lunes, 3 de octubre de 2016

LA TRAMPA, Colombia



La trampa está en la pregunta ¿Por qué y para qué se le pregunta a un pueblo si quiere acuerdos para lograr la paz? Pero y además ¿cómo es que un pueblo responde que no? ¿Se le puede culpar al pueblo? ¿Se puede confiar en el sistema electoral que regentan los perros de la guerra? 63% del padrón electoral colombiano supo que no, y se abstuvo. Una cosa es que nazcas en guerra y la guerra te lleve por delante como una ola, otra que elijas que el mar se te apretuje en el pecho y te estalle. Hay gente que no sabe nadar y lo prefiere. No podemos señalar a los colombianos cuando en Argentina se monta Macri, por ejemplo, en Brasil se pasan por “las leyes” a Dilma, o en Venezuela una nueva fase del capitalismo se inaugura mientras se nos habla de socialismo: “en el río pasan ahogados todos los espejos del mundo”, nos diría Gómez de la Serna.



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