los intentos de Michel Temer de atribuirse la obra
inaugurada este domingo, que comenzó a construirse durante su primer
gobierno y continuó durante la gestión de Dilma Rousseff”
(http://www.avn.info.ve/contenido/dilma-rousseff-y-lula-da-silva-fueron-ovacionados-al-inaugurar-obra-brasil).
Dilma pide garantizar la candidatura de
Lula a la presidencia en 2018, a la vez que aclara no querer pelear
por la presidencia, pero no descarta formar parte del Senado, el
mismo que la destituyese.
Ecuador, Bolivia y Venezuela
En Ecuador, la primera vuelta en las
presidenciales realizada el 19 de febrero de 2017, la encabeza Lenín
Moreno, candidato de Alianza País (AP) y sucesor ideológico de
Rafael Correa (del que fue su vicepresidente electo durante dos
periodos). El presidente en cargo goza de buena popularidad: 61% de
la población aprueba su gestión, según el estudio de la
encuestadora Mitofsky
(http://www.elcomercio.com/actualidad/presidente-ecuador-rafaelcorrea-destaca-popularidad.html).
Daniel Ortega, reconocido líder de la
izquierda latinoamericana, y presidente de Nicaragua mantiene altos
niveles de popularidad
(http://www.telesurtv.net/news/El-Sandinismo-en-Nicaragua-refleja-alta-popularidad-20160128-0007.html)
que lo ubican por encima del 57% de criterios a favor.
A Evo Morales la mayoría de los
bolivianos lo sigue prefiriendo. 58% de los encuestados dijo aprobar
la gestión del presidente del Movimiento al Socialismo, según la
encuesta del equipo Mori
(https://www.el-carabobeno.com/popularidad-evo-morales-esta-58-aunque-68-rechaza-repita-poder/).
Según el mismo trabajo, aumentó su popularidad desde finales de
2016 y 63% de los encuestados no quiere que se presente a las
elecciones por cuarta vez.
En Venezuela, a pesar de la crisis
económica en pleno desarrollo, el presidente Nicolás Maduro ha sido
evaluado positivamente. En febrero de 2017 aumentó de 22,1% a 30,8%
de aceptación, según una encuesta realizada por Venebarómetro
(http://misionverdad.com/la-guerra-en-Venezuela/el-pulso-de-las-encuestadoras-en-el-momento-politico-actual).
Colombia, caso aparte
En Colombia no hubo Nobel que
garantizara estabilidad en la imagen de Juan Manuel Santos.
Contrariamente, el presidente sigue bajando en las encuestas. 73,9%
de los colombianos desaprueban su gestión frente a La Casa Nariño
(https://twitter.com/YanHaas/status/844268224048959489),
20% valora positivamente su gobierno
(https://twitter.com/YanHaas/status/844266355604017152),
y sólo 19% cree que el país va por buen camino
(https://twitter.com/YanHaas/status/841427397819920384),
según datos aportados por la Encuestadora YanHaas Poll. Las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia subieron su popularidad 6 puntos,
de 12 a 18% de aprobación en el golpeado pueblo colombiano. Según
la encuestadora Gallup, este número es histórico, porque en 16 años
ese valor nunca había sido “tan alto”
(http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/encuesta-gallup-sobre-las-farc-y-proceso-de-paz-41718).
3 casos en que el progresismo se
alza y 1 en que cae la falsa izquierda
Otro número histórico es el referido
a la valoración de Enrique Peña Nieto en México: 86% de los
encuestados por el grupo Reforma dijeron desaprobar la gestión del
presidente mexicano. La popularidad de EPN sería la más baja
experimentada desde 1994
(https://actualidad.rt.com/actualidad/228858-encuesta-mexico-popularidad-pena-nieto).
Para los analistas, esta situación favorece la candidatura de Andrés
López Obrador
(http://www.sopitas.com/707068-amlo-financial-times-pena-nieto-2018-elecciones/),
candidato de la izquierda por el Partido Movimiento Regeneración
Nacional (MORENA), cuyo accionar “preocupa” al gobierno de los
Estados Unidos
(http://www.proyectodiez.mx/preocupa-a-estados-unidos-popularidad-de-amlo-rumbo-a-2018/).
En
Paraguay sucede que la impopularidad del presidente en funciones,
Horacio Cartes, también favorece al anterior mandatario depuesto
después de un golpe legislativo, Fernando Lugo. Según el
encuestador Francisco Capli, “cuando
Lugo fue destituido de la Presidencia
en el 2012, se retiró del poder con el 44%
de popularidad. Sin
embargo, ahora se elevó a 58
o 60%, por encima de Cartes
quien, a pesar de ser el actual jefe de Estado, tendría una
popularidad de entre 39 y 40%”
(http://www.dparaguay.com/2016/05/fernando-lugo-tiene-mas-aceptacion-que.html).
Aunque Lugo iría a la presidenciales de 2018 como vicepresidente en
la dupla del Partido Liberal Radical Auténtico y el Movimiento
Frente Guasú: Blas Lanzoni-Fernando Lugo
(http://www.lanacion.com.py/2016/12/16/dupla-lanzoni-lugo-2018-formula-opositora/).
Por
su parte, la otrora candidata de partidos de izquierda en chile y hoy
presidenta de la nación suramericana, Michelle Bachelet cuenta con
77% de desaprobación del pueblo
(http://www.abc.es/internacional/abci-popularidad-michelle-bachelet-hasta-minimos-historicos-201609021737_noticia.html).
En Uruguay, el militante de izquierda y exmandatario José Mujica
está incluso por encima del presidente en funciones, con 48% de
simpatía, sobre el 35% de Tabaré Vázquez
(http://www.elobservador.com.uy/popularidad-vazquez-y-partidos-se-mantiene-estable-n999294).
La
pregunta que muchos se hacen tiene que ver con el contexto del
retorno y el establecimiento de la derecha en los gobiernos
latinoamericanos ¿beneficia a la izquierda? Algunas encuestan
reflejan que en ambas opciones, la población no espera mucho de los
gobiernos. En el ajedrez político, la forma en la que se llega al
poder implica el juego electoral y en plena campaña todos son
SantaTeresitaDeJesús.
La cosa se enturbia una vez asumen sus casas de gobierno, porque en
muchas oportunidades se eligen con la izquierda y gobiernan con la
derecha, caso de Ollanta Humala, o de Michelle Bachelet, a quienes
los verdaderos movimientos de izquierda en sus respectivos países le
deben el descrédito.
El liderazgo de la
llamada izquierda latinoamericana no se ensombrece, porque la derecha
lo hace demasiado mal, pero está llamado a transformarse en algo más
que lo menos peor.
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