A ella le dolía como
si la quemaran intermitentemente con un encendedor de tabacos para
autos.
Al principio del fin,
su cuerpo se desprendía de la vida como una hoja de árbol, hasta
dejarle desolado, desnudo, seco.
De donde nació el
placer un volcán la hería.
Amalia tuvo tres
maridos conocidos y a todos los sobrevivió.
Se los pasó de una
mano a otra, como agua fresca. De su cuenco húmedo doce hijos
coronaron la luz. Mujer de conuco, sus manos lo mismo despescuezaban
una gallina, que tejían las trenzas de su siete hijas, o enderezaban
el camino del que se atrevía a torcerlo.
Debajo de sus fondos y
sobre sus alpargatas dos cañaverales endulzaron al proscrito hasta
que el azúcar se agrió y fue su jugo abandonando las venas.
Después de que su
último marido muriera, guardó luto durante más de cuarenta años.
De su larga cabellera negra se apoderó la luna y a sus tetas las
reclamaba el mismo magma de las tripas de la tierra.
Cuando hablaba, hasta
Dios callaba para escucharla, porque nunca supo susurrar. Se le
recuerda por tener la planta de los pies más suaves que ser humano
alguno haya tenido. Pero esta cosa extraterrena no le sirvió para
nada.
Igual, le dolía
caminar.
Para ella la patria fue
un chinchorro. Y cuando le tocó mendigar vida al Estado, el dominó
de la casa la lloró hasta volver negra la cara de cada una de las
piezas.
La mayor de sus hijas
no sabía dejarla morir. Un día, cuando en la cama de al lado de
aquel lugar a donde van a morir los pobres, estiró la pata una
vecina, ella me llamó aparte y me dijo que me llevara a mi mamá,
para que no le afectara aquello. Así fue. Hasta en las últimas.
Recuerdo que entonces agregó. “Yo, me voy muy pronto. Tú,
cuídala”. No podían despedirse. Y apenas mamá pestañeó, el
infierno de mi abuela avivó sus llamas y la consumió desde el
ombligo de la mujer.
Mi abuela tuvo cáncer
en el cuello del útero y en eso no hay poesía.
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El Virus de Papiloma
Humano ya es una transacción, como lo ha sido toda enfermedad para
sus creadores, o sus tratantes. No ha habido escuela que enseñe la
prevención, porque a los médicos se les educa para recetar, o ser
una rosca más en el engranaje de las trasnacionales farmacéuticas.
Ayer ocurrió con la
gripe AH1N1. Hoy con el VPH.
Muchas han sido las
denuncias contra su vacuna. No se ha comprobado su bondad y por el
contrario sus detractores advierten de la peligrosidad al aplicarse,
siendo registrado el aumento del cáncer de cuello uterino,
desórdenes nerviosos, invalidez permanente y la muerte.
Pese a ello,
recientemente el presidente de la República Bolivariana de
Venezuela, Nicolás Maduro, aprobó 281 millones 971 mil Bolívares,
equivalente a 44 millones 757 mil 346 dólares, para la adquisición,
compra y distribución de la Vacuna del VPH en el país.
Y según declaraciones
de la viceministra de Salud Colectiva, Claudia Morón, se incluirá
dentro del esquema de inmunización ampliado en Venezuela para el año
del 2016 entre niñas y niños desde los 9 años de edad. Como
Venezuela, más de cien países repiten el coro.
El dúo Merck- Sanofi
es uno de los mercaderes de la salud con la venta de estas vacunas en
todo el mundo. Y es la misma Merck señalada por la Fiscal General de
la República Luisa Ortega Díaz como investigada por fraude con
divisas al Estado venezolano, en agosto de 2014 ¿Cómo se explica
que lo sigamos enriqueciendo a costa de la salud del colectivo? (1)
La en otrora aliada del
Gobierno Bolivariano, médico y monja, Teresa Forcades explica por
qué no debe usarse la vacuna contra el VPH y exige (a su gobierno,
el español) se retire la inmunización de las agendas de su
ministerio de salud (2).
¿Cómo se explica la
inclusión de las vacunas en nuestro sistema de salud, cuando la FDA
(Food and Drug Administration de EEUU) ignoró, después de un
proceso de revisión de 6 meses, el hecho de que la vacuna contra el
VPH de Merck (Gardasil) no cumple con ninguno de los cuatro criterios
requeridos para la aprobación de medicamentos por vía rápida, por
ejemplo, que no sea la idea de que es un negocio, el más lucrativo
negocio del miedo?
Está demostrado que la
mayoría de las infecciones por VPH se solucionan sin tratamiento
-naturalmente- sin amenaza de convertirse en cáncer, entonces, ¿por
qué se introduce un cuerpo ajeno al cuerpo, detonante -en
determinadas circunstancias- de otros padecimientos y de la
aceleración de la enfermedad que pretende detener? No hay que ser un
espía para arquear información al respecto.
Si esto no es un
negocio, se le parece igualito.
Por lo pronto, no
autorice esta receta.
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