Poesía o nada 2

 

Sección de literatura en la Revista Épale Caracas, publicada dominicalmente.

Libro:

Chávez vive. Sí. Pero en qué parte de nuestra geografía.

Crónica de comunas te pasea por el corazón del venezolano, la venezolana en los que late el

arañero, habita la esperanza.

De la Editorial Estrella roja, veinticinco relatos del sueño en las manos, podrás alcanzar en

cualquier Librería del Sur, o a través del blogspot: http://comunaadentro.blogspot.com/. La

comuna es la tarea histórica que nos hereda

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Poesía

De Andrea Betancourt (Venezuela), S/T:

Su casa quedó bajo el agua

junto a los pasos pequeños en la sala

y los carritos compartidos regados en cualquier lugar.

Allá lejos su infancia,

bajo litros y litros de desarrollo y modernidad

¡Por la patria! – escucho decir a las paredes

y el lo creyó

esperando a que ahora si colocaran su estrella en la bandera.

Pero su estrella quedo bajo el agua también

junto a tantas otras cosas que no dijo más.

Ahora toca ser grande

­si ya igual no hay más juguetes-
ahora toca emigrar

reandar caminos.

Un montón de palomitas dolidas,

marcadas por el agua que se les vino encima.

(...)

Una maravilla de la química experimental

(La alquimia botánica):

La infusión de albahaca morada es verdeazulado,

pero al colocarle zumo de limón se torna rosa intenso.

Sentada mientras escribo me tomo una taza,

la casa en absoluto silencio,

las auyamas florecen alrededor,

las paredes se llenan de neblina

y en todas las jardineras nacen lochitas.

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Minicuento:

De Luis Ignacio Cárdenas (Venezuela), Yo tengo un perrito que camina como usted
Es el último de once hermanos, es el más metío, el más inquieto, el más dientón. Buen lector y

declamador. Memoriza el nombre de todos los compañeros en el círculo de lectores; algunos ya

tienen apodos. Diente frio es uno.

– Julio, vas a leer un poema de Aquiles Nazoa.

– Mejor lo memorizo profe, responde enseguida.

– Entonces, lo vas hacer en público”.

– ¿y de primero? – Pelando los ojos.

– No, de primero no, de último si quieres.

– No me gusta llegar de primero, profe, así aprendo más. Brinca de carcajadas.

– Y voy a leer el cuento de mi perrito azul que camina como usted. No se vaya a poner bravo.

Vuelve a brincar de la carcajada.

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Personaje:

Por Ernesto J. Navarro (Venezuela), Chela Tremont

El día del entierro de Chela, en su Maracaibo querida, el sol era tan fuerte que la gente buscaba

refugio en cualquier palo que diera sombra. Muchos coincidieron en lo mismo: No quería irse.

A Chela siempre le costaron las despedidas, porque eso era un final y ella tenía una pasión infinita

por la vida. Una vez le contó a mi mamá, que saltaba de la cama antes que los gallos:

­Mirá Carmen, cuando me despierto yo meto los pies en las cotizas y ¡No Joda! Salgo corriendo

pa la cocina, porque ya sé que estoy viva.

(...)

Cierta ocasión, el cantautor de gaitas (que ya era un rockstar) Astolfo Romero, visitó su casa.

Saludó a Chela con mucha deferencia y le besó la mejilla.

Chela, estaba sentada en una silla de mimbre gigante, lo miró a los ojos, luego alrededor y dijo:

­¡Ohj! Se me han parado ciertos pelos.