SIMBIOSIS
Por Caneo Arguinzones (Venezuela)
Vi mi seno en tu boca
mi seno lácteo, pálido, acuoso.
Vi tu boca oscura tragarlo
Vi tu labio inflamado de deseo
y mi seno invertido.
Sentí ansias, ansias carnívoras y devotas.
Sentí tu piel en contraste con la mía
y tus ojos yermos.
Sé del abrazo y esta pausa informe que poseo
Sé de ti a mis anchas,
cuando envuelta en tu enormidad te contemplo.
En silencio he pronunciado tu nombre
porque has habitado aquí dentro.
Poema
ACACIA EN FLOR
Por Williams Carlos Williams
(Estados Unido)
De
entre
la verde
tenaz
vieja y
brillante
rama
rota
surge
el blanco
y dulce
mayo
otra vez
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Trino:
MIGRACIONES
Por Ania Varez
(Venezuela)
Cada paso que doy
es un mango
cayendo
desde los ojos de mi madre
frondosos de Atlántico.
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Libro:
¿Qué soy en este instante? Soy una
máquina de escribir que hace sonar las teclas secas en la húmeda y
oscura madrugada. Hace mucho tiempo que ya no soy humana. Quisieron
que fuese un objeto. Soy un objeto. Que crea otros objetos y la
máquina nos crea a todos nosotros. Ella exige. El mecanismo exige y
exige mi vida. Pero yo no obedezco del todo; si tengo que ser un
objeto, que sea un objeto que grita. Hay algo dentro de mí que
duele. Ah cómo duele y cómo grita pidiendo socorro. Pero faltan
lágrimas en la máquina que soy. Soy un objeto sin destino. ¿Soy un
objeto en manos de quién? Tal es mi destino humano. Lo que me salva
es que grito. Yo protesto en nombre de lo que está dentro del objeto
más allá del más allá del pensamiento-sentimiento.
Soy un objeto urgente.
Soy un objeto urgente.
Lispector, Clarice. AGUA
VIVA, (1973).
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Cuento:
SOBRE EL VERBO PONER (Extracto)
Por Sol Linares (Venezuela)
Una gallina llamada Emperatriz abre los
ojos. Justo en ese instante, a la altura de su corazón de gallina
―museo de las formas más antiguas del miedo―, algo cruje. Cruje
desprendiéndose, en gerundio. De nuevo es esa cosa. Algo, como un
dolor redondo, baja de nuevo hacia su esfínter. Es el ducto por el
cual una gallina puede hacer varias cosas sin tener consciencia:
comunicarse con el exterior, contar los días, ser violada, cagar, y
por supuesto, volverse señora. Señoras siempre son, desde chicas.
Es la única forma de nacer señora; naciendo gallina.
Gallina-gallinae, ovarium obsesivo, loco, testarudo. ¡Oh, si supiera
lo bella que se pone cuando finge estar atenta a sí misma! La más
abnegada de las ignorantes, la más feliz de las desdichadas. Tan
insignificante, que gallina es gallina hasta en latín. De nada
sirvió ser nombrada por la lengua del Imperio Romano si nunca derivó
en una inflexión, en un adorno romántico. Apenas puede tener alma
de apellido. Gallina De. Así parece su alma. Y es tan feliz. Excepto
cuando baja esa cosa. Cuando baja esa cosa se asusta tanto y si de
casualidad se queda dormida para evadirse, sueña con Mary
Wollstoncraft. Y ahí viene de nuevo, eso como un dolor redondo.
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