miércoles, 3 de enero de 2018

LYDDA





"Venus de Willendorf de la sierra coriana”, la dibujó Ildefonso Finol. Cósimo Mandrillo definió su poesía como una de protesta. “Pero una protesta llevada al límite de su madurez estética”.
Y supo poner acentos donde la tibieza los quitaba: "si la unidad es un sofisma/ si el partido deviene tertulia de burócratas y afines/ si hasta aquí me trajo el río/ entonces tendré que contradecir al río..."
Lydda Franco Farías disparaba una bala por la revolución y otra contra cualquier macho que le pusiera delantal... “ten en cuenta muchacho de las cavernas/ que he ido ganando el der
echo a perder de igual a igual el paraíso”.

Hoy cumple 75 años la mujer (“una mujer es una mujer más sus uñas y sus dientes”) y yo regreso a casa, la casa en la ventana, desde donde me observa el novio, de donde crecen los lirios y “la lluvia canta afuera su canción”, me mira “la miro con ojos sorprendidos/ y pienso en unas bodas bajo el agua” y que el “novio vegetal me acaricie/ que sienta el perfume silvestre de mis manos/ mi cálida ternura abierta en gajos”.
Lydda fue una garra y en mí encuentra sus fauces, y también la crin del gozo:

mientras dormía me crecieron alas
al principio ni yo misma lo creí
hice cálculos sobre las ventajas y desventajas
de este suceso inesperado
decidí ensayar un vuelo corto
tropecé contra los vidrios de las ventanas
no me di por vencida
llegué a libélula
fui uno que otro pájaro
ave de rapiña
mi ambición no tuvo fronteras
fui escalando
jerarquías hasta agotarlas todas
ahora soy un ángel
y me aburro.

Foto mía, de Ernesto J. Navarro.

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