Ensayo:
EL FLAUTISTA EN EL POZO (frg.)
Por
Charles Simic (Serbia)
En realidad, mi tema es la poesía en
tiempos de locura. Allá afuera hay gente que tiene los medios para
asesinarnos a mí y a todos los que amo sin previa advertencia. Todos
estamos en la fila de ejecución. Cada día, cuando leo los
periódicos y miro la televisión me angustia la posibilidad de que
no llegue nuestro indulto, que nuestra situación sea terriblemente
incierta, ambigua y poco envidiable. No digo “seria”, porque
también hay algo de risible en nuestro predicamento. Se debe a lo
listos que somos, a lo listos que son todos esos niños genio que
tanto admiramos. Quiero que la poesía refleje toda esta variedad de
contradicciones. Por lo tanto me asombra ver que en la mayor parte de
la poesía contemporánea la historia no existe. Uno puede leer
literalmente cientos de páginas de poesía contemporánea sin
encontrar un aspecto significativo de nuestra vida en este siglo. Los
poetas escriben acerca de la naturaleza y acerca de ellos mismos de
la manera más solipsista, pero no escriben acerca de sus verdugos.
Poesía:
UNA VISITA A MI MADRE MUERTA
Por Santos López (Venezuela)
I
Las ramas de la acacia, tras estos ventanales,
Decía mi madre, eran la seda del verano, la vigilia.
Decía mi madre, eran la seda del verano, la vigilia.
Reunidas a su sombra, las cabezas terciaban los consejos,
Alegres, sin escamas,
Bañándose en lo oscuro.
Alegres, sin escamas,
Bañándose en lo oscuro.
El árbol creció en la loma
Cuando yo era niño;
Ninguno pudo ver su vecindad con la casa,
La ventana, los ojos y el corazón de mi madre.
Cuando yo era niño;
Ninguno pudo ver su vecindad con la casa,
La ventana, los ojos y el corazón de mi madre.
El agua que corre tranquila
Entre los huecos de las piedras
Lo regala todo, hasta su riqueza.
Entre los huecos de las piedras
Lo regala todo, hasta su riqueza.
Las hojas, los agujeros de las palabras,
Palabras solas sin labios, cayeron en el agua.
Palabras solas sin labios, cayeron en el agua.
Cuando Ellos regresaron
Y vieron a mi madre contemplando aquella acacia,
Aceptaron que el amor yacía sin cuerpo en una tumba.
Y vieron a mi madre contemplando aquella acacia,
Aceptaron que el amor yacía sin cuerpo en una tumba.
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Colaboración:
#TENDENCIAS
Por José Leonardo Guaglianone
(Venezuela)
Encantamientos fugaces
breves destellos luminosos
reflejos de sabiduría
¿o puro espejismo en el desierto de
olas donde aró el Prócer?
Se vive que se piensa que se vive
¿arco minero o arco uterino?
Pacha-mama: madre, o puta, o violada
por 30
o todas las anteriores.
Todas, menos ella misma; menos amada,
cultivada, reverenciada
y las gotitas de mercurio o de semen
chorrean magnéticas,
contaminan o fecundan un hábitat.
Pisadas de mastodonte
parecen las huellas de tantos proyectos
¿qué ha pasado con las prácticas?
¿a dónde fue a parar la rebeldía
contra la opresión?
¿cómo se retorna a saltar la cuerda
con tus cadenas?
¿cómo se jugaba el juego de no tener
finalidades?
¿hace cuánto que la inocencia no te
abre puertas?
¿desde cuándo el amor cósmico no te
da alas?
Villas y castillos, parecen, un
chalequeo del tiempo.
Huertos urbanos y conucos:
encantadoras señales de humo
entre cuatro compas aisladxs y burladxs
por el rebaño.
Boleteo de transgénicxs zombies
que se creen burde vivxs,
que se comieron el mundo y regresan
hinchaxs
que miran pa los lados, se hacen lxs
Wily y siguen su rumbita
Que cargan un muerto en el pecho
y no es un ausente, no es un preso,
no es un desaparecido, ni una utopía…
Es un humano #SentirFraterno.
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Trino:
2)
El tiempo empieza a estar harto de durar y durar...
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