miércoles, 31 de octubre de 2012

La ensalada

Por Indira Carpio Olivo
MEZCLUM. Hoy la mayor culpó a la pequeña de haberle arrojado la ensalada. La más chica se defendió y le preguntó a la otra si estaba confundida. Ambas se acusaban.
Pusimos orden. Dejamos que comieran con tranquilidad.
Luego, les pedí la verdad. Se rehusaban a decirla. Por lo menos una de ella mentía.
Le dije que fueran al cuarto y se pusieran de acuerdo y me dijeran lo que realmente ocurrió.
En un rato entré y les pregunté si estaban listas. De eso dependía el resto de la tarde.
Pero no estaban. Al contrario estaban molestas una con la otra.
Las reuní. Respiré y les expliqué las consecuencias de mentir, la pérdida de la confianza, su relación como hermanas. Pero en seguida me increpó la más grande:

-Mi mamá me dice que algunas veces hay razones para mentir. Ella me pide que mienta.
-Y ahora mismo ¿Tienes alguna razón para mentir?
Me responde que no. Continúo la explicación. Pero me vuelve a interrumpir. Recordó:

-Me dice que cuando nos atacan, hay razones para mentir.
-¿Y no será más bien que sientes que te atacan porque mientes?
Se quedó pensando, mientras yo le explico con ejemplos a la pequeña las secuelas de la mentira:

-Mira Nana, si por ejemplo tú me dijeras que te tomas una medicina y resulta que no, entonces pudieras empeorar si estuvieses enferma, además luego dudaríamos de tu palabra...
-Indi, fui yo, sentencia la grande y se enjuaga los ojos.

ADEREZO. La abracé. Entendía por qué mentía.
Le enseñan a ser la victimaria para no ser víctima, pero sabemos que la ecuación es inversamente proporcional: una ensalada que tiene como ingrediente principal el miedo (*).

Así anda la vida de algunas personas: transfundiendo la miseria, siendo la rata que hace girar la rueda, y en el interín ceban la calamidad y adornan el sufrimiento.

La ensalada de las sobras no siempre tiene buen gusto. Agréguele una ramita de odio, unas gotas de resentimiento y espolvoree su historia de abandono. Es una receta infalible para derramarla sobre otros.
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Miedo, sin. temor, terror, pavor, pánico, espanto, horror, alarma, susto, sobresalto, recelo, aprensión, desconfianza, canguelo, turbación, sorpresa, asombro, desasosiego, cobardía.


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