Por Indira Carpio Olivo
I
Escribo una lágrima con la mano que no gobierno
y ella es un salvaje
un riachuelo
una rama rota que se
empeña en quebrar el suelo
II
Riego la voz
y crece un llantén
una bola de huecos
que gotea
una fractura
por donde se cuela
la muerte
atenta
Riego la voz
y la larva se eleva
impasible
camino arriba
por el hilo
cristal de polvo
que el descuido se
llevará por medio
Riego la voz
histérica
que no sabe llorar y
reir al compás
la voz,
un puño de yeso
una estatua en
pedazos
un piélago de sed
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