martes, 11 de marzo de 2014

La duda y su luminiscencia


Qué pasa en el país, es una pregunta recurrente, incluso para los que vivimos en Venezuela. Pero, al parecer lo que ocurre se escenifica en la pantalla, ya no sólo de la TV, sino y también en la de la PC, a través de las mentadas redes. 
Ahora, pregúntese quién cuenta con los recursos económicos para lograr el centímetraje en la prensa.
En la era de Gutemberg sin Gutemberg, sino lo reseñan los medios no existe, si usted no sale en la foto se niega, sino se dice en un trino, rellena la oscuridad.
Reinterpretando una de la frases de la rebeldía callejera: La única pantalla que ilumina es la que arde.
A continuación el texto que escribiese Chuchito Sanoja, a propósito de la duda y su luminiscencia.
Desde España, un querido amigo me pregunta mi opinión de lo que está pasando. Me dice: "dame algo de luz".

Mi respuesta:
"Por experiencia propia dudo poder prender el bombillo de tu habitación, pues eres el único que tiene a su alcance el interruptor.

El miedo es un cuarto oscuro, como la TV apagada. La gran mayoría de la humanidad aceptó ser iluminada por los medios.

Sábato decía que lo grave de la TV no es su contenido sino su iluminación, y que nadie ni nada en la habitación, sala de espera, aula de clases, restaurant, avión, maestro, cura o hermosa mujer, puede competir con ella.

Antes de la TV, la gente se iluminaba con las religiones, y mantenían una velita encendida junto a su imagen preferida, o más bien, inducida. ¡Imagínate tú: la TV haciéndole la suplencia a Dios!

Me costó, pero cuando lo comprendí, prendí la luz de mi habitación.

Desde entonces transito por el amor, vivo entre locos como Aquiles y Otilio, entre desocupados como Neruda y Beethoven, quiero más a mi perro pero la vida me ha premiado con amigos de verdad verdad, y aún me queda algo de luz propia..."






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