"La primera vez que abrí los ojos, los cerré rápidamente. Lloré. Levanté mis manos al cielo y las posé entre dos montañas de leche. Dejé de llorar. Abrí los ojos por segunda vez en mi vida. Vi la luz más suave del mundo: eran los ojos de mamá".
Elecciones, ética y supervivencia
Hace 2 meses
No hay comentarios:
Publicar un comentario