Para
las mujeres que sufren-sufrimos la violencia
Por
Indira Carpio Olivo/ indiracarpio@gmail.com/ @icarpio
La
mujer de adentro tiene la cabeza gacha,
llora
contra el pupitre
Piensa
que no piensa
y
si acaso que siente
No
pisa por donde pasa
sus
ancestros
unos
cuantos surcos en los ojos
la
enfurecen, la enjaulan, la guardan
Y
cree que se venga la mujer de adentro
Cree
en la libertad y al mismo tiempo en el amor
y
no sabe que sabe que no se hablan las paradojas
Cree
que el amor tiene vista
cree
en un Dios que la acosa en la oscuridad
cree
que cree que somos iguales
Cree
que alguna vez hubo un “había una vez”
y
que en ese momento la raptó un extraterrestre
Luego
convertido en una boca que sangra
la
mujer de adentro se calló en honor al silencio secuaz, sicario
Se
la ve y entre velos sonríe a medias
mientras
el lobo duerme
Aun
lo justifica
pero
hay futuro en la mujer de adentro
su
corazón-combate es guerra y es ternura
y
no deja que esta última sea la última
La
mujer de adentro dispara
la
mujer de adentro canta a las bestias
es
cuna, es rio, es vida
la
mujer de adentro quiere dejar de morir
Suenan
las campanas
son
letales
pero
se impone la luz, sin postales, ni coronas
en
las mismas aguas
en
un baño de agujas
de
inolvidable dolor
Su
semilla no quiere repetirla
y
aunque las mutaron con técnica
su
almácigo rompe los moldes
y
un sonido inaudible
quiebra
la columna vertebral de la historia
No
más llanto, tampoco quebranto
puedes
al costado crecer
no
hay monstruos a bordo
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