viernes, 16 de septiembre de 2011

Cuando el hambriento es alimento


Por Indira Carpio Olivo/ indiracarpio@gmail.com/ @icarpio

Los verbos encendieron una vela por cada ojo
y en total prendieron una fiebre de siete cueros
Me asumen militante a tiempo completo,
sin paga por hora extra
Pero el cansancio brinca sobre mis párpados
y yo los olvido
como toda obrera de buena leche
No quiere el verbo mi buena muerte
la fragua con adjetivos crueles
lenta, dolorosa, sudorosa, lenta
Maldita maldad
insomnia es tu machina
y el olvido te define
cuando la luz cóncava me reta, papel
¿A qué juegas desmemoria?
Si, soy de un pueblo con escamas recién-nacidas
Sí, somos seres acuáticos sin cardumen
cuánto nos falta para humanidad
somos un remedo que no despierta pero que tampoco duerme
que se preocupa por no rimar
cuando el hambriento es alimento torrente abajo

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