Cuento:
CORRESPONDENCIA (frag.)
Por Paola Muñoz (Venezuela)
Yo soy la amante de M. y él dice que
los amantes son un silencio; coincido en la medida de que éste sea
la imagen de un grito, como el cuadro de Munch. Un silencio de viva
voz indómito a las fauces bestiales del orgasmo, un desenfreno para
oídos de pocos, una boca abierta chorreando deseo, sublime y
mundanal, una piedra sordamente roída por el océano erecto, una
fantasía extremada a la realidad y perforada silenciosamente, el
escándalo de las cavidades, el eco de la cueva, un suspiro
serpentino, la burbujeante espuma de las sales, el picor ambarino de
las mieles, la mudez de la muerte con los ojos virados al vacío. El
“sonido del silencio”.
Poesía:
AMANTE
Por Mundia Magdaleno (Venezuela)
Yo sé que no soy buena como es buena una yerbera. Sé que hay
preguntas que no me puedo responder y respuestas que no he de
mencionar. Mi nombre es el espacio que hay entre cada palabra. Un
silencio breve. Ése momento de la noche en que ni Dios existe. Sé
que no soy buena aunque evada el juicio. Soy la masa de semen que se
empelota en la bolsa que sostiene el escroto de un mediohombre,
una mujer a la que se olvida, la amante.
SU MÁS GRANDE AMOR
Por
Anna Świrszczyńska (Polonia)
Tiene sesenta años. Vive
el amor más grande de su vida.
Camina abrazada con su amor,
el viento le despeina los cabellos.
Su amor le dice:
-Tienes el cabello como perlas.
Sus hijos dicen:
-Vieja loca.
Tiene sesenta años. Vive
el amor más grande de su vida.
Camina abrazada con su amor,
el viento le despeina los cabellos.
Su amor le dice:
-Tienes el cabello como perlas.
Sus hijos dicen:
-Vieja loca.
GRAVEDAD DE AMOR (frag.)
Por
Amanda Berenguer (Uruguay)
III
Tú quieres el pelo
y la uña
y la piel
y la pulpa
y el hueso
de la fruta
y quieres que te lleve después
a ese sitio despojado
cuando esté de vuelta
en mi encarnadura
tú quieres encontrar las huellas
de tus pasos detrás
de las escamas
de mi pulso en la
misma
esquina
donde
te estoy esperando
fosforescente
como
el recuerdo
tú quieres saber cuánto se hunde
la sonda
en la intemperie
virgen
y cuánto duele
pongámosle precio a la eternidad
entre
tú y yo como dos ladrones
echando suertes
sobre la mesa
o la tierra
o la cama
o el lecho del río
o el légamo
o el depósito activo
o estación de la riqueza
III
Tú quieres el pelo
y la uña
y la piel
y la pulpa
y el hueso
de la fruta
y quieres que te lleve después
a ese sitio despojado
cuando esté de vuelta
en mi encarnadura
tú quieres encontrar las huellas
de tus pasos detrás
de las escamas
de mi pulso en la
misma
esquina
donde
te estoy esperando
fosforescente
como
el recuerdo
tú quieres saber cuánto se hunde
la sonda
en la intemperie
virgen
y cuánto duele
pongámosle precio a la eternidad
entre
tú y yo como dos ladrones
echando suertes
sobre la mesa
o la tierra
o la cama
o el lecho del río
o el légamo
o el depósito activo
o estación de la riqueza
Trino:
-Sólo te pido una cosa- susurró ella cuando
descubrió que él se había propuesto quitarle la ropa.
-Lo que quieras.
-Que parezca amor.
G. Aronson
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