En Japón los bebés y los niños duermen entre sus padres, desde hace
siglos. A la madre nipona le interesa que sus hijos se conviertan en
una parte de la madre, en un ser social conectado. En estudios
comparativos con otras culturas, como la americana, las madres japonesas
esperan que el niño domine habilidades grupales, como la cortesía y el
autodominio, y para las norteamericanas prefieren que dominen la
expresión verbal y habilidades sociales como compartir con otros.
En
EEUU existe una obsesión por conseguir que sus hijos sean
independientes lo antes posible. El contacto físico con el bebé es
relativamente mínimo, la madre rara vez lleva al niño en brazos. Se
supone que es normal que los bebés lloren mucho, y los padres no
consideran necesario responder a todos sus ataques de llanto.
Los
bebés norteamericanos tienden a pasar la mayor parte del tiempo
solos, durmiendo en una cuna, comen aparte del resto y se acuestan a otra hora.
La antropóloga Margaret Mead señalaba hace muchos años:
"Comprender el modo en que se trata a los niños es una de las maneras más reveladoras de rastrear a una sociedad".
En África (en el borde occidental de Kenia), los bebés gusii está
en contacto con alguien, por lo menos, el doble que el bebé
norteamericano blanco. Las madres gusii ofrecen el pecho sin horarios
fijos, el objetivo es mantener al bebé contento. Los bebés gusii lloran
la mitad que los del mismo tiempo en países industrializados, según
estudios de Robert y Sarah LeVine, realizados dentro del proyecto
“Seis culturas” desarrollado por Beatrice y John Whiting. El bebé gusii
nunca queda solo; las madres no conciben que pueda estar solo en un
cuarto llorando.
Los aches de Paraguay, grupo muy estudiado por
antropólogos. Estos bebés pasan el 93% del tiempo diurno y el 100%
nocturno en contacto con su madre. Hasta cumplir los tres años no se
alejan mucho de ella. La lactancia se mantiene unos dos años, hasta el
siguiente embarazo.
Extraído del libro de Meredith F. Small. “Nuestros
hijos y nosotros”.
Tomado de Antropología del nacimiento
"Comprender el modo en que se trata a los niños es una de las maneras más reveladoras de rastrear a una sociedad".
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