apresa a sus vecinos con las guarimbas.
Manifiesta contra la inseguridad;
degolla a un trabajador con una guaya.
Se queja de los Colectivos armados;
adora a un Ex General con un fusil abrazado.
Exige que se vaya un supuesto ejército cubano;
suplica que nos invada EEUU.
Se lamenta del desabastecimiento;
derriba e incendia gandolas de alimentos.
Reclama poder salir de casa y volver con vida;
no permite que personas enfermas accedan a centros médicos.
Estas aparentes contradicciones llevan varios días cociéndose en sus propias cacerolas, con la anuencia y el empuje de sus líderes. Leopoldo López se entrega, pero pide seguir en las calles. Él está a resguardo, mientras los demás hacen rodar barranco abajo su odio, como una bola de nieve ¿Reconciliación? ¡Nah! ¿Cómo puedo confiar en una señora que dice que no me lincha sólo por mi pequeña? A lo mejor no lo haría, pero su lengua es un puñal oxidado, un vaso de agua regado.
Este es el Plan de gobierno de una parte de Venezuela, que obliga a sus vecinos a sufrirlos si porque si.
La avalancha de violencia empieza a tornarse selectiva. En San Antonio de los Altos, compañeros denuncian ser objeto de acoso y guarimbas frente a sus hogares. La rabia les ciega. No ven ni siquiera a los niños.
Dicen que apuesta por su futuro, como si ese momento no se construye en el presente ¡Otro disparate!
Colocan guaya con que mataron a motorizado, en guarimba. |