domingo, 28 de agosto de 2016

PON 40


Cuento:

LA CANCIÓN DE LOS PUERCOESPINES
Por Marosa di Giorgio (Uruguay)

Se oía en lo hondo de los bosques, gritos de mujeres que tenían pasiones con los bichos.
Algunas eran mordidas y casi asesinadas y se salvaban de un sólo manotazo.
-Aparte! ¡Fuera, poca cosa, asesino! Yo soy gente. Y usted, no. Y se veían los rostros estrechos, ríspidos, de los puercoespines, que sólo las hozaban y bebían, sin importarles de más nada.
Otra gritaba: -Me perturbó todo el vientre. Es seguro que voy a poblar la tierra con nuevos puercoespines!
Y gritó la otra: -Pero ¿En qué caí...! ¡Si viera mi madre...! ¡De la manera como me crió!
Y una voz más lejana y honda, le dijo: -Tu madre aquí mismo hozó. Ah! Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!
Hay una neblina, un viento helado, pero fuera del bosque, allá. Porque aquí dentro está espléndido, calentito, como jamás se vio.

Libros:

LA HORA D ELA ESTRELLA (frag.)
Por Clarice Lispector (Brasil)

Discúlpenme, pero voy a seguir hablando de mí, que soy mi desconocido, y al escribir me sorprendo un poco porque he descubierto que tengo un destino. Quién no se ha preguntado: ¿soy un monstruo o esto es ser una persona?
Antes quiero afirmar que esa chica no se conoce sino a través de vivir a la deriva. Si fuese tan tonta como para preguntarse "¿quién soy yo?", se espantaría y se caería al mismo suelo. Es que el "¿quién soy yo?" provoca necesidad. ¿Y cómo satisfacer la necesidad? Quien se analiza está incompleto.

viernes, 26 de agosto de 2016

Gastronauta 95: BOICOT AL PAN


¿Por qué hay colas en las panaderías? ¿Las filas se forman primero en la cabeza, y después en las aceras, o al revés? ¿Por qué sigue faltando el pan, si el trigo ya está con nosotros? ¿Por qué si en Julio ingresó al país 110 mil toneladas del cereal, y el consumo histórico es de 75 mil, los comerciantes del pan se siguen quejando de la ausencia de materia prima para elaborar sus productos? ¿Usted sabía que Polar (Monaca) y Cargill reciben la mayor parte de la carga del trigo que surte a las 10.500 panaderías que atraviesan Venezuela? ¿Esto no le dice nada? Entonces, mejor no siga leyendo.

El trigo con el que se hace el pan en Venezuela es importado. Lo importa el Estado, quien a través de la Superintendencia Nacional de Gestión Alimentaria (Sunagro), lo entrega a las procesadoras, todas privadas. Son 7 los intermediarios entre el Estado y las panaderías, de los cuales Polar y Cargill son los principales.
El Estado expende el trigo que debe estar regulado en 8 mil Bolívares cada saco, que a su vez contiene 45 kilos. Es decir, cada kilo de harina de trigo estaría por el orden de los 177,8 Bolívares.
Pero en cuánto le venden una canilla al pueblo. El precio varía de acuerdo a la zona, desde los 180 hasta los 370. Y, ¿cuánta harina de trigo se necesita para hacer una canilla? Una baguette casera lleva al menos una taza de harina de trigo, que equivale a 110 gramos del cereal. Con una simple ecuación podríamos determinar que de un kilo de harina, un panadero pudiera elaborar unas diez canillas, al menos, o unas 450 de un saco de harina.
En la panadería que está cerca de casa, el precio del pan de kilo está en 1.200 Bolívares, el campesino (un poco más grande que una canilla en 850, el francés a 150 cada uno, el dulce a 250 (de a bollo), el de queso a 1.000, y así. Casi no expenden canillas, porque según los dueños de la panadería no le ven el queso a la tostada. La estructura de costo debe contemplar (además de los pagos de los panaderos, el local, los servicios, las bolsas) otros ingredientes, como sal, azúcar, levadura, mantequilla, huevo. Establecen horarios en los cuales venden un número y no más de panes salados. Entonces, las filas salen del establecimiento y cruzan calles y avenidas.
Sunagro ha anunciado que pretenden regular el uso de la harina a 90% pan salado y el resto entre dulces y otras preparaciones. Además, que tienen en inventario 230 mil toneladas más de harina de trigo. Si acaso el anuncio más importante: deja en manos de mecanismos del Estado la distribución del trigo a las 10.500 panaderías en todo el territorio, a través de mesas de trabajo con las gobernaciones. Las mesas a las que convocaron a los siete grandes conglomerados no prosperaron, porque simplemente no se presentaron.

domingo, 21 de agosto de 2016

PON 39


MENSAJERO
Por Yanuva León (Venezuela)

Ha vuelto de lejos
asustado
la mirada empozada de rigor
contando historias de mujeres ahuecadas
que lloran en cuclillas
tristes abuelas que huelen a tinaja rota

dice que acomodan los cabellos en trenzas grises
esconden el rostro de hondas grietas entre sus manos
se amontonan como gallinas
recogidas tan juntas que una es también la otra
y lloran siguiendo un ritmo de pájaro menudo
de perenne vuelo atormentado
giran a veces en sintonía de océano
sin romper el compás de la danza
para dejarse caer livianas
en el aullido único
que acaricia heridas de la Madre

buscan la palabra que sea comienzo
dice que por todos se lamentan

hoy ha vuelto
cansado
canta profecías
poemas viejos de las abuelas
que lloran desde hace siglos
asegura que yo seré una entre ellas
recogeré mi cabello en trenzas
ocultaré el rostro
animal abatido entre mis manos
me arrimaré al montón
y lloraré en cuclillas
para siempre.

lunes, 15 de agosto de 2016

Gastronauta 94: BOICOT



No es mentira que a cada subida del salario los empresarios suben tres y cuatro veces el precio de sus productos. Pero tampoco es mentira que no les ha hecho falta ningún aumento para elevar hasta el ridículo el valor de su mercancía. Recordemos que para los mercaderes, los alimentos no son sino eso, mercancía. La inseguridad alimentaria se ha vuelto el pan nuestro: en Venezuela, lo que hoy cuesta 1 Bolívar, mañana puede costar 10, y pasado mañana 20. Pueden y lo hacen: nos estrangulan. Y sí, hay bachaqueros, especuladores, acaparadores, militares corruptos, políticos protectores de esta fauna, ladrones todos, es porque nuestra sociedad los engendró, porque hay quienes le hacen la vuelta al negocio y compran al precio que sea esto y aquello. Pero toda usura debe tener un límite. Y, en vista de que no hay institución que haga cumplir la Ley de protección al consumidor y al usuario, y que se (sobre)vive a una liberación de precios voraz que afecta principalmente a la población económicamente más vulnerable y sus alrededores (la llamada clase media), en ese sentido debemos organizarnos para el BOICOT.

¿Qué hacer?
No se trata de exigir al pueblo hacer lo que “el poder” no ha hecho, sino de asumir que el poder es del pueblo. Asumirlo, no porque lo diga la Constitución, porque este instrumento legal también dice que la alimentación es un derecho y vaya usted a explicárselo al dueño del abasto a ver con qué le sale. No. Asumirlo, porque la historia de los pueblos nos obliga a tomar las riendas del coroto. Porque justo del caos debe nacer una nueva forma de vida, la flor en el barro.

domingo, 14 de agosto de 2016

PON 38


VULVA LA PALABRA
Por José Antonio Yepes Azparren (Venezuela)

Labios de la vulva.

Límites de la oscura respiración.
Para atisbar el mundo a través de ti
sobre lentas transparentes aguas

Lívida sobre tu ligera incisión
en desbordada hacia tu luminoso cuerpo.

Cegadora claridad de la entrega.

Límite donde el tiempo agoniza
su creciente intensidad.

Para hacernos un abismo convulso
sin fin de todo.
En la nada plena.

En el oscuro límite de la vulva.

martes, 9 de agosto de 2016

Gastronauta 93: Enramar


Vas a sembrar. Que el esqueje no reviente la valva. Que su tallo se espigue árbol de nube. Voltea la mano hacia la cara este del sol. Y que sea su luminiscencia la que haga crecer la columna de hojas que atraviesa tu espalda. Guarda en la o de tu boca las piedras que hacen de tu vientre una montaña de árnica, como se guardan en un frasco con aceites los nombres propios. Que la piel de la palabra se erice rosa de montaña, una flor todas las flores, una flor para nadie, una flor de un solo pie, con uñas filosas Vas a sembrar. Junta el índice y el corazón, cúrvalos. Ve, que las paredes son húmedas y a la carne la sangre calienta. Siente. Un manojo de retamas rojas, de ojos rasgados a los que les llaman amanecer. Cierra, aprieta y libera. Repite. Hasta ser lo sembrado. Lamerás tu tierra y no habrá pensamiento, sólo aire. Vas a sembrar. Serás un huevo amarillento, de los que se fracturan y no terminan de descascarar, largo y puntiagudo, un laberinto de espuma y saliva. Puedes trenzar la luz si apenas abres y aprietas de nuevo los ojos, puedes trenzar la luz. Quién dijo que serás una flor una persona una corteza un recuerdo un desierto un secreto. Serás una mentira, como el cielo. Y aprenderás a olvidar a hablar a caminar a caer a respirar a dejar de respirar. Vas a sembrar. Te duplicarás, una oración lo confirma: lloras cuando a tus hijas les da fiebre. Pero aprenderás a olvidar. No serás ella, tampoco tus hijas. No serás pájaro ala pluma canto aire. No serás sino las hebras del tallo que crecen a pesar tuyo, y por su naturaleza de piedra ¿Qué son los árboles sino piedras a las que el agua penetra? Vas a sembrar y bailarás en la boca de la gente, te dirán te nombrarán brevemente como la oscuridad que antecede el momento de la muerte. No habrá miedo. Serás un cuerpo, el cuerpo de una flor que nadie conoce, abriéndose, despegando sus brazos, expuesta al colibrí al gusano al cuerpo. Al cuerpo de nosequién. Hervirás en la fuente de un volcán de agua. Sobre tu plato las semillas germinarán y se escurrirán por los bordes. Vas a sembrar. Tómalo de la cabeza con la mano derecha, con la izquierda devuélvelo al medio. Deja que te olfatee. La palabra perro no muerde. Que el origen sea una sílaba. Allí donde baila la lengua y donde comemos amapolas con los muertos. Allí. Donde somos leales a la tierra, en el oscuro corazón de la vida. Allí. Donde florece el negro grito de los primeros. Allí. Vas a sembrar. Abrazarás la sombra de nadie nunca y serás repentina: un hilo del mar cristales de sal el aliento una alegría difícil. Mirarás de frente la locura la constelación universal y prometerás no anudar sus extremos, dejarás crecer la vía láctea derramarse la dejarás. En la oración de la mañana comprenderás que la naturaleza está más allá del mundo y busca constantemente el fuego donde desgarrar: el penacho de un cardenal. Vas a sembrar. Te mancharás con gotas del limón. Los colores sólo son la transformación de la luz y la luz la superación del dolor. Serás cruda como el color rojo, la vestal del tiempo. Vas a sembrar en el circo de los solos. Ve, un ave no cae inútilmente. Baja a desenterrar su pecho de entre tus manos, la libertad. Y a cambio escupe el agua forma los ríos. Eyacula. Naces. Y de su corazón de aire respiras. Vas a sembrar y serás la fruta que comen y que no. Podrida en la oscuridad regresas al aŕbol siendo pájaro que baja a desenterrar la palabra Dios alas de piedra el dibujo de Pola la fiebre de Manuela los hombros del hombre: la aritmética de los días. No será tuyo el tiempo. No será tuya la historia. No será tuyo el silencio. No serán tuyas tus manos. No será tuyo tú trabajo. No será tuyo el río será del gobierno será de Gold Reserve será de la muerte a cambio de espejitos. Haré una hoja de telarañas caminará por la casa en ella la promesa a mis hijas de heredar un destino. Vas a sembrar. No te prometo espigar. Te prometo un sol oscuro ¿Cómo decirte la verdad si el mundo miente por nosotras? ¿Cuántas mentiras caben en un pacto? ¿Son los océanos en su neblosa profundidad la verdadera promesa? No se nadar ¿Para qué sirve sembrar sino es para escapar por las ramas?

domingo, 7 de agosto de 2016

PON 37



Cuento:

S/T
Por Stefania Mosca (Venezuela)
Llegamos al borde tenso y metálico. Allí donde no puedo, recojo mis vestidos rotos, el brillo medroso de mis espléndidas esperanzas. Lo dejo todo y todo lo pierdo, las zapatillas, el traje. Un lado hueco, una grieta, un punto falso, un espejo sin destino, un eco sordo. El sabor amargo de las últimas palabras.

Ulises adiós. Te vas, Ulises.
Adiós, no soy de la tradición de Itaca. El mediterráneo en la memoria es cierto, pero de tapices ni una palabra, y auqnue aprendiera, no hay batalla para narrar. Los temas seríab abstractos: la soledad por ejemplo.

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Poesía:

PLACE DU PRÉFECTURE

Del poemario Casa de viaje. Premio Satafania Mosca 2016

Por Deisa Tremarias Grimau (Venezuela)

Son los árboles quizás los únicos capaces de guardar silencio. Cultivando siempre la dura geografía del dolor. Cinco de ellos dieron sombra durante el verano. Cinco meses después. Cinco de ellos ahora afincan sus ramas con cuerdas. Cinco cuerpos bajo tu cuerpo. Ingrávidos. Pálidos. Sordos al resonar de las botas. Cinco maquis y yo, entendiendo que los árboles de las plazas no son árboles del bosque.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Gastronauta 92: Gitana



Cuando era muy pequeña, trapo sobre trapo, me vestía gitana. Perseguía los lunares como a los caramelos. Sin saberlo, un gallo picoteaba en mi pecho lo mismo que en la tierra, y los gusanos se le escapaban al verde corazón de mi niña. Verde, que te quiero verde. Como si hubiese nacido de un caballo en la penúltima ola del mar, yo me sentía una palma y otra palma, punta, talón, floreo, palma, palma, palma, del índice al corazón, el abismo.

No había flor de auyama virgen, mi abuelo muerto me había enseñado a lavarlas y a rellenarlas, hasta rehogarlas en aceite. Iban a morir a donde mismo nacieron, al tambor de carne, de cuyo ombligo también nacía y moría el hambre. En el plato no hay mejor vecino de la calabaza que el garbanzo: nada es puro, nadie puede constatarlo, tampoco en la cocina. Dejábamos un puño de los granos remojados en agua con sal, de una noche al día siguiente “espantando los espíritus malos del aire”, diría la abuela. Después ajo, aceite de oliva y limón hasta hacerlos pasta, para ir a parar en el perolito de vidrio con bordes de encaje que reservábamos para la crema.

Yo uso la cúrcuma porque, como a Camarón, no me gusta el arroz payo. Y si no tengo la raíz, le pongo zanahoria para que lo pinte, o le rallo la concha de la auyama aquella: qué fuera de Dios sin la luz del amarillo, qué del tallo de las palabras cortas sin los quejíos, qué fuera de la soledad sin el cante... de no llevar apellido.

“Sube los brazos sobre la cabeza como si fuese a bendecir el mundo. Los hace serpentear trenzando las manos, que doblan las sombras sobre las sombras de sus ojos”, me explican de La Macarrona el flamenco, y de cómo estirar la masa que resulta de ablandar las papas en agua hirviendo: las manos, de la cintura del árbol al cielo, lo mismo una culebra que una paloma.
De la cintura hacia abajo, salta sobre la mesa y la fiesta salta con ella, la calza un par de zapatillas rojas, como un charco de sangre, la salsa.