domingo, 26 de junio de 2016

PON 33



MIEDO
Por Andrea Cote (Colombia)
Madre,
recógeme el sonido de la lluvia en el tejado del abuelo
cuéntame de las noches en que descubrí la sed por los
acantilados
y de cómo desprendiste el fuego de la luz
para permitirnos en encuentro con nuestros primeros
demonios
Recuerda nuestra estancia eterna en los rincones de la casa
cuando aún llovían tardes grises en la arena
y la lluvia mohosa venía con abril
y todavía no tenía miedo.

MANDRÁGORA
Por Paola Muñoz (Venezuela)
El hombre sembró al hombre. Pecho abierto.
Sostuvo bien las raíces. Levantó piel y costillas. Dio muerte al músculo.
El niño duerme en la tierra. Cuerpo cerrado. Se teje una corona de oro verde y rojo.
El hechizo lo lleva en su cuello, su ponzoña es veneno azul, cuando mata cierra los ojos. No tocar, no tocar al chiquillo, advierten, no comerle la cabeza. Usted tome de la otra planta, abra brecha que uno sólo puede sembrar al hombre. Déjelo, déjelo y esté atento a sus luces.


LOS ÁRBOLES
Por Juana de Ibarbourou (Uruguay)

Ese transformar de los árboles en muebles, ¿no es un suplicio monstruoso? El árbol, hecho leña, va a concluirse más pronto, pero antes sentirá flamear su espíritu en las lenguas inquietas de la llama y en las estrellitas de las chispas; saciará su afán de ascención y de cielo subiendo hecho humo, hecho nube, él, que siempre estiraba la verde cabeza de su copa a las nubes. Pero, convertido en mueble, no es más que una momia, la forma más horrible de perdurar. Recorro las habitaciones de mi casa y pienso:
-¿Cuántos árboles habrán talado para que yo tenga todo esto? ¿Qué selvas enormes se han abatido para amueblar todas las casas del mundo? Me lleno de tristeza pensando en el duelo del rocío, de los pájaros y del viento. Y me lleno de angustia imaginando el dolor de los heridos, de los troncos mutilados, de todas las selvas de la tierra caídas bajo las hachas brillantes de los leñadores. Esta madera ahora inmóvil y muda, ¡cómo habrá susurrado y florecido en un tiempo!


ALMENO TU NEL'LL UNIVERSO
Por Deisa Tremarias (Venezuela)

Si mi padre fuese una tórtola,
y me viese llorando bajo este árbol hueco,
como quién visita un charco para remojar las patas
de un implacable deja vú,
le preguntaría:
Padre,
¿dónde están los hombres?


LUGARES COMUNES
Por Yurimia Boscán (Venezuela)

La casa
es un camino
largo
que se detiene
en la puerta de un horno
grande
y se consume
en llamas de un fuego
lento
y aprisiona
a fuerza de golpes
hondos


Trinos:
Templada al sol / con las vísceras puestas en evidencia / busco sutura. Caneo Arguinzones. #PoesíaVenezolana


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