Por Indira Carpio Olivo
Puedo tocarte las
ganas
en
la hora de las olas en polvo
momento
en que la serpiente de tres cabezas se desarma de mi cuello
Somos
semillas que reencarnan en el plástico
No
somos aunque pensamos
Llegamos
por un instante, el mismo en el que no fuímos
se
quedan los remiendos, la burla y una caravana de máscaras
Tú,
te acercas
secuestras
a la verdad
te
conviertes en una hoja caída
y
te haces abono negro
tú,
que hablas sin parar
incontenible
amante de mi boca
tú
te irás primero y yo seguiré idealizando la huída
es terriblemente hermoso
ResponderEliminaryo también te las puedo... tocar
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