Se dice que Rusia
perdió su carrera espacial cuando Estados Unidos pisó la luna. Pero
esto último todavía está por comprobarse.
En 2013, una
misión especial china demostró que no había rastro de la llegada
del hombre al satélite, también que su tierra es más bien marrón
y no gris como se evidencia en el famoso video del 20 de julio de
1969, cuando frente a unos mil millones de televidentes, Neil
Armstrong posó las barras y las estrellas sobre la superficie lunar.
Y si
acaso la circunstancia más sospechosa ha sido la desaparición de 45
cintas de la Misión Apolo 11, el material fílmico más importante
en la carrera espacial de la NASA, junto a una supuesta roca lunar
traída por los astronautas. Vladimir
Markin, portavoz de
la Comisión de
Investigación del
gobierno ruso, cree que EE.UU. nunca pisó la luna, y en cambio
“simplemente hicieron una película”
(http://www.elsol.com.ar/nota/237658).
Aun siendo cierto
el alunizaje, hay quien dice que Rusia no perdió la batalla. De
hecho, se cuenta a la Unión Soviética como fundadora y principal
aportadora del conocimiento del espacio, en la historia de la
humanidad, lo que la hace imprescindible para que otros países
tomasen el espacio por asalto.
La razón para
alunizar o colonizar el espacio fue y es la misma: el poder. Pero
ahora está más claro, parece haber metales preciosos, agua y
posibilidad para la agricultura.
Antecedentes
Las cimientes de
la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética se
remontan al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el gigante del
norte de América perpetró el genocidio contra Japón, dejó caer
sobre Hiroshima y Nagazaki dos bombas atómicas.
Rusia debía
mostrar músculo porque un nuevo orden surgía y la guerra ya no era
sino tecnológica. En menos de cuatro años salieron al ruedo con su
propia bomba atómica, que como transporte recurría a un cohete.
Este hecho que repercutiría en su programa espacial.
En
1957, Sergei Pavlovich Korolev concluyó el primer
misil balístico intercontinental, que logró volar 5.600 k,
convirtiendo en superpotencia a URSS. El cohete fue dedicado a la
exploración espacial. En octubre de ese mismo año, lanzaron al
espacio el Sputnik, un transmisor de radio cubierto por una esfera de
metal. Y en noviembre viajaría Laika, una perra callejera que
encontraron en Moscú.
El
hijo de campesinos, Yuri Gagarin, sería el primer hombre en llegar a
la órbita de la tierra a bordo del la cápsula Vostok, el 12 de
abril de 1961. Le dio una vuelta a la tierra en una hora y 48
minutos: “Estoy mirando la Tierra (...) Veo los colores del
paisaje, bosques, ríos, nubes. Todo es tan bello”.
El
presidente de EE.UU., John F. Kennedy prometería llegar a la luna
durante esa década. “No porque sean metas fáciles, sino porque
son difíciles”, declaró.
En
1963, la URSS se contaba el vuelo orbital más largo, de cinco día y
la primera mujer en ir al espacio, Valentina Tereshkova. En 1965,
Alexei Leonov fue el primer ser humano en realizar una caminata
espacial.
Korolev
murió en 1966 y Gagarin en 1968. Menos de un año después explotó
el cohete lunar y con el la base de lanzamiento.
Al
año siguiente se cuenta la visita estadounidense a la luna, y la
decisión de la URSS de trabajar la colonización espacial. En 1986
los soviéticos instalaron en la órbita terrestre la primera
estación permanente, la MIR, un laboratorio enorme
suspendido, erigiéndose como expertos de la vida en el espacio.
Después de
disuelta la URSS, Estados Unidos se unió a Rusia en el programa
espacial para aprovechar la experiencia soviética.
En
2001, luego de que la MIR se deshiciera regresando a la tierra, la
Estación Espacial Internacional estaba al bate para asumir un nuevo
proyecto, esta vez construido por quince agencias espaciales, pero
que termina siendo el testamento del empeño por conquistar el
universo de los soviéticos y los rusos, afirma el historiador
estadounidense Gerard de Groot (http://www.bbc.com/mundo/38028270).
El Capitalismo llega a la luna
Pero la conquista del espacio no
implica propiedad, según el Tratado del Espacio Ultraterrestre de
1967, del que son parte 129 naciones, incluidas Rusia, EE.UU. y
también China, en la nueva configuración del tablero espacial.
En su artículo número dos, el
convenio aclara que “el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y
otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional
por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna
otra manera”
(http://www.unoosa.org/pdf/publications/STSPACE11S.pdf).
El universo fuera de la tierra no tiene
dueño, en apariencia, pero quién puede pagar los estudios del
espacio, y quién podría hipotéticamente colonizarlo.
En
la actualidad, Rusia anunció que sería en el año 2031 cuando dará
su pequeño gran paso. Por su parte, China augura su alunizaje entre
2018-2020. Emiratos Árabes anuncia su primera misión a Marte en la
nave Al Amal (“esperanza”). África implementa su primer programa
espacial y la India envía una sonda al planeta rojo, adelantándose
a China y a Japón. En Latinoamérica, Argentina y Brasil dedican
parte de su presupuesto a sus programas espaciales y tienen satélites
de observación y para las comunicaciones. Venezuela, por su parte,
experimenta una “modesta” carrera aeroespacial. El primero de los
satélites, para telecomunicaciones, el Simón Bolívar se lanzó en
2008. El segundo, el Francisco de Miranda, destinado a recabar
información geográfica, en 2012. Un tercero se elaboraría en
conjunto con China.
Lo mismo no son los Estados nacionales
los únicos en participar en la carrera, sino que además se le suman
al juego empresas espaciales privadas
(https://actualidad.rt.com/ciencias/view/95541-nasa-empresas-espacio-privadas-luna).
Dice
Bob Richards, director ejecutivo de la Corporación Moon Express que
“que hay agua en la Luna, lo cual cambia el juego para el Sistema
Solar. El agua es combustible para cohetes. También para la vida y
la agricultura. De manera que explorar la Luna comercialmente es un
primer paso para hacerla parte de lo que la humanidad considera
nuestro mundo”.
“Lo
más importante sobre la Luna probablemente es lo que ni siquiera
hemos descubierto (...) Pero lo que sabemos es que podría haber más
metales del grupo del platino en la superficie de la Luna que en
todas las reservas de la Tierra”, afirma Richards, quien además
revela que es muy posible que los humanos establezcamos robots
mineros para explorar el sistema solar desde el satélite natural.
“Las personas serán transformadas. Se fusionarán con sus
tecnologías”
(http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/04/130307_ciencia_luna_mineria_finde_jgc).
¿Qué
pasa con la humanidad que se transforma para aprovecharse de todo
cuanto toca?
La
definición de Guerra fría tuvo que ver con un conflicto prolongado,
que no llegó a la lucha armada “declarada” entre dos
superpotencias que se repartieron el mundo. Hoy ¿qué se le puede
parecer más que la lucha por la tecnologización y la posible
conquista de otros mundos, cuando en este todo parece indicar el
apocalipsis?
Diría
Eduardo Galeano, “el 12 de octubre de 1492, América descubrió el
capitalismo” ¿Cuándo lo descubriría el espacio? ¿Le concedemos
“el honor” a los Estados Unidos de América?
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