Siento un odio concreto y feroz contra los que nos tienen desmembrados y deshechos. Me han robado la frescura del alma, y aquella actitud permanente mía, de sentir sin pensar, sentir, sentir.
Voy y vengo con la voz caída sobre el pecho. Con todos mis sentimientos nerviosos y torcidos por esto que me aniquila. Siento y pienso cosas que nunca tuvo, ni sospechó mi espíritu, y hasta físicamente estoy un poco torcida y angulosa. Yo no le huyo a esta batalla tremenda. No me creas cobarde. Pero la desesperación y la tristeza incesantes, afean y desmoralizan el espíritu. La flaqueza me viene de adentro.
Mi querido y admirable compañero, camino sobre mi sien, sobre mi corazón, sobre mi vida, y me quedo parada de pronto... . Me detiene una conversación banal cuando yo quisiera estar llorando de rodillas. Busco ademanes, cosas, flores y palabras... todo lo que poseo, para que entren hasta tu enorme vacío.
Pero todo lo que vive, rehuye instintivamente, el ambiente de soledad en que tú vives. Tengo un miedo tremendo, de llegar a ser una joroba terrible, insoportable, en tu vida de revolucionario. En las noches repaso tus palabras, tus hechos mas serios y definitivos, en el tiempo de vida que llevamos junto.
Yo si lo he resistido todo, porque frente a todos, puse la inmutabilidad y la fuerza de mi gran amor, sin orgullos, sin rencores. Y mi sencilla razón, mi sencillo corazón me dicen, que siga junto a ti con todo el ardor de mis fuerzas y de mi inteligencia, como un centinela feroz, porque me necesitas y porque todo lo que rodea tu mente es algo sin certeza, una falsedad. Más por que mi amor supera limites que ni siquiera tu cabeza llena de inventos puede superar.
Quisiera calmarte, ahogarte de besos y cosas tiernas y no puedo, porque la desconfianza, se para entre los dos, como una espada. Nunca me he sometido al fuerte deseo de apretarte el corazón con la misma locura y desesperación al imaginar mi muerte. Ponte piedras en los oídos para todo lo que no sea yo. Hemos sufrido pero a mi aún me falta recorrer de rodillas el mundo, para seguirte.
Hoy y siempre es tuya mi juventud, mi inteligencia, mi belleza y mi futuro. Nutrete de estas cosas vitales, no de tu cabeza loca, ¿De donde habrán venido mi corazón y el tuyo?. Si es que dudas de mí, algún día solitarios, volverás a creer y aquí seguiré yo.
Hemos pensado en que nuestra vida física se agote, sin llegar a nuestro mundo soñado, sino para vividlo más fríamente. Y en lo que se refiere a tu manera injusta de tratarme, te diré que estoy profundamente seria y desencantada, algo herida, pero eso ya no importa, una vez más lo trago junto a mis pensares.
Contigo olvide toda mi vida pasada, pero tu no estas obligado conmigo a ningún sentimentalismo. No, no comprendo tu indignación, creí que me abrazarías y resguardarías mi ternura por querer ayudarte. Tienes motivos para odiar a gente, pero no te imaginas cuantas lagrimas me ha costado ese odio.
Nos hablamos de un plan de vida cada vez que nuestros corazónes estallan de pasión, pero no sé como puede ser eso, si cada día amanece distinto tú corazón y tú mente. El mio te espera aquí con las mismas ganas de siempre, con esas penas guardadas y con esas alegrias vividas, a orillas de un puente a punto de saltar. Te adoro con mi garganta. Con mi sangre. Con toda la infinita locura de mi espíritu. Te beso llorando mi Rivera
Frida Kahlo
Frida Kahlo
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