martes, 3 de abril de 2012

Roma


Por Indira Carpio Olivo/ @icarpio

Tiene los pechos cúbicos
capaces de apuntar el destino

En sus muslos habitan las señales
el primer grito de la primera que nació

Sobre su ombligo, el resplandor del sol
y un tambor africano en el destierro

Ella es el clarín que despierta los días
la loba que le canta a los círculos
la misma que da de beber los ríos a Rómulo, a Remo
desagradecidos.
3/4/2012
Sos una, sin máscaras


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