sábado, 5 de diciembre de 2015

Poesía o nada 7


Discurso:
El cataclismo de Damocles (Extracto)
Por Gabriel García Márquez
Conferencia de Ixtapa. México, 1986.

Un gran novelista de nuestro tiempo se preguntó alguna vez si la Tierra no será el infierno de otros planetas. Tal vez sea mucho menos: una aldea sin memoria, dejada de la mano de sus dioses en el último suburbio de la gran patria universal. Pero la sospecha creciente de que es el único sitio del Sistema Solar donde se ha dado la prodigiosa aventura de la vida, nos arrastra sin piedad a una conclusión descorazonadora: la carrera de las armas va en sentido contrario de la inteligencia.
Y no sólo de la inteligencia humana, sino de la inteligencia misma de la naturaleza, cuya finalidad escapa inclusive a la clarividencia de la poesía. Desde la aparición de la vida visible en la Tierra debieron transcurrir 380 millones de años para que una mariposa aprendiera a volar, otros 180 millones de años para fabricar una rosa sin otro compromiso que el de ser hermosa, y cuatro eras geológicas para que los seres humanos a diferencia del bisabuelo pitecántropo, fueran capaces de cantar mejor que los pájaros y de morirse de amor. No es nada honroso para el talento humano, en la edad de oro de la ciencia, haber concebido el modo de que un proceso milenario tan dispendioso y colosal, pueda regresar a la nada de donde vino por el arte simple de oprimir un botón.
---

Perfil:

Concha Liaño Gil nació en Francia, pero la nalgada del primer grito la largó a Catalunya en noviembre de 1916. A los quince se declaró anarquista. Poco después es lugarteniente de Mujeres Libres, organización que logra enfilar más de veinte mil militantes feministas libertarias, durante La República. A los treinta y dos se vino a Venezuela. Se trajo una maleta, a Monchina (su hija con cinco años) y a la utopía, dobladita y planchadita, lista para extender.
Más de sesenta años después, muere sola en su apartamento de Capuchinos, y su tumba ni nombre tuvo.
Una concha es una cubierta que protege lo de adentro; el caparazón de una tortuga, vieja, sabia, paciente; la piel del árbol, la cáscara de la fruta, la vagina del mundo.
Una concha está hecha de estrías y derrumbes, su dureza es moldeable. Si se le voltea, sirve para recorrer los mares del mundo. En su posición natural, es techo y parasol.
---
Poema:

Y todo fue destruido
Anónimo (Poesía precolombina)

Todo esto pasó con nosotros. Nosotros lo vimos, nosotros lo admiramos.
Con suerte lamentosa nos vimos angustiados.
En los caminos yacen dardos rotos,
los cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por las calles y plazas,
y en las paredes están salpicados los sesos.
Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos, es como si hubiéramos bebido agua de salitre.
Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe,
y era nuestra herencia una red de agujeros.
En los escudos fue su resguardo:
¡pero ni con escudos puede ser sostenida su soledad!
Hemos comido palos de eritrina
hemos masticado grama salitrosa,
piedras de adobe, ratones, tierra en polvo, gusanos.
Todo esto pasó con nosotros.

---
Trino:

@LetraFranca: “En sus ojos prolongados de agua
se entreabren los labios esperando la pesca:
sus brazos suspendidos han vuelto a la condición primera:
Ofelia, es un loto inadvertido”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario