"Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho.
Si digo manzana, no es la maravilla innombrable que
enamora el verano. Si digo árbol, apenas me acerco a
lo que saben las aves.
El caballo siempre fue y será lo que es, sin saber que
así lo nombro.
Sé que la palabra no es el hecho, pero sí se que un día
mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído
de mi madre…Y la incendió de tal manera que hasta aquí
he llegado yo, continuando lo que mi padre comenzó
con algunas palabras”.
Elecciones, ética y supervivencia
Hace 2 meses