Por Indira Carpio Olivo
Me encanta esa gente que
enlata los principios de la izquierda en un producto de plástico
mal-llamado PROGRESISMO (1), algo así como una hamburguesa LIGHT, una
mentira apretada, el camino del medio.
Además se trajean con el
comodismo de atacarlo todo y no aportar nada, porque esto o aquello está
mal... "Sólo mi latita de pastillas contra el engorde, sirve".
Esa parte de la población, casi siempre ligada a la "cómoda" (2) clase media, es la reproductora de deseos frustrados:
vivir cerquita de los ricos (como para servirles), sino en países
desarrollados, exprimir los ahorros y endeudarse para hacer la cola de
DisneyWorld, vestir con marcas, comer en restaurantes, desteñir la
tarjeta de crédito, tomar "buen vino", reunirse con personalidades,
echarse una foto con éste o aquel artista-político, el resumen de la
farándula de la izquierda; el progresismo: la estrategia de despiste de
algunos políticos para "cambiarlo todo" sin cambiar nada, la frontera
difusa entre "la izquierda" y la derecha, o la derechización de las
ovejitas negras, convertidas a un gris claro clarito.
Eso sí,
defienden los derechos LGTBI, son ecologistas, se roban las ideas que no
pueden comprar, todo un aporte. Eso aplica para la derecha progre, como
para los chavistas que quieren gozar del capitalismo, llamándose gente
"de izquierda".
¿Qué los hace creerse de izquierda? ¿Por qué no lo son? ¿Creen en la lucha de clases? ¿Tienen conciencia de lo que significa?
Por ahí leo que Federico Nietzche decía:
"Cuántos hombres (mujeres) se precipitan hacia la luz, no para ver
mejor, sino para brillar".
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(1) Originalmente el
progresismo se desprende de los movimientos liberales, sus corrientes
defienden las luchas de las minorías, algunos movimientos son más afines
a la izquierda, pero en Venezuela los conceptos se desvirtuaron hasta
convertirlo en la etiqueta en el envase de un neonazi-sionista (aunque
suene contradictorio -vea lo que ocurre en Palestina hoy día).
(2)
No es para nada cómodo el papel de la clase media (menos cómodo el de
pobres). Son los encargados de poner el cerebro para que los que tienen
más sigan obteniendo mucho más.
Elecciones, ética y supervivencia
Hace 2 meses
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