Por Indira Carpio Olivo/ @icarpio
Tiene los pechos cúbicos
capaces de apuntar el destino
En sus muslos habitan las señales
el primer grito de la primera que nació
Sobre su ombligo, el resplandor del sol
y un tambor africano en el destierro
Ella es el clarín que despierta los
días
la loba que le canta a los círculos
la misma que da de beber los ríos a
Rómulo, a Remo
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