lunes, 16 de enero de 2012

Casa

Para las mujeres palestinas
que su vientre sea la casa

Por Indira Carpio Olivo/ @icarpio/ indiracarpio@gmail.com

Voy a llegar a casa
y el manto violáceo también es solar de monte
A mi derecha, un árbol de zámuros espera que haga la reverencia de costumbre
que arroje mis despojos al cementerio de resurrecciones

Puedo sentir el polvo
puedo falsear mis recuerdos
puedo sanar mis heridas con aceite de olivo 
Voy a llegar a casa

No necesito formularios
ni cartas compromiso para anclar
le basta a mi cuerpo el soplo de aire caliente para aspirar el estado de sitio

Mi casa es la mar evaporada
la vastedad de huesos rotos
el arsenal ignorado por los transeuntes
una ventana al cemento
la herrumbre de escaleras que solo sirven para bajar

Mi casa se enciende y se apaga con el artefacto que prende fuego
por las noches tira la llave bajo la alfombra por si algún día vuelve la esperanza
mi casa de barro no tiene jardín
tiene si, el signo de la redención, la V, de vientre.




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