Poema:
LOS DESCANSADOS
Por Adal Hernández (Venezuela)
“Los que vivieron
los diecisiete rostros de
la sonrisa
y un poco más…”
Fernando Retamar
Los de dulces sueños
y serenidad espiritual
Los albarazados de dientes pelados
y buenos días
Los que pueden respirar tranquilos
y dormir hasta las diez de la mañana
Los apacibles ante todo
y desojerados en siestas crepusculares
Los que dormitan sosegadamente
sin que nada los perturbe
Los que deciden cuándo duermen
y cuándo se despiertan
Los que no se cruzan con la humareda
soñolienta
de algún pensamiento suicida o
catastrófico
Los que no escuchan gritos en las
madrugadas
ni ven el penar de su propio espíritu
danzando la muerte en los pasillos
Los que jamás sentaron la belleza en
sus rodillas para injuriarla
y viven temporadas celestiales
Los que rinden las jornadas en todas
sus capacidades
y se conforman con sueldos
religiones, fiestecitas de cumpleaños
y días feriados.
Los descansados
conformes, domados,
reprimidos
sin problemas existenciales
con sus sentidos en orden.
Los que jamás volaron cerca del sol
hasta quemarse las alas
ni se desvelaron lo suficiente
por un amor,
por una idea,
por soñar despiertos.
b) Poema:
S/T
Por Carlos Giménez F.
I
Frases de consumo y de provocación
emancipadora llegan. El mundo sigue siendo por aquí del hombre
fuerte. Tus aspiraciones, de altos estudios fabricados para el desuso
continúan fluctuando en la cabeza como centella mental de un león
impetuoso enjaulado. Dando vueltas, en círculos… en círculos de
impotencia.
Pero mirar más allá nos hace ser
humanos y…
Nos obliga a la racionalidad compleja
de la secuencia.
Nos hace preguntarnos,
a diario,
el domicilio fiscal de la palabra
mierda…
para correr hasta ella.
Nos esconde de la realidad imposible de
vivir,
y nos reclama la realidad que da forma
al sistema.
Nos cautiva con sus colores suaves,
y cada cabeza,
visible,
nos seduce con sus brillos y cantares
de medusa.
c) Un libro:
“El infierno es precisamente haber
perdido la capacidad de emoción ante el despliegue de formas que nos
trae cada día, por eso es que uno no puede andar de mucha velocidad
porque puede llegar el momento en que deje de comparar, de añorar,
de ponerse triste (un sentimiento tan creativo como la tristeza), y
entonces nos llevó el putas”.
Caicedo, Andrés. Mi cuerpo es
una celda (una autobiografía). Dirección y Montaje: Alberto Fuguet.
d) Un trino:
“Ocho brazos tenía cada enemigo Un dios en
cada mano Y aunque el cielo y la muerte estaban de su parte Fuimos a
Combatir" -Ramón
Palomares-.
ahora uno a los marihuanerosconuqueros verticales
ResponderEliminar