Por Indira
Carpio Olivo/ indiracarpio@gmail.com/ @icarpio
Lo
seguía como sigue el girasol al astro
Ahora
se tapa el rostro con el antebrazo
en
la huída de la luz
exige
si, el salario de sus penas
por
lustrar los escritorios y llorar a destajos
por
la flama por la llama por las llaga por sus hijas.
Apoya
su cuerpo desabrigado sobre el pasto húmedo
aprende:
no son cuchillas, es la espesura de la tierra
Descalza
sus prejuicios
desmonta
la poesía
repite:
que las palabras se entreguen, no por dinero, sino al placer
Geof Kern, Tree Man, 1992 |
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