domingo, 12 de marzo de 2017

PON 63


S/T
Por Andrea Betancourt Salas (Venezuela)

De sus manos vuelve la casa.
Hilo apretujado, nudo francés.

Mi abuela llora la muerte que no entiende
y renace del vientre de mi madre.

Me nombra nostalgia,
me encomienda a la señora de las flores,
me ofrenda todo lo que no posee.

El dolor repetido hasta la locura.
Somos aquella que parte su corazón
y se lanza al río para no volver a marchar.

Es pesada carga llevar todo el ruido encima.
Este es un río que no suena pero que desborda.

Bajo el agua hay una casa
un pasillo solo
unos juguetes en el piso
y un jardín que siempre acaba de florecer.



LA CASA POR DENTRO
Por Luz Machado (Venezuela)

A la poesía

La casa necesita mis dos manos.
Yo debo sostener su cal como mis huesos,
su sal como mis gozos,
su fábula en la noche
y el sol ardiendo en mitad de su cuerpo.
Deben dolerme las cortinas y sus gaviotas
muertas en el vuelo.
Conmoverme el jardín y su antifaz de flores dibujado,
el ladrillo inocente acusado
de no haber alcanzado los espejos,
y las puertas abiertas para las recién casadas
con su rumor de arroz creciendo bajo el velo.
Debo atender su réplica del universo,
la memoria del campo en los floreros,
la unánime vigilia de la mesa,
la almohada y su igualdad de pájaros dispersos,
la leche con el rostro del amanecer bajo la frente
con esa yerta soledad de una azucena
simplemente naciendo.
Debo quererla entera, salida de mis manos
con la gracia que vive de mi gracia muriendo.
Y no saber, no saber que hay un pueblo de trébol
con el mar a la puerta
y sin nombres
ni lámparas


ACRE
Por Paola Muñoz (Venezuela)


costra de sombra relamida
gimiente de franca palabra
desconocida
subterránea
déltica
desparramada
cardinal
a sotavento
impía
de capa caída
sin costa
baldía
mordida de pez
acanalada
sofismarencorosa
“rien de rien”
entre lo gris y la pared
¿qué animal?
mantis religiosa
y adiós a la cabeza del macho

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