martes, 29 de noviembre de 2016

Gastronauta 100: Fidel es el lugar


No me gustan los gusanos. Pero son necesarios. Más bien, alguna clase de gusanos. Están los que descomponen de la muerte la materia viva. Los que se comen los cadáveres para que de su mierda se alimente el mundo. Hay los que no terminan por ser serpientes y algunos son más bien oxiuros, les encanta lamer el culo. No me gustan esos gusanos.
Aunque muchos se transformen en mariposa. No me gustan en su estado larvario, cuando su risa no rompe la crisálida, cuando miran desde su orilla la isla y escupen el mar, envenenan la luna, se burlan de la marea. No me gustan esos gusanos que se prometen alas para derribar aviones, que a cambio maldicen el sol y se cagan en el nido que les dio la carne de donde nace el viento.
No me gusta ese gusano que lo mismo sabe de la lotería que no sabe de historia, que prefiere vender su lengua a lamer de los labios internos de la flor. No me gustan los gusanos. Los que se burlan de la muerte sin haberla procurado, los gusanos, una masa de miedo sin ojos.

Pero, los gusanos son necesarios porque sino el fondo carecería de forma y no sería idea, porque es bello el caos que antecede el rayo ¿cuántas veces puede nacer un gusano? ¿cómo barrer la cresa que forma la nata, que oxida la palabra país? ¿cómo no convertirse en gusano? ¿por qué tenemos que arrastrarnos antes de ser mariposa?
El hambre hizo que una clase de gusanos nadaran, se hicieron de balsas y llegaron al otro lado de su cuerpo sobre un plástico marchito de libertad y de la libertad se comieron sus cuerpos y los vomitaron para nacer una y otra vez, la ola que los visita y los devuelve sobre la arena, sobre la idea de que pudieron abandonar el pedazo de tierra que se pelean como perros con sangre entre los dientes.
“El dolor necesita un lugar”, diría Duras. El lugar es el cuerpo, el cuerpo es una playa, la playa una boca, la boca del dolor que gime y da forma a las manos, los gusanos que se creen con manos, que agitan la voz y celebran victorias ajenas, las noticias falsas, el reposo de las almas.
Los gusanos, el enjambre, las preguntas que no hacen, la voz, el grito.
Hay una cría de gusanos en las fauces de las presas. Son el volumen de la nada, la certeza de estar en medio de fuerzas extranjeras, la carne del cañón, el lugar del dolor.
Gusano lo bautizó el gusano que ancló en su boca el imperio de la moneda, el deseo de tener que no muere y se transfigura en máscara diaria sin despintar, con todos los faroles en su sitio, rica y dolorosa como un ancla en el barro.
Sin Fidel los gusanos corren el riesgo de comerse a sí mismos.

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Fidel ha muerto, en su casa, con noventa años, tras seiscientos intentos de asesinato, después de atestiguar y ser parte importante de la historia del siglo XX.
En su estela un legado de solidaridad con los pueblos, el trabajo de los cubanos a cambio de la dignidad, un país sin desnutrición infantil, con casi cien por ciento de sus niños escolarizados, con más médicos por habitantes que cualquier país del mundo. Si acaso lo más importante, con la resistencia en popa al más fuerte bloqueo económico conocido ¿Quién puede señalar a su pueblo de débil?
Fidel, sin justificativos, ha sido un hombre de sus tiempos, que ha sabido cambiar de piel de acuerdo a las circunstancias, que se ha equivocado y ha reconocido sus errores para transformar su destino, el destino de su pueblo, porque -al decir de la poeta Carilda Oliver- nombrar a toda Cuba es nombrar a Fidel.

Con mis hijas fuimos a dejarle flores allí donde se mantiene con la frente en alto, en las puertas del Centro de Diagnóstico Integral, lugar en el que nos hemos encontrado con el contingente de médicos cubanos dispuestos a la sanación.
“¡Qué barbaridad!” escuchamos de la boca de una de las venezolanas beneficiadas durante esa mañana. Qué barbaridad. No pude decirle nada. La busqué como se busca a un gusano, aguzando los ojos para determinar su presencia, pero fue imposible dar con su tamaño, su voz era el lugar del dolor y nosotros caminábamos por el lugar del agradecimiento.

domingo, 27 de noviembre de 2016

PON 53



RECOGIENDO HOJAS SECAS DE EUCALIPTO...
Por Márgara Russotto (Venezuela)

Debes resignarte a esperar:
No he decidido aún entre
la felicidad errática de los animales en libertad
o la conciencia infeliz
de los hombres.

NO ME PREGUNTEN
Por César Cantoni (Argentina)
No me pregunten
cómo se escribe un poema.
Si lo supiera,
montaría una fábrica.



YO CREO QUE ALGÚN DÍA
Por Susana Thénon (Argentina)
Yo creo que algún día
he de encontrar lo que busco,
en árbol, en mujer,
en rama, mesa, pájaro,
en ojos, en palabras.
Yo creo que viviré hasta ese día.



EL JUSTIFICANTE PERFECTO (frag.)
Por Fabio Morábito (México)

(...) escritor es aquel que se enfrenta al fracaso de escribir y hace de ese fracaso, por decirlo así, su misión, mientras los demás sencillamente redactan. Podemos estirar esa anécdota e imaginar a alguien que, soga en mano, a punto de colgarse de una viga del techo, se dispone a redactar unas líneas de despedida, toma un lápiz y escribe la consabida frase de que no se culpe a nadie de su muerte. Hasta ahí va bien la cosa, pero decide añadir unas líneas para pedir disculpa a sus seres queridos y, como es un escritor, deja de redactar y se pone a escribir. Dos horas después lo encontramos sentado a la mesa, la soga olvidada sobre una silla, tachando adjetivos y corrigiendo una y otra vez la misma frase para dar con el tono justo. Cuando termina está agotado, tiene hambre y lo que menos desea es suicidarse. El estilo le ha salvado la vida, pero quizá fue por el estilo que quiso acabar con ella; tal vez uno de los resortes de su gesto fue la convicción de ser un escritor fallido y tal vez lo sea, como lo son todos aquellos que pretenden escribir el justificante perfecto, que son los únicos a quienes vale la pena leer. Escriben para justificar que escriben, la pluma en una mano y una soga en la otra.



Trino:
Alguien todavía a veces
de debajo de una mata desentierra
argumentos oxidados
y los arroja al montón de desechos.


martes, 22 de noviembre de 2016

Gastronauta 99: Los Miserables


A Jean Valjean lo hicieron miserable por robar unas hogazas de pan.
Del hambre a la revolución, la vida del hombre trazó una raya que atravesó la historia novelada de su pueblo. Víctor Hugo escribió sobre la defensa del oprimido, el hombre y su dolor, y el dolor como un dique roto al que lo atraviesa la naturaleza.
Quien no haya padecido el hambre no conoce el dolor.

La noticia del arresto a un menor de 16 años de edad en Lagunillas, en plena Costa Oriental del Lago de Maracaibo, por el robo de 5 auyamas (más bien auyamitas) es cuando menos una postal de Los Miserables: un muchacho camino a ser hombre con un abrigo azul roto, abrigo que no cubre su delgadez, custodiado por dos efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana Destacamento 113 (@GNB_ZuliaD113). Delante del “delincuente” una mesa de mantel rojo. Encima, la prueba del delito: cinco pequeñas calabazas que supuestamente robaría de un vivero ubicado en la Carretera N, una transversal de la Intercomunal que conecta a Lagunillas con Ciudad Ojeda, ciudad cabecera del municipio, y que serpentea desde la cabecera del Puente sobre el Lago hasta Mene Grande, límite con Trujillo.

Más abajo en el mapa en Caja Seca Municipio Sucre, dos días después, el 20 de noviembre, otro hombre de 19 años de edad sería apresado por robar un racimo de plátanos de una granja. Esta vez sería el Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia el que reportaría la hazaña a través de su cuenta en Twitter (@CPBEZ), hazaña que, luego del zafarrancho, borraría de las redes igual que la foto del “ladrón de auyamas”. El nombre del “hambre” es Leonardo José Cubillán Chourio. Tiene el mismo nombre y el mismo color de piel del José Leonardo Chirinos.

¿Quién escribirá sobre Eduardo Yohandry Ollarve, el “ladrón de auyamas”, o de Leonardo José, el “ladrón de plátanos”? ¿No tienen suficientes nombres para escribir sobre su hambre? ¿Cuándo se desbordará el Lago y terminará por hundirse la miseria? ¿Cuándo el mismo pueblo disfrazado de autoridad dejará de perseguirse la cola?

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Lagunillas es el reducto de los campamentos petroleros construidos para albergar a los obreros de la Industria de un lado y a la nómina mayor del otro. Alrededor se acumuló la marginalidad, para constituirse en la mano de obra tercerizada que sirve a los que sirven a la empresa, la gente pobre más pobre. Dentro, Pdvsa se encargaba de pintarle hasta el bote de basura que cada casa (cada una de las cuales son propiedad de la petrolera) tenía en frente; pagaba (paga aún) los servicios de agua, luz y gas; había hecho una clínica exclusiva para sus trabajadores; escuelas para unos y otros disgregando las clases sociales que componían el campo; dispensaban los alimentos a través de un Comisariato (de su uso exclusivo). Hasta los clubes estaban segregados, cerrando la puerta a los marginados.
La realidad cambia luego del sabotaje petrolero en 2001-2002 y el Estado decide no subsidiar más el gueto en su totalidad. El comisariato se constituye en un Pdval, la clínica atiende ahora a los marginados, y deja de mantener urbanísticamente el área, principalmente porque la población debe abandonar los campamentos a urbanizaciones creadas por el mismo Estado, debido a un fenómeno conocido como la “subsidencia” que consiste en el hundimiento progresivo del terreno, a medida que se extrae el petróleo. Algunas zonas de Lagunillas están por debajo de hasta 6 y 7 metros del nivel del Lago de Maracaibo. Los separa de las aguas marabinas un dique, de las lluvias ni Dios.
Antes de que otro fenómeno llegase a Lagunillas, en el municipio siempre gana el Partido Social Cristiano Copei. De sus cabezas, la frase de un alcalde que decía sin vergüenza que él “no hacía cloacas, porque eso no se ve”. Un cura que era dueño de una fábrica de velas, y que de día oficiaba la misa y de noche cazaba niñas y niños.
Digamos que en ese Macondo nació Eduardo Yohandry Ollarve, el ladrón de auyamas que exhibe la Guardia Nacional Bolivariana.
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Mientras los efectivos de la GNB o de la CPBEZ se toman las fotos que demostrarían que cumplen con “su trabajo”: el rescate de 5 auyamas y un racimo de plátanos, algunos de sus superiores permiten el contrabando de medicinas, alimentos y combustible hacia Colombia, no muy lejos de donde la “autoridad” garantiza la “propiedad privada”, allí donde el honor no se divisa.
Según el artículo 454 de Código Penal venezolano debieron castigar a los “infractores” con una multa que fuera de 5 a 25 unidades tributarias, y sólo apresarlos en caso de reincidencia con arresto de 3 a 15 días. Un aparte del artículo 451 contempla el hurto famélico -por estado de necesidad- de alimentos, sin el empleo de la violencia física.

Ollarve declararía que con las auyamas alimentaría a su familia.
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Hugo Chávez en 1.999 lo diría así. “Ayer saliendo de la Catedral, un hombre joven de unos 25 años llorando a la puerta de la catedral me dijo: ‘Chávez, ayúdame. Tengo dos hijos y se me están muriendo de hambre, y yo no quiero meterme a delincuente obligado… ¡Sálvame de este infierno!’ ¿Cuántos hombres como ese que lloró conmigo, a las puertas de la Catedral, no terminan en la cárcel de Yare o en El Dorado? Porque muchos de ellos tienen que salir a robar un pan para darle a su hijo y no se muera de hambre. ¿Cuántos no caen en eso? Yo creo que yo también caería, hermanos… Si yo fuera ese hombre joven que lloró conmigo ayer a las puertas de la Catedral de Caracas, y viese a mi hija a punto de morir de hambre, yo creo Dios mío que yo saldría a la medianoche a hacer algo para que mi hija no vaya a la tumba”.

Habrá quien se ocupe de descoser una supuesta campaña contra la institución castrense. Pero fui testigo de que borraron la información sobre el arresto a Leonardo Cubillán dada en la cuenta twitter de la Delegación 113 hoy martes 22 de noviembre en la mañana. Si fuera mentira, una manipulación de la foto, en principio por qué la publican, luego por qué la borran tras la polémica desatada.

Hay mucha miserabilidad: está el que padece la miseria, está el que se vale de su autoridad para hacer más miserable la miseria, convirtiendo todo lo que toca en mierda. Está el carroñero que se alimenta de los despojos de Los Miserables y sensacionaliza la miseria a cambio de rédito político, una especie de juez que se nutre de los mejores manjares mientras en el otro sucede la tragedia. Está usted que puede leerme y están los ladrones de auyama y plátano que nunca lo harán, para los que yo nunca he hecho nada. Y, nada he hecho ¿Qué podemos hacer, sino la revolución?

domingo, 20 de noviembre de 2016

PON 52


COBIJO
Por Eucario García (Venezuela)

Río, lírame con tu cuerpo.
Dime que Brígida regresa
con su carga de amores y una carta mía.
Ella se marchó de la escuela
y desde entonces sólo la han visto
en la sabana cerca de ti,
untándose el bosque en la piel.
¡Oh río!
quiero que ella escriba la más hermosa carta
y me lance un beso con letra grandota,
diga qué lee, si nada el terecay
o el andar de la tortuga del Caura.
Río, busco cobijo en la "maloca"
y en el olor del barro de tu crecida.
Corre la bora por tu cuerpo
y sólo te abrazas al horizonte
de los pescadores que dicen: ¡aijó...!
para nutrir sus tarrayas de hijos de tu vientre.

EL PORVENIR DE LOS ABRAZOS
Por Mayako Hernández (Venezuela)

Quiero aprender a tocar el piano,
interpretar "Ángel para un final" y "Lagrimas Negras"
para las fases lunares y los desaciertos existenciales.
Quiero una hija a la que pueda acompañar a crecer
mientras peino sus cabellos y la veo convertirse en alguien mejor que yo.
Quiero un perro que me reciba moviendo la cola
y mime mis extravagantes sollozos.
Quiero un amor generoso pero fulminante, de todo o nada,
y aunque sigo calzando los zapatos viejos de la presunción
salgo todos los días con un poema eufórico entre los dientes
y en el pecho una sonrisa fluida desde un escarabajo rojo
que prefigura el porvenir de los abrazos.

SOY TESTIGO Y TESTIMONIO
Por Geraldine Giménez (Venezuela)

En mí, los amantes dejan registro
los niños me bordean
entre sueños y risas,
millones de historias
fluyen entre mis raíces,
mientras otras van y vienen
Yo sigo aquí.

Testigo y testimonio
aunque crean que solo observo
también soy capaz
de abrazar,
sentir,
vivir,
por años aquí
Soy testigo y testimonio.

DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA (frag.)
Por Caroline Bird (Inglaterra)


Porque uno piensa que si lo menciona en un poema
el puente te amará recíprocamente.

Porque el puente te comerá viva.
Porque es algo como estar en un cuarto de hotel
con tu oreja pegada a la pared.

(...)
Porque vine a ti sin piel.
Porque si todos nos quitáramos la piel
nada podría herirnos.

Porque la primera regla del baile de salón
es nunca besar a tu Némesis.

Porque la verdadera alegría es siempre mortificante.
(...)
Porque los mentirosos tienen lenguas que saben a sorbete.
Porque la gente más peligrosa del mundo
piensa que son buenas personas.



Libro:
EL DOLOR (frag.)
Por Marguerite Duras (Vietnam)
El dolor necesita un lugar (...) La guerra es un dato general, las necesidades de la guerra también, la muerte. Él murió pronunciando mi nombre ¿Qué otro nombre hubiera podido pronunciar? Los que viven de datos generales no tienen nada en común conmigo.

martes, 15 de noviembre de 2016

Gastronauta 98: Infidelidad



El poder como la mujer es obtenido donjuanísticamente:
por la violencia o el engaño.
La mujer, como el poder, es sujeto de una dominación patriarcal:
personalista, déspota, e ilimitada”.
Luis Britto García (1)

Una de las campañas sucias de la política venezolana en la actualidad consiste en (burlarse y) adivinar la paternidad de un supuesto embarazo de Lilian Tintori, la esposa del líder opositor preso Leopoldo López. Y si acaso todavía más retrogrado, condenarla porque abortaría.
La “maniobra” en contra de esta mujer, que representa los intereses de su marido (intereses de la derecha en Venezuela y Latinoaméica) entra como anillo al dedo de una “izquierda” pacata que enarbola la familia nuclear como bandera, que hace uso de la población sexogénero diversa con fines electoreros (de los que -cuando tiene el micrófono- se mofa), y luego el cuerpo de la mujer como propiedad del Estado, una campaña conservadora y ofensiva para las y los feministas de izquierda.
¿Acaso, no hay mejor argumento para mantener en la cárcel a Leopoldo López, que la supuesta infidelidad de una mujer que se camina el mundo presionando al mundo por la liberación de su marido? ¿O, acaso con este tipo de falacias creen socavar la “moralidad” de una familia determinada (social y económicamente) a ocupar como su casa a Miraflores?

Decía Nietzsche que “cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti” ¿Quién puede decir que una no se convierte en el enemigo si actúa como el enemigo?

El machismo criollo pone en duda la sexualidad de un “sospechosamente demasiado soltero” candidato a la presidencia Henrique Capriles Radonski (quien contribuye con el bochinche prometiendo casamiento a cambio de votos), porque en Venezuela el poder está asociado a la potencia sexual, heteronormativa además (por eso cualquier cambio en su peso, o en las formas de su piel, lo diagnostican inmediatamente con SIDA, asociándolo a su homosexualidad).
Lo mismo disminuye a López al “donar” la vagina de su esposa a todo macho en libertad. Pone en la diana de piernas abiertas a la mujer del antagonista (porque al villano ya lo tiene tras las rejas). Entonces, Diosdado le haría el “favor” a Lilian, mientras en la cárcel a Leopoldo se le “cae el jabón”: el superhombre, versus la “mariquita”.
El rechazo a la feminidad, a los rasgos femeninos en un hombre, tiene que ver con el repudio a una debilidad asociada a la supuesta naturaleza de la mujer, nacida para obedecer, según un principio aristotélico en Política.

Acusar a Lilian de serle infiel a su marido pretende descolocar a uno de los líderes de la oposición radical contra el gobierno. Lo remite a la posición del cornudo, el poco hombre, el apocado. Ergo le faltaría hombría para liderar y gobernar. Si el machismo criollo tiene que hacer mierda los principios de la ideología que dicen practicar (el socialismo del siglo XXI) para mantenerse en el poder, se llevan por delante mujer, principios, y la ideología misma, entonces los infieles son sus militantes.
Esto, como sino fuera suficiente el prontuario de López para mantenerlo tras las rejas. Como si los poderes públicos carecieran de argumentos para sostener la decisión de hacer justicia respecto al destino de este criminal (2) ¿Esa falta de argumentos no sería contraproducente para que la libertad del personaje se haga factible? ¿A quién le conviene la superficialidad de la contraofensiva “revolucionaria”?

Carlos Andrés Pérez, una vez lo explicó así: “Aquí hay dos grandes temas para acusar y destruir a un hombre: el homosexualismo y la corrupción, lo primero me lo quitaron porque todo el mundo se dedicó a decir que yo era un don Juan. Entonces me acusaron de corrupto”. Antes que la honestidad, la “probidad” sexual.
A Rómulo Betancourt se le recuerda por querer escaparse de la “fragua” diaria en las conversaciones ligeras de las mujeres. Escaparse en “las cosas sin importancia” que discutían las mujeres era el signo patriarcal de la época para decir que las mujeres fuimos (y según la agenda, seguimos siendo) la vía de escape, la almohada donde recostar el poder, la mano sobre el hombro en la foto, el bailecito en la sala para liberar las tensiones. Querer disminuir la lucha de Lilian (lucha con la que no estamos de acuerdo), como disminuyeron el carácter de Cilia.

Que le cambiaran el nombre de Primera dama a Cilia Flores al de Primera combatiente no supuso un cambio de paradigma en el triste papel al que la historia condena a las mujeres de los presidentes en Venezuela y el mundo: el de receptáculo para los hijos (ejemplo para la familia), y la organizadora de las dádivas en Instituciones de caridad. Pero en una abogada que estuvo al frente de tantas batallas y que ahora queda relegada a la sacrosanta imagen de esposa abnegada, y al silencio ése de ser la “gran mujer detrás de un gran hombre” (a la sombra), es un paso atrás para la construcción de la imagen de la mujer revolucionaria en Venezuela.
Después de todo, Lilian hace su trabajo y lo hace bien, estemos de acuerdo o no en los motivos de su acción política (Desmond Tutu y la hija de Salvador Allende se cuentan entre sus conquistas a favor de López). Es decir, ella representa lo que la historia dice que debe ser una mujer: la que lucha para que el hombre, su hombre, tenga el poder. Pero, y qué hace Cilia.

Marcela Lagarde lo diría así: “La condición de cuidadoras gratifica a las mujeres afectivas y simbólicamente en un mundo gobernado por el dinero y la valoración económica del trabajo y por el poder político. Dinero, valor y poder son conculcados a las cuidadoras. Los poderes del cuidado, conceptualizados en conjunto como maternazgo, por estar asociados a la maternidad, no sirven a las mujeres para su desarrollo individual y moderno y tampoco pueden ser trasladados del ámbito familiar y doméstico al ámbito del poder político institucional” (3). Es decir: ser primera dama, primera combatiente no hace mojón (me perdonan lo prosaica).

En definitiva, tras las acciones de los socialistas, acá la infidelidad a los principios no la ejerce Lilian. (Véase además: Asociaciones del Gobierno revolucionario con Gold Reserve, Monsanto, Nestlé, etc. La infidelidad entonces se convirtió en un método).

Amplíe:

(1) Britto L. (2011). La máscara del poder. Caracas: Correo del Orinoco. P: 129.

(2) “Leopoldo López es un político venezolano de ultraderecha, exalcalde y exprecandidato presidencial, inhabilitado por hechos de corrupción, vinculado a instituciones financiadas por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, responsable de acciones desestabilizadoras. Aliado del expresidente colombiano Álvaro Uribe y el autor intelectual de acciones violentas en el país que han dejado decenas de muertos”. Más en: http://www.telesurtv.net/news/Leopoldo-Lopez-Agente-de-la-CIA-el-golpe-guarimbas-Uribe-y-el-fascismo-20140218-0053.html

(3) Cita tomada de la editorial de Las Comadres Púrpuras: Cilia en familia https://www.aporrea.org/ddhh/a235206.html

domingo, 13 de noviembre de 2016

PON 51


AGUA
Por María Auxiliadora Álvarez (Venezuela)
Ya no quiero más casa
que la lluvia
sobre mis ojos
porque el agua
dentro del agua
no es intemperie.


S/T
Por Miyó Vestrini (Venezuela)
Los que escriben ni siquiera son una raza. Ni una casta. Ni una clase. Ni uno. Detienen el privilegio de vivir como mujeres en un mundo de científicos. Detrás de espesos lentes, la corte no se opaca nunca. Se tienen todas las prerrogativas: desde la filosofía hasta la ira, pasando por las relaciones conyugales, y la longitud de los párrafos. Entre los derechos del hombre figura el escribir largamente, para si primero, para los otros luego, con un propósito bien o mal definido: inundar las vitrinas, las paredes, los países, las casas. O en fin de cuentas, suicidarse.


ÚLTIMO

Hazme niña cuando deje las entrañas del aire, quiero ser una niña, nunca un héroe. Déjame al resguardo de un tronco macho, bajo la violencia de los árboles sin frutos. Déjame sola quiero estar sola saber estar sola cuando al fin sepa cómo morir. No quiero misericordia ni milagro. No quiero regresar. Quiero dormir.

Mundia Magdaleno


DESABASTECIDA
Por Lila Biscia (Argentina)
la palabra alimenta el peso de la herida.
ya no hay candor capaz de abastecer.

hago bosque de mis entrañas.
el silencio
hará de mí vestigios.


ESCRIBIR
Por Chantal Maillard (Bélgica)
escribir
para ahuyentar la angustia que describe
sus círculos de cóndor
sobre la presa

(...)
el dolor es la senda
el dolor es el medio
por el dolor la fuerza
que combate el dolor
y lo transforma
por el dolor deshago
mi dolor en lo ajeno
y el ajeno en el mío

(...)
¡y qué mas da!:

hay demasiado dolor
en el pozo de este cuerpo
para que me resulte importante
una cuestión de este tipo.
Escribo

para que el agua envenenada
pueda beberse.



DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA (frag.)
Por Caroline Bird (Inglaterra)
(...)
Porque uno piensa que si lo menciona en un poema
el puente te amará recíprocamente.

Porque el puente te comerá viva.
Porque es algo como estar en un cuarto de hotel
con tu oreja pegada a la pared.

(...)
Porque me quité la piel para poder sentir
los pétalos caer suavemente sobre mí.

Porque vine a ti sin piel.
Porque si todos nos quitáramos la piel
nada podría herirnos.

Porque la primera regla del baile de salón
es nunca besar a tu Némesis.

Porque la verdadera alegría es siempre mortificante.
(...)
Porque los mentirosos tienen lenguas que saben a sorbete.
Porque la gente más peligrosa del mundo
piensa que son buenas personas.

(...)

Trino:
"Fuiste la primera en escribirme / y en preguntar si sentía / que la sangre es un racimo de pájaros" @oriettedangelo

martes, 8 de noviembre de 2016

Gastronauta 97: DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS (una de tantas)


Leía un tuit de un opositor que decía que “venían por todos los chavistas”, porque para él "todos éramos corruptos". Lamentablemente, conozco a varios que piensan como él, siendo incluso familia. Me imaginé a algunos vecinos que piensan de manera similar (incluso sabiendo que vivimos modestamente) tocando a la puerta, me imaginé corriendo con mis hijas, temerosas de que les pasara algo debido a mi elección polítca, pero entonces recuerdo que buena parte de la izquierda siempre fue perseguida (y "suicidada", desaparecida, torturada, lanzada de helicópteros) y que afortunadamente conozco a algunos sobrevivientes. Y más que un cuerpo, a la gente que conozco le sobrevive la idea. Si me tocara correr con mis hijas, mis hijas tendrán de primera mano el testimonio de la historia esa que dice que estamos del lado correcto, de lado de la vida, de la humanidad y no las hijas de una generación acomodada que lo mismo orinan que cambian de idea de acuerdo a los caprichos de turno. Conozco a pequeñas veletas que crecieron con algunas facilidades dadas, que ni chicha ni limonada, o siendo chicha se creen limonada, o fueron chicha y limonada a conveniencia. Yo no. Y quiero, espero y confío que nuestras semillas cojan el testigo y alumbren el camino. No huyo, mantengo mi frente en alto porque eso que señalan no soy yo, ni es mi compañero, tampoco mis padres. ESO SÍ y en esto soy irreductible: no me haré adeca, copeyana o afines, tampoco pesuvista. Seguiré siendo lo que mi madre me enseñó a ser: una persona honesta, solidaria, con un carácter de mierda, obstinada y terca, que si tiene que morir por lo que cree, pone el cuerpo, jamás la idea.

domingo, 6 de noviembre de 2016

PON 50



LUGARES COMUNES
Por Andrea Betancourt Salas (Venezuela)

La casa con la puerta cerrada,
jardín marchito
pasillos en silencio.
Un libro olvidado en la mesa,
tres páginas marcadas.
Una luz se precipita través de las esquinas,
pone todo en descubierto.
Va derritiendo el delirio de lo conocido.
El simple acto de mover la mano
y hacer sonar las cadenas
diluye todo cuestionamiento:
Las bestias no duermen.

TE MANDO A QUE LO OLVIDES TODO
Por Carilda Oliver Labra (Cuba)

Te mando ahora a que lo olvides todo:
aquel seno de nata y de ternura,
aquel seno empinándose de un modo
que te pudo servir de tierra dura;
aquel muslo obediente pero fiero,
que venía de sierpes milenarias;
aquel muslo de carne y de me muero
convocado en las tardes solitarias;
aquel gesto al echarme en la locura;
aquel viaje al amor, de mi cintura;
aquel gusto en la piel a lirio extraño,
aquel nombre pequeño bajo el nombre,
aquel pecado de volverte un hombre
en el vicio feliz de hacerme daño.

Vicky Cristina Barcelona (frag.)
Por Woody Allen (EE.UU.)
– Entonces, dime ¿Por qué tu Padre no publica sus poemas?
– Porque… odia al mundo… y esa es su forma de vengarse de él,
crear hermosas palabras y luego… negárselas al público, es lo que creo que es…
– ¿Qué será lo que lo enoja tanto respecto al mundo?
– Será porque después de tantos años de civilización todavía no ha aprendido a amar.




CARTAS A UN JOVEN POETA
Por Rainer Maria Rilke (Alemania)
No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: “¿Debo yo escribir?” Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un “Si debo” firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida. Que hasta en su hora de menor interés y de menor importancia, debe llegar a ser signo y testimonio de ese apremiante impulso.