Para las mujeres palestinas
que su vientre sea la casa
Por Indira Carpio Olivo/ @icarpio/ indiracarpio@gmail.com
Voy a llegar a casa
y
el manto violáceo también es solar de monte
A
mi derecha, un árbol de zámuros espera que haga la reverencia de
costumbre
que
arroje mis despojos al cementerio de resurrecciones
Puedo
sentir el polvo
puedo
falsear mis recuerdos
puedo sanar mis heridas con aceite de olivo
Voy
a llegar a casa
No
necesito formularios
ni
cartas compromiso para anclar
le
basta a mi cuerpo el soplo de aire caliente para aspirar el estado de
sitio
Mi
casa es la mar evaporada
la
vastedad de huesos rotos
el
arsenal ignorado por los transeuntes
una
ventana al cemento
la
herrumbre de escaleras que solo sirven para bajar
Mi
casa se enciende y se apaga con el artefacto que prende fuego
por
las noches tira la llave bajo la alfombra por si algún día vuelve
la esperanza
mi
casa de barro no tiene jardín
tiene
si, el signo de la redención, la V, de vientre.
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