Por
Indira Carpio Olivo/ @icarpio/ indiracarpio@gmail.com
Los
rascacielos de Parque Central te penetran
El
viento norte arrastra las gotas de caribe
y
agita las faldas avileñas, Montaña.
Tu
sol fecunda pieles curtidas
para
parirnos Caracas
y
las cornetas gritan desde tu vientre de asfalto, Luz.
Los
fariseos deben morir para que nazcan tus verdades
tu
sudor de sangre no puede nombrarse en vano
capital
para la des-eduación de los instintos, Adolescente.
Una
ola arrastró tu sedimento
por
eso eres una grieta que amamanta y otras veces ahoga
recrudeces
las llagas, Enconas.
Te
veo andar con fuego en las manos
entre
el humo y el óxido de una carrocería escarlata
te
veo y estoy a tu lado, haces malabares con las promesas.
Te
desbordas del cemento, ímpetu
y
tu verde te convierte-convirtió en paraiso, en maldición
en
nombre y máscara de los ancestros.
Tu
futuro se tambalea en las caderas que transitan los bulevares
tu
mañana habita en las miradas abiertas como ventanas al sexo
así,
espada y escudo, nacimos Caraqueñas.
La manicurista Muñoz Caracas emmental, 2010 fotografía directa a color Zona Rental (plaza Venezuela), 6:07am |
qué pedazo de poema...!!!!!! hermoso....
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