Rio rojo, salvenos pueblo

Esto lo escribí el 13A, falta, pero quise compartirlo antes.

Aquel 11 de abril de 2002 sólo tenía 17 años de edad y estaba inoculada por el veneno de los medios, que es lo mismo que decir envenenada de miedo. Me creía el discurso agresor del canal más visto en Venezuela, Venevisión (VV):

despiadados chavistas mataban a gente inocente en Puente Llaguno. Luego hacía zapping entre sangre y caricaturas en el resto de los canales privados.

¿Se perdona la ignorancia sólo por tener poca edad? No.

Me lo creí todo hasta que vi llorar a mi madre, hasta que vi temblar a mi padre (por formar parte de un circulo bolivariano), hasta que vi volver a Chávez, hasta que no pude soportar ese lado derecho que todo lo tuerce.

Mis hermanos, mis vecinos, mis compañeros de escuela y yo fuimos creciendo con la cultura del espectáculo, de la que EEUU es reina mundialmente. USA, nuestro norte, nuestro ejemplo de ser “alguien” (escalofríos). El reality show de moda signaba la cultura de este lado trasero del patio. Todavía la signa, sólo que algunos nos atrevimos a mirar hacia otro lado.

El lado al que miramos se recompone de esperanza, de voluntad para ser soberanos y constructores de la igualdad, de la libertad. Ese lado está al sur, es el izquierdo, el lado al que golpearon, asediaron, torturaron, violaron, desaparecieron y que pretenden seguir secuestrando.

Ayer, 9 años despúes del golpe de estado, veía a través de la televisión pública cómo diputados de oposición al gobierno en la Asamblea Nacional venezolana presentaban un supuesto audio del presidente Hugo Chávez renunciando a su cargo el 11 de abril de 2002.

Me pregunto ¿Por qué no lo presentaron antes? Me respondo, porque como todo lo demás, estas pruebas son artilugios para su espectáculo, una invención para mentes golpeadas y golpistas por unos cuantos verdes gringos. Más de los mismo: ¡SHOW!

El tiro por la culata

El mismo 12 de abril de 2002, políticos y periodistas confesaban en la programación matutina su participación en el carmonazo y reclaman su tajada en el reparto de los poderes.

“Tenemos nuevo presidente” anunciaba Napoleón Bravo, “gracias a los medios de comunicación” añadía Víctor Manuel García, presidente de la encuestadora Ceca, invitado especial junto a Leopoldo López y Molina Tamayo al programa “24 horas”. Mientras el actual diputado Enrique Mendoza cerraba Venezolana de Televisión. Desvergonzado, hoy clama por la libertad de expresión, de la que goza impunemente.

A partir de la recomposición del golpe a través de investigaciones del documentalista Ángel Palacios: Puente Llaguno, claves de una masacre, observamos el teatro de operaciones montado desde los medios, que tuvo como coste: la sangre del pueblo. 19 muertos y cientos de heridos.

A los responsables intelectuales les salió amnistía 5 años después y una conversación entre Cisneros (dueño de VV) y el gobierno todo lo ocurrido se perdonó. Perdimos, como siempre perdemos la posibilidad de enfrentar a los verdugos del pueblo.

Hoy llueve y la institucionalización de las marchas se moja de rojo. En un río de gente colorada se confunde el sudor y la lluvia. Ese río “trajió gente” como dirían por ahí, volvió a desbocarse para conmemorar 9 años de parto del proceso que tanto encona a los imperios y que vive constantemente renaciendo.

¿Podemos contribuir para que nuestros jóvenes no se envenenen de fotogramas o atapusen de camisetas rojas sin sentido? ¿Puede el pueblo rescatarnos de nuevo?